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Variaciones en el aprovechamiento del guanaco en Patagonia meridional: El sitio Río Bote 1

Published online by Cambridge University Press:  19 March 2024

M. Victoria Fiel*
Affiliation:
Departamento de Antropología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina
Nora V. Franco
Affiliation:
Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas –CONICET y Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina
*
Autora de contacto: M. Victoria Fiel; Email: [email protected]
Rights & Permissions [Opens in a new window]

Resumen

Estudios previos han mostrado que la Lama guanicoe fue la presa principal de los cazadores-recolectores que habitaron Patagonia a lo largo del Holoceno. No obstante, su forma de aprovechamiento pudo haber variado a lo largo del tiempo en respuesta a las condiciones paleoambientales y a la dinámica poblacional. Sin embargo, hasta la actualidad esta problemática ha sido poco explorada en la cuenca del río Santa Cruz (Patagonia, Argentina). En este trabajo se analiza la existencia de variaciones en el procesamiento del guanaco por parte de los grupos humanos que habitaron el sitio Río Bote 1 entre circa 4200 y 350 años aP. Los resultados alcanzados, si bien sugieren continuidades, tales como el predominio de una estrategia basada en el aprovechamiento de su porción apendicular, también señalan la existencia de variaciones en el procesamiento de sus recursos a lo largo del tiempo. Estas últimas parecen relacionarse tanto con los efectos de las fluctuaciones climáticas, como con los cambios demográficos en las poblaciones humanas.

Abstract

Abstract

Previous studies have shown that the guanaco was the main prey of hunter-gatherers who inhabited southern Patagonia throughout the Holocene. However, its utilization may have varied over time in response to paleoenvironmental conditions and population dynamics. However, this problem has been little explored in the Santa Cruz River basin, Patagonia, Argentina. The purpose of this article is to analyze the existence of variations in guanaco processing by hunter-gatherers between approximately 4200 and 350 years BP at the Río Bote 1 site. Although results suggest the existence of continuities, such as the predominance of a strategy based on the utilization of its appendicular portion, they also show variations in the processing of the resources provided by this animal throughout time, which could be related to climatic fluctuations as well as to demographic changes in human populations.

Type
Article
Copyright
Copyright © The Author(s), 2024. Published by Cambridge University Press on behalf of Society for American Archaeology

El guanaco ha sido la principal presa de los cazadores-recolectores en Patagonia a lo largo del Holoceno (Mengoni Goñalons Reference Mengoni Goñalons1999; Miotti Reference Miotti1998, Reference Miotti2012; Otaola Reference Otaola, Salemme, Santiago, Álvarez, Piana, Vázquez and Mansur2009; entre otros). Sin embargo, los estudios sobre las variaciones en su aprovechamiento por parte de los grupos humanos en respuesta a las fluctuaciones paleoambiéntales y a la dinámica poblacional de Patagonia meridional, han sido escasos. En este marco destacamos la importancia de analizar el registro arqueofaunístico en busca de variaciones tanto en la representación anatómica de dicho ungulado, como en la evidencia de su procesamiento. Esto permitirá evaluar la existencia de distintas formas de aprovechamiento del guanaco durante el período mencionado.

El río Santa Cruz nace en el Lago Argentino; tiene un carácter perenne y fluye en sentido oeste-este, desembocando en el Océano Atlántico. En su cuenca superior (CSRSC) tiene varios afluentes, entre los que se encuentra el Río Bote, que nace en la Sierra Baguales (Figura 1). El clima actual del área es frío semiárido, con precipitaciones producidas principalmente por los vientos del suroeste, cuya intensidad ocasiona variaciones en humedad y aridez. La precipitación es mayor en las laderas de los Andes y disminuye hacia el este, observándose un cambio en la vegetación, que va de bosques de Nothofagus en el oeste hacia una estepa graminosa en el este (Garreaud et al. Reference Garreaud, Vuille, Compagnucci and Marengo2009).

Figura 1. Ubicación de los sitios mencionados en el texto. (Color en la versión electrónica)

