En 1962, William Sargant y sus colaboradores describieron el valor terapéutico de la fenelzina, un inhibidor de la monoamino oxidasa (IMAO), en los trastornos de ansiedad crónicos y, en el mismo año, Klein y Fink comunicaron el tratamiento de condiciones similares con imipramina, un antidepresivo tricíclico. La investigación posterior ha confirmado estos resultados y ha demostrado la variedad de productos similares que son efectivos en los trastornos de ansiedad. En la época de estas observaciones originales sobre el tratamiento farmacológico de la ansiedad, no había tratamientos psicológicos de valor probado, pero en los años que han transcurrido se han hecho muchos progresos en el desarrollo de los procedimientos conductuales y cognitivos. Se revisan los progresos al determinar el modo de acción de estos tratamientos farmacológicos y psicológicos, y se consideran las implicaciones de los resultados en relación con la investigación sobre las causas de los trastornos de ansiedad y con el tratamiento de los pacientes.