En este artículo presentamos nuevos datos arqueológicos que aumentan nuestro conocimiento acerca del papel del perro (Canis familiaris) en tiempos prehispánicos, principalmente en lo que se refiere a su morfología general y número de razas presentes en el centro de Mesoamérica. Una colección de 27 perros provenientes de entierros, pertenecientes a la más antigua ocupación (650-750 d. C.) de la ciudad de Tula, Hidalgo, fue estudiada y los resultados muestran la presencia de tres razas perfectamente definidas. Este hallazgo permite, por primera vez y a partir de un análisis científico, establecer la existencia de varias razas de perros mesoamericanas y definir su aspecto general. Los tipos reconocidos incluyen (1) un perro de talla media con el cuerpo cubierto de pelo, (2) otro de dimensiones similares pero sin pelo y (3) otro más pequeño, con pelo, pero con miembros 30% más cortos. Los datos se ajustan muy bien a las descripciones de Bernardino de Sahagún sobre los perros del centro de México en el siglo dieciseis d. C., así que nuestro estudio nos permite establecer la presencia de estos animales en la región central a partir del siglo siete d. C. Las tres razas incluyen el perro común mesoamericano o itzcuintli, el perro pelón xoloitzcuintli y el perrito de piso o tlalchichi. Además, el establecimiento de tres razas distintas resuelve debates en la literatura sobre el índole de los perros prehispánicos de México.