Las investigaciones arqueológicas han sugerido que hacía circa 9700 años aP habría comenzado la ocupación inicial de la CSRSC, mientras que su ocupación efectiva habría comenzado entre circa 4200 y 3800 años aP (Franco y Borrero Reference Franco, Borrero, Bonnichsen, Miotti, Salemme and Flegenheimer2003; Franco et al. Reference Franco, Brook, Mancini and Vetrisano2016, Reference Franco, Borrero, Brook and Mancini2018). Por su parte, la información paleoclimática indicó que a lo largo del Holoceno existieron fluctuaciones en el régimen de precipitaciones del área, la cual se habría caracterizado por presentar una disponibilidad diferencial de humedad entre la zona cercana a los Andes (al oeste) y la estepa (al este; Franco et al. Reference Franco, Borrero, Brook and Mancini2018; Mancini et al. Reference Mancini, Franco and Brook2013). Estas fluctuaciones climáticas habrían influido tanto en la movilidad como en la forma de ocupación del espacio y en la demografía de los grupos humanos (Franco et al. Reference Franco, Brook, Mancini and Vetrisano2016, Reference Franco, Borrero, Brook and Mancini2018). Esto habría propiciado diferencias en el uso del ecotono bosque-estepa en contraste con la estepa por parte de los grupos cazadores-recolectores, pudiendo haber variado también su forma de aprovechamiento de la fauna a lo largo del tiempo.

Hasta el momento, Chorrillo Malo 2 (ChM2), localizado en el ecotono bosque-estepa, es el único sitio ubicado al sudoeste de la CSRSC que ha aportado información sobre variaciones en el aprovechamiento del guanaco durante el Holoceno (Miotti Reference Miotti2012; Otaola Reference Otaola, Salemme, Santiago, Álvarez, Piana, Vázquez and Mansur2009; Otaola y Franco Reference Otaola and Franco2008). Durante la colonización inicial del área, la evidencia zooarqueológica de ChM2 (fechada entre 6300-5500 años aP) sugiere la existencia de una estrategia de selección de las partes anatómicas que brindan mayor cantidad de carne y médula. Por su parte, para inicios de la ocupación efectiva de este espacio, se documenta en el sitio (ca. 4300-3800 años aP) un incremento en el procesamiento de todos los recursos que brinda el guanaco, sin registrarse una estrategia de selección de partes anatómicas en función de su mayor rinde (Otaola y Franco Reference Otaola and Franco2008). No obstante, no contamos con estudios arqueofaunísticos en sitios localizados al este, en la estepa, con cronologías semejantes que detallen el aprovechamiento del guanaco a lo largo del tiempo y puedan brindar información sobre las similitudes y/o diferencias en su utilización con los resultados de sitios procedentes del ecotono bosque-estepa. Dicha información es relevante dado que las diferencias de humedad entre los espacios orientales y occidentales, al afectar a la vegetación, habrían tenido implicancias sobre el estado nutricional de los animales (e.g., stress invernal o sobrecrecimiento poblacional por condiciones ambientales favorables). En consecuencia, esto se vería reflejado en el aprovechamiento humano de dicha fauna (Miotti Reference Miotti2012; Rindel Reference Rindel2013).

El objetivo principal de este trabajo es comprender el aprovechamiento del guanaco en el sitio Río Bote 1 (RB1), ubicado en el sector oriental de la CSRSC (estepa), en el marco de las condiciones ambientales cambiantes y el proceso de ocupación del área. Los resultados se integran con aquellos provenientes de ChM2 a efectos de alcanzar un panorama más amplio sobre las estrategias de aprovechamiento de dicho ungulado en la CSRSC.

El sitio Río Bote 1

Río Bote 1 (RB1 se encuentra al sur del río Santa Cruz, a 5 km de éste y a 75 km hacia el este del sitio ChM2. Se trata de un abrigo rocoso de arenisca coquinoidea, ubicado en una cota de aproximadamente 215 m snm sobre la margen derecha del curso inferior del río homónimo (Figura 1), con una secuencia sedimentaria de aproximadamente 2,5 m de espesor (Mehl y Franco Reference Mehl, Franco, Salemme, Santiago, Álvarez, Piana, Vázquez and Mansur2009). Si bien el sitio registra evidencias de ocupaciones humanas fechadas en circa 5800 años aP, estas comienzan a ser abundantes recién a partir de circa 4200 años aP, prolongándose de manera discontinua hasta fines del Holoceno tardío (Franco et al. Reference Franco, Borrero, Brook and Mancini2018; Mehl y Franco Reference Mehl, Franco, Salemme, Santiago, Álvarez, Piana, Vázquez and Mansur2009). Entre circa 3820 y 3600 años aP se identificaron tres estructuras cavadas superpuestas de entierros humanos (Franco et al. Reference Franco, Cirigliano, Ambrústolo, Borrero and Borrazzo2011; Franco, Brook et al. Reference Franco, Brook, Guráieb, Mancini, Guarido, Mehl and Montenegro2017). Inmediatamente por encima de las rocas que tapaban los entierros se detectaron depósitos culturales penecontemporáneos, seguidos por un hiato en los fechados hasta una estructura de entierro aislada fechada en circa 2100 años aP (Franco, Brook et al. Reference Franco, Brook, Guráieb, Mancini, Guarido, Mehl and Montenegro2017). Posteriormente, existe otro hiato hasta circa 350 años aP, momento para el cual se registró un pequeño fogón con escasos restos faunísticos y líticos (Franco et al. Reference Franco, Cirigliano, Ambrústolo, Borrero and Borrazzo2011).

Los trabajos sobre tecnología lítica y utilización de materias primas han señalado que, desde hace circa 4300 años aP, RB1 estaba integrado dentro del rango de acción de los grupos que utilizaban los espacios ubicados al sur y al oeste del Lago Argentino (Franco et al. Reference Franco, Cirigliano, Ambrústolo, Borrero and Borrazzo2011). Entre circa 3900 y 3600 años aP, se registra un cambio en las estrategias tecnológicas de los grupos humanos que frecuentaron RB1 al documentarse la aparición del denominado método de talla Levallois recurrente centrípeto en el sitio (también presente en ChM2 para el mismo período; Franco y Vetrisano Reference Franco, Vetrisano, Suárez and Ardelean2014).

Los estudios tafonómicos efectuados en RB1 indicaron una buena preservación de la arqueofauna, debido principalmente a la rápida depositación de sedimentos y a la elevada presencia de carbonato de calcio (Fiel y Marchionni Reference Fiel and Marchionni2021; Mehl y Franco Reference Mehl, Franco, Salemme, Santiago, Álvarez, Piana, Vázquez and Mansur2009). Esto habría mitigado el deterioro del registro óseo por la diagénesis, como lo demuestran los perfiles de meteorización bajos y las correlaciones %MAU/DMO estadísticamente no significativas en el esqueleto axial. No obstante, la disminución de dicha sustancia entre 3800 y 3600 años aP y su total ausencia hacia 350 años aP, acompañada de un leve aumento de los perfiles de meteorización y de un registro óseo más fragmentado, sugiere una menor preservación de los restos óseos hacia momentos tardíos. Particularmente, entre 3800 y 3600 años aP, dichas variaciones podrían estar vinculadas al cavado de las estructuras que contenían los entierros humanos penecontemporáneos; actividad que habría producido, entre otras cosas, la reexposición de los restos óseos a las condiciones meteóricas, la mezcla de materiales y la fragmentación postdepositacional de los restos faunísticos. Por otro lado, se ha sugerido también que las crecidas del Río Bote (fechadas hacia 1182-984 y 767-680 años cal aP) habrían provocado tanto la caída de parte del techo del alero —y en consecuencia un cambio en su morfología— como una variación en la tasa de depositación de los sedimentos eólicos debido a una mayor exposición a los vientos del oeste, iniciando la erosión del sitio (Franco et al. Reference Franco, Borrero, Brook and Mancini2018). De este modo, los restos depositados hacia el final de la secuencia de RB1 habrían estado sometidos a una mayor dinámica postdepositacional que el resto de los conjuntos, encontrándose más expuestos tanto a las condiciones meteóricas y diagenéticas, como a procesos de mezcla. En síntesis, los análisis tafonómicos previos sugieren distintas condiciones de preservación de los conjuntos arqueofaunísticos y su vinculación con las condiciones ambientales y estratigráficas cambiantes (Fiel y Marchionni Reference Fiel and Marchionni2021).

Muestra y metodología

En este trabajo analizamos los restos óseos de guanacos provenientes de tres cuadrículas contiguas de 1m × 1m cada una (Mehl y Franco Reference Mehl, Franco, Salemme, Santiago, Álvarez, Piana, Vázquez and Mansur2009). Con el fin de evaluar la existencia de variaciones en el aprovechamiento de dicho ungulado, el registro óseo fue dividido en cuatro bloques temporales contemplando la información paleoclimática y arqueológica disponible:

Primer bloque (4200-4100 años aP). Se trata de un período de leve humedad (en un contexto general de aridez) acompañado por un aumento de la señal antrópica en la estepa, reflejado en el sitio por una mayor densidad de material arqueológico (Franco et al. Reference Franco, Brook, Mancini and Vetrisano2016, Reference Franco, Borrero, Brook and Mancini2018).

Segundo bloque (4100-3900 años aP). Comienza con una ligera disminución de la humedad en la estepa. El bloque está delimitado en su parte superior (4030-3860 años aP) por una capa de ceniza proveniente de la erupción del volcán Aguilera (Mehl y Franco Reference Mehl, Franco, Salemme, Santiago, Álvarez, Piana, Vázquez and Mansur2009), registrándose también la primera aparición de tecnología ósea en el sitio (Franco, Brook et al. Reference Franco, Brook, Guráieb, Mancini, Guarido, Mehl and Montenegro2017).

Tercer bloque (3800-3600 años aP). Está localizado sobre los primeros entierros, con fechados penecontemporáneos a estos. Se documenta la aparición del método de talla Levallois (Franco et al. Reference Franco, Brook, Mancini and Vetrisano2016) y concluye con el registro de condiciones extremadamente áridas en la estepa, seguido por un hiato ocupacional en el sitio (Franco, Brook et al. Reference Franco, Brook, Guráieb, Mancini, Guarido, Mehl and Montenegro2017).

Cuarto bloque (ca. 350 años aP). Se trata de un pequeño fogón ubicado por encima del entierro aislado. Si bien este período corresponde a la Pequeña Edad de Hielo (período húmedo en el área), específicamente hacia 350 años aP se registra un aumento de la aridez en la estepa, mientras que en la CSRSC la evidencia arqueológica, genética y cultural sugieren la entrada de nuevos grupos humanos (Franco et al. Reference Franco, Cirigliano, Ambrústolo, Borrero and Borrazzo2011, Reference Franco, Borrero, Brook and Mancini2018; Franco, Galimany et al. Reference Franco, Galimany, Moraga and Borrero2017).

La identificación anatómica y taxonómica de la muestra se llevó a cabo contemplando los segmentos diagnósticos, lateralidad y estado de fusión (Kaufmann Reference Kaufmann2009; Mengoni Goñalons Reference Mengoni Goñalons1999). Cuando la identificación taxonómica no fue posible, los restos se asignaron a categorías más inclusivas. Se cuantificó el número de especímenes identificados (NSP), número de especímenes no identificado (NID), número de especímenes identificados por taxón (NISP), y número mínimo de elementos (MNE).

Para el guanaco se estimó el número mínimo de individuos (MNI), el número mínimo de unidades anatómicas —MAU y el %MAU— y se calculó su fragmentación mediante los índices NISP:MNI y NISP:MNE (Binford Reference Binford1981; Grayson Reference Grayson1984; Lyman Reference Lyman2008), contemplando el estado y el tipo de fractura ósea (Outram Reference Outram2001). Para evaluar la selección diferencial de sus elementos óseos se correlacionó el %MAU de cada muestra con el índice general de utilidad de carne (MGUI; Borrero Reference Borrero, Davis and Reeves1990; Lyman Reference Lyman1992), el de secado de carne (ISC; De Nigris y Mengoni Goñalons Reference De Nigris, Goñalons, Civalero, Fernández and Guráieb2004), y los índices de médula (IM) y de médula insaturada (IMI; Mengoni Goñalons y De Negris Reference Mengoni Goñalons and De Nigris1999; Morín Reference Morín2007; Rindel Reference Rindel2013) a través del Rho de Spearman mediante el uso de Paleontological Statistics Software.

Para el análisis de las huellas antrópicas se utilizaron lupas de 10× y 30× y se realizaron inferencias sobre las posibles actividades de procesamiento que las habrían originado de acuerdo con variables tales como su ubicación sobre las distintas porciones de un elemento, orientación, profundidad, longitud y frecuencia (Binford Reference Binford1978, Reference Binford1981; Nilssen Reference Nilssen2000). Finalmente, se contempló la presencia de elementos termoalterados (Cain Reference Cain2005; Johnson Reference Johnson, Bonnichsen and Sorg1989).

Resultados

Primer bloque (4200–4100 años aP)

El 43,5% del conjunto faunístico pudo ser identificado taxonómicamente. El guanaco es la especie predominante (67,7%) y en segundo lugar se encuentra la categoría más inclusiva de Artiodactyla (17,5%), seguidos por otras especies y categorías más amplias (Tabla 1).

Tabla 1. Determinación taxonómica por bloque temporal.

* Incluye cascaras de huevo.

** Incluye fragmentos de dientes y/o molares.

Domina el esqueleto apendicular del guanaco (85,5%; n = 278) frente al axial (14,5%; n = 47), sin considerar los fragmentos de dientes (n = 11). Todos los elementos apendiculares y la mayoría de los axiales están presentes (Figura 2), siendo los zeugopodios los elementos más representados de la porción apendicular. Se estimó un MNI = 5, de los cuales dos serían individuos menores a seis meses —epífisis de radio-cúbito distales (RC1) derechas sin fusionar—, siendo probablemente uno menor a tres meses —epífisis de vértebra lumbar (VL1) sin fusionar— y los tres individuos restantes serían individuos adultos —en base a la epífisis proximal izquierda fusionada del radio-cúbito (RC3)—.

Figura 2. Representación del %MAU por bloque temporal.

El 76% (n = 247) de la muestra de guanaco se encuentra fragmentada (sin contemplar fragmentos de dientes). Dominan las fracturas en estado fresco (88,6%; n = 219), con patrones principalmente longitudinales y helicoidales. En este bloque los índices de fragmentación fueron bajos, expresados en una relación NISP:MNI = 65 y NISP:MNE = 1,37.

La correlación %MAU/MGUI arrojó un resultado negativo, bajo y estadísticamente no significativo (rs = −0,19; p > 0,05), describiendo una curva de utilidad similar a una Reverse Utility Strategy (sensu Binford Reference Binford1978). La correlación %MAU/ISC muestra un resultado negativo, alto y estadísticamente significativo (rs = −0,8; p < 0,0001). Por su parte, las correlaciones %MAU/IM y %MAU/IMI dieron resultados positivos, medios-bajos, no significativos (rs = 0,16; p > 0,05 y rs = 0,44; p > 0,05; respectivamente).

De los especímenes de guanaco (n = 325, excluyendo dientes), el 42,4% (n = 138) posee huellas antrópicas (Tabla 2), siendo mayor la representación de las huellas de corte por sobre las de percusión. Las primeras se registran tanto en la porción axial como en la apendicular. Su análisis sobre la porción axial sugiere la realización de actividades de descarne (huellas oblicuas sobre cara lingual del maxilar inferior, apófisis transversas de las vértebras torácica y lumbar, borde craneal de las costillas y escápula) y desarticulación (huellas transversales sobre la tuberosidad del músculo íleo de las costillas); mientras que en la porción apendicular sugieren la realización de actividades vinculadas al cuereo (huellas transversales sobre extremos distales de las diáfisis de las falanges proximales y mediales), descarne (huellas oblicuas y longitudinales sobre diáfisis proximales, mediales y distales de huesos largos), desarticulación (huellas transversales sobre extremos proximales del húmero, radio-cúbito y falanges proximales; y marcas oblicuas sobre astrágalo, calcáneos, carpianos y sesamoideos), posible obtención de tendón (metapodio con huellas oblicuas en la cara palmar de su extremo distal) y remoción de periostio (marcas de raspado sobre diáfisis de metapodio).

Tabla 2. Porcentaje de huellas antrópicas sobre elementos de guanaco.

Notas: C: corte; C+P: corte y percusión; P: percusión.

La frecuencia de huellas de percusión es mayor sobre la porción apendicular, aunque se destaca su presencia sobre un fragmento de mandíbula y de pelvis. Las diáfisis de los huesos largos presentan los mayores porcentajes de elementos con huellas de percusión, en contraste con las epífisis (Tabla 2). En su mayoría se trata de negativos de impacto acompañados de lascas adheridas, ubicadas en los laterales de fracturas de las diáfisis de los huesos largos, falanges proximales y mediales. Estas dan cuenta de fracturas intencionales orientadas a la extracción de médula.

Un 11,3% (n = 38) de la muestra de especímenes de guanaco presenta termoalteración. De estos, el 97,3% está conformado por especímenes apendiculares y el 2,7% restante lo conforman fragmentos de cráneo.

Segundo bloque (4100-3900 años aP)

El 33,3% del conjunto pudo ser identificado taxonómicamente. Dominan los especímenes de Artiodactyla (48%), pero la especie más representada continúa siendo el guanaco (37,8%; Tabla 1).

Sin considerar los dientes (n = 13), domina la porción apendicular del esqueleto del guanaco (57,9%; n = 178) frente a la axial (42,1%; n = 129). Los zeugopodios y los metapodios son los elementos más representados de la porción apendicular; nuevamente se documenta una mayor representación de fragmentos de diáfisis sobre las epífisis de los huesos largos (Figura 2). Se calculó un MNI = 4, entre los que habría dos individuos menores a seis meses —epífisis de radio-cúbito distal derecho (RC1) sin fusionar—, uno de los cuales sería también menor a tres meses —epífisis de metapodio proximal (MC2/MT2) sin fusionar— y los últimos dos corresponderían a individuos mayores —epífisis proximal del radio-cúbito fusionada (RC3)—.

El 95,5% (n = 293) de la muestra de guanaco se encuentra fragmentada —sin contemplar dientes—. Dominan las fracturas en estado fresco (77,1%; n = 237), con patrones longitudinales, transversales y helicoidales. A su vez, se registra una mayor fragmentación de este taxón con respecto al período anterior, expresada en una relación NISP:MNI = 76,7 y NISP:MNE = 2,06.

La correlación %MAU/MGUI es negativa, baja y estadísticamente no significativa (rs = −0,11; p > 0,05), y describe, nuevamente, una curva similar a una Reverse Utility Strategy. La correlación de %MAU/ISC es negativa, media y estadísticamente significativa (rs = −0,50; p < 0,05), al igual que en el bloque previo. Sin embargo, a diferencia de éste último, los resultados de las correlaciones %MAU/IM y %MAU/IMI fueron positivos, altos y estadísticamente significativos (rs = 0,74; p < 0,05 y rs = 0,83; p < 0,001 respectivamente).

De los especímenes de guanaco (n = 307, excluyendo dientes), el 33,8% (n = 104) posee huellas antrópicas (Tabla 2). A diferencia del bloque previo predominan las huellas de percusión sobre las de corte. Estas últimas se registran tanto en la porción axial como en la apendicular. Su análisis sobre la porción axial sugiere la realización de actividades de descarne (huellas oblicuas sobre cuerpo y apófisis transversa de vértebras torácicas, borde craneal y caudal de costillas, y cara medial de la escápula), de desarticulación (huellas oblicuas y transversales sobre tuberosidad de la costilla y cercanas a la cavidad glenoidea de la escápula) y de obtención de órganos ricos en grasas de la cabeza (huellas oblicuas sobre hioides y superficie interna de fragmento de cráneo occipital). Por su parte, sobre la porción apendicular sugieren actividades vinculadas con el desollado (huellas transversales y longitudinales sobre cara lateral de la diáfisis del metapodio y sobre las diáfisis distales de las falanges proximales), con el descarne (huellas oblicuas y longitudinales sobre diáfisis proximales, mediales y distales de huesos largos), con la desarticulación (huellas oblicuas cortas sobre la epífisis distal del radio-cúbito, metapodio y epífisis proximales de las falanges) y con la remoción de periostio (marcas de raspado sobre diáfisis de metapodio y fémur).

Las huellas de percusión en su mayoría están sobre la porción apendicular, aunque se destaca nuevamente su presencia sobre un fragmento de mandíbula. Al igual que en el bloque previo, sus porcentajes son mayores sobre las diáfisis de los huesos largos, diferenciándose de aquél por la presencia de huellas de percusión sobre huesos compactos (astrágalo, rótula y calcáneo) y un aumento de su frecuencia sobre las falanges (Tabla 2). En su mayoría se trata de negativos de impacto acompañados de lascas adheridas, ubicadas en los laterales de fracturas de las diáfisis de los huesos largos y falanges. A su vez la presencia de machacado sobre diáfisis de radio-cúbito, húmero y tibia (cara dorsal, medial y caudal respectivamente) sugieren el uso de estos elementos como retocadores (e.g., Jackson Reference Jackson1990).

En este bloque, sólo un 4,8% (n = 16) de los especímenes de guanaco se encuentra termoalterado. De estos el 81,3% corresponde a la porción apendicular, mientras que el 18,7% restante se registró sobre la porción axial (fragmentos de cráneo, costilla e hioides).

Tercer bloque (3800-3600 años aP)

El 15,4% del conjunto pudo ser identificado taxonómicamente. Dominan los especímenes del orden Artiodactyla (45%), mientras que la especie más representada continúa siendo el guanaco (44,3%; Tabla 1).

Predomina la porción apendicular del esqueleto del guanaco (77,2%; n = 183) frente a la axial (22,7%; n = 54), sin contar los dientes (n = 37). Se observa una mayor representación de autopodios y, al igual que en el segundo bloque, se distingue un patrón de dominancia de diáfisis sobre las epífisis de los huesos largos (Figura 2). El MNI = 3 fue calculado teniendo en cuenta la presencia de un individuo menor a tres meses de edad —epífisis proximal de radio-cúbito (RC6) derecho sin fusionar— y dos individuos mayores a tres meses de edad —epífisis proximal de radio-cúbito (RC3) derecha fusionada—.

El 85,7% (n = 204) de los especímenes de guanaco están fragmentados —sin contemplar dientes—. A diferencia de los bloques previos, dominan las fracturas en estado seco (60,7%, n = 124). Por su parte, si bien disminuye la frecuencia de especímenes con fracturas frescas (39,3%, n = 80), estos continúan mostrando patrones longitudinales y helicoidales. En este bloque la relación NISP:MNI del guanaco aumenta (=79), mientras que el NISP:MNE disminuye (=1,4).

Al igual que los bloques previos, la correlación %MAU/MGUI arrojó un resultado negativo, medio y estadísticamente no significativo (rs = −0,33; p > 0,05), con una curva de utilidad semejante a una Reverse Utility Strategy; mientras que el %MAU/ISC vuelve a indicar una correlación negativa, alta y estadísticamente significativa (rs = −0,82; p < 0,0001). A diferencia del bloque previo, en este conjunto el %MAU/IM dio como resultado una correlación positiva, media y estadísticamente no significativa (rs = 0,55; p > 0,05); mientras que el %MAU/IMI mostró una correlación positiva, media y estadísticamente significativa (rs = 0,66; p < 0,01).

En este bloque tanto el porcentaje de especímenes de guanaco con huellas, como la variedad de elementos es menor que en los anteriores (19,7%, n = 47; sobre un n = 237, excluyendo dientes). Al igual que en el primer bloque y a diferencia del segundo, predominan las huellas de corte por sobre las de percusión. Las primeras se registran tanto en la porción axial como en la apendicular del esqueleto. Su análisis sobre la porción axial sugiere la realización de actividades de cuereo (huellas oblicuas y superficiales sobre cara externa de fragmento de cráneo occipital) y de descarne (huellas oblicuas y longitudinales sobre el cuerpo de una vértebra cervical en su cara lateral, borde craneal de las costillas y fosa infra espinosa de escápula); mientras que sobre la porción apendicular sugieren la realización de actividades tales como desollado (huellas oblicuas continuas cercanas a las epífisis distales y proximales de las falanges primeras y segundas), descarne (huellas oblicuas y longitudinales sobre diáfisis proximales, mediales y distales de huesos largos), desarticulación (huellas trasversales sobre epífisis proximales de metacarpo y metatarso, y epífisis distales de metapodio y radio-cúbito) y remoción de periostio (huellas de raspado sobre las diáfisis de metapodio en su cara dorsal, borde lateral de tibia y húmero).

A diferencia de los bloques previos, las huellas de percusión sólo se documentan sobre huesos largos, predominando su presencia sobre diáfisis y epífisis de metapodios y, en segundo lugar, sobre diáfisis de zeugopodios (Tabla 2). En su mayoría se trata de negativos de impacto acompañados de lascas adheridas, ubicadas en los laterales de fractura. Nuevamente, la presencia de machacado y su ubicación sobre diáfisis de metapodio, húmero y tibia (cara dorsal, medial y caudal respectivamente) sugiere el uso de dichos elementos como retocadores. A diferencia de los conjuntos previos, se registró la presencia de marcado perimetral parcial sobre una epífisis distal de radio-cúbito y no se documentaron huellas de percusión sobre las falanges.

En este bloque el porcentaje de especímenes de guanaco afectados por el fuego alcanza el 4% (n = 11), siendo un porcentaje similar al del bloque previo. Lo mismo ocurre con respecto a las frecuencias de termoalteración registradas en el esqueleto apendicular (81,9%) y axial (18,1%).

Cuarto bloque (ca. 350 años aP)

El 68,4% del conjunto pudo ser identificado taxonómicamente. Predomina la categoría de Mammalia mediana (85,4%) y la especie más representada continúa siendo el guanaco (6,9%; Tabla 1).

Domina la porción apendicular del esqueleto del guanaco (88,9%; n = 8) frente a la axial (11,2%; n = 1). Se estimó un MNI = 2 en base a la presencia de una epífisis proximal derecha sin fusionar de falange primera —FPD1/FPT1— (individuo menor a 30 meses) y una epífisis proximal izquierda fusionada del mismo elemento (individuo mayor de 30 meses).

El 77,7% (n = 7) de los especímenes de guanaco se encuentran fragmentados, habiendo un 57,1% (n = 4) en estado fresco con fractura principalmente longitudinal. En este bloque el guanaco registra la menor fragmentación del sitio, expresada en una relación NISP:MNI = 3,5 y NISP:MNE = 1.

Los especímenes presentes son sólo aquéllos con valores bajos y nulos de MGUI. Por otro lado, dado el pequeño tamaño de la muestra y la ausencia de elementos adecuados, no pudieron realizarse estimaciones referidas al ISC, el IM y el IMI, ni correlaciones estadísticas. El conjunto arqueofaunístico no presenta huellas antrópicas ni de termoalteración.

Discusión de los resultados

En síntesis, los análisis permitieron documentar tanto una serie de variaciones como continuidades entre los conjuntos faunísticos de RB1. Destacamos las variables más relevantes para la discusión en la Tabla 3.

Tabla 3. Síntesis de los resultados alcanzados.

* Sin contar fragmentos de dientes/molares.

** Sin contar elementos completos.

*** Fiel y Marchionni 2021.

En primer lugar, se registró una disminución de la frecuencia de especímenes de guanaco (Tabla 1). En los tres primeros bloques, ésta parece deberse a un aumento en la extensión de la fragmentación (Tabla 3), con su consecuente incremento del NID, y no a una disminución en el interés sobre dicho ungulado, como lo demuestran los valores casi constantes en su MNE. Por el contrario, en el cuarto bloque, la baja representación del guanaco no sería producto de la fragmentación del conjunto, sino que podría estar respondiendo principalmente a factores tafonómicos de pérdida y mezcla de material óseo producto de los derrumbes ocurridos en la secuencia sedimentaria del sitio (Fiel y Marchionni Reference Fiel and Marchionni2021; Mehl y Franco Reference Mehl, Franco, Salemme, Santiago, Álvarez, Piana, Vázquez and Mansur2009) y de la introducción en el registro de fauna alóctona (representada en el sitio por especímenes de Ovis orientalis aries).

Entre 4200 y 3600 años aP los perfiles etarios sugieren que restos de individuos juveniles (entre tres y seis meses) y de adultos ingresaron a RB1 para su procesamiento. La presencia de guanacos juveniles sugiere el uso estival del sitio y posiblemente el transporte de presas a éste desde zonas próximas más altas (>500 m snm). Esto probablemente se relacione con el hecho de que durante la temporada de parición los guanacos privilegiarían las zonas altas por su mayor productividad (Borrero y Carballo Marina Reference Borrero, Marina and Borrero1998). En cambio, hacia 350 años aP sólo se documentaron individuos adultos carentes de huellas antrópicas. Esto podría estar respondiendo a un cambio en los patrones de transporte de presas, a un uso estacional diferente del sitio y/o a procesos de pérdida por cuestiones tafonómicas.

Los resultados de los tres primeros bloques sugieren que tanto el esqueleto axial como el apendicular del guanaco fueron transportados al sitio. No obstante, el perfil anatómico de dicho animal muestra algunas diferencias en su representación en relación con los recursos que brinda. En el primer bloque se registró la presencia de casi todos los elementos que componen la carcasa del guanaco; no obstante, predomina la porción apendicular (especialmente los elementos con cantidades medias de carne y médula). En el segundo bloque, en cambio, la porción axial y la apendicular presentan porcentajes muy similares. La primera incluye elementos asociados a cortes de carne y órganos con alto tenor graso, mientras que en la segunda predominan los elementos con cantidades medias de carne, y medias a bajas de médula. En el tercer bloque, la porción apendicular vuelve a estar representada por una mayor frecuencia de especímenes frente a la porción axial. En este caso predominan los elementos con cantidades bajas de médula, seguidos por aquellos con cantidades medias de carne. En el cuarto bloque disminuyen notablemente la cantidad y la variedad de especímenes de guanaco, dominando la porción apendicular (únicamente elementos con cantidades bajas de médula y nulas de carne).

Los resultados del %MAU/ISC (Figura 3), sugieren que aquellos elementos aptos para el secado de carne presentan, a lo largo de toda la secuencia, bajas frecuencias. Esto, junto con la evidencia de procesamiento del esqueleto axial (cuereo, desarticulación y descarne, Tabla 3), indica que dichos elementos podrían haber ingresado a RB1, sugiriendo el uso continuo de una estrategia orientada al secado de carne, posiblemente con la intención de consumirla de manera diferida fuera del sitio.

Figura 3. Cuadro comparativo de los diferentes índices de utilidad económica y densidad mineral ósea calculados en base al %MAU del guanaco. (Color en la versión electrónica)

La correlación del %MAU/MGUI de los tres primeros bloques indica la ausencia de una estrategia de transporte en función de los recursos con alto rinde cárnico (Figura 3). En este punto, cabe recordar que dichos bloques mostraron una curva de utilidad similar a una Reverse Utility Strategy, lo cual sugiere una mayor representación de aquellos elementos de bajo rendimiento cárnico y medular. La interpretación de dicha curva suele presentar un problema de equifinalidad, pudiendo ser explicada tanto por un transporte, descarte y/o procesamiento diferencial de partes anatómicas, como por una menor representación de los elementos de baja DMO (pero alto MGUI) debido a un ambiente postdepositacional no apto para su preservación (Binford Reference Binford1978; Lyman Reference Lyman1992; Marean y Frey Reference Marean and Frey1997; Miotti y Marchionni Reference Miotti and Laura2014, entre otros). Sin embargo, los resultados del análisis tafonómico indicaron que la muestra no estaría moldeada por los efectos de la DMO (Tabla 3), sugiriendo que la curva registrada podría ser el resultado del accionar antrópico —procesamiento y consumo— (Fiel y Marchionni Reference Fiel and Marchionni2021), específicamente el resultado de una alta fragmentación ósea para acceder a la médula de los huesos largos.

En el primer bloque las correlaciones %MAU/IM y %MAU/IMI arrojan resultados no significativos, sugