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Capítulo 5º - La tempestad
Published online by Cambridge University Press: 11 January 2024
Summary
—Soy de parecer —le respondí— que busquemos un sitio que nos libre de
la tempestad que nos amenaza; descubrimos y nos adelantamos al instante
hacia una calle de copudos árboles que nos condujo al pie de una montaña
donde había una ermita.
Gil Blas de Santillana, tomo 2º.—Protesto con todas las venas de mi corazón —dijo don Sancho, después que hubo razonablemente comido— que no voy a Benameda. ¿Queréis que el afilado colmillo de algún jabalí, o la robusta manaza de algún oso, haga briznas mi pobre cuerpo? No estoy, señores, de ese proceder; vaya en buenhora a sufrir tales tramojos a quien le plazcan tan azarosas diversiones.
—Pero, hombre de Dios, ¿a qué tanto charlar? —le respondió don Tello— Desde Ronda sabéis que habíamos hoy de cazar en Benameda; si no queréis acompañarnos, tornaos solo a la ciudad.
—Me iré con dos o tres criados.
—Eso no, que todos nos hacen notable falta.
—Si así os encapricháis, tendré que seguir con vosotros, y bien sabe Dios con cuánto miedo, mas o no saldré de la ermita, o colgárenme en la copa del más alto roble o álamo, y veré desde allí los toros, pues, lo que hace poner los pies en el suelo, abrenuncio de la tentación más maldita y peliaguda que tener pueda.
—Venid siempre, que en sitio seguro os pondremos.
Serían las once de la mañana cuando pusiéronse en camino, bajando por las empinadas cuestas de la sierra de Libar a buscar casi por frente de Jimera el vado del río Guadiaro; la estechez del camino que les obligaba a seguir unos tras otros, impedía entablar animada conversación; al llegar empero al llano delante de dicho pueblo, acercose don Juan a doña Elvira, y le dijo:
—Admiro, señora, vuestro profundo silencio.
—El camino es tan áspero que harta ocupación llevo en manejar el caballo para no despeñarme.
—No era nada bueno el de ayer, y teníamos el gusto de oíros algunas palabras, palabras que yo escuchaba con inmenso placer.
—Pues no creo valiesen tanto.
—Aun las personas más indiferentes atienden con respetuosa atención a los armoniosos acentos que salen de vuestros labios.
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- El ferí de Benastepar, o los moros de Sierra BermejaEdición, Introducción y notas de Javier Muñoz de Morales Galiana y Daniel Muñoz Sempere, pp. 65 - 67Publisher: Boydell & BrewerPrint publication year: 2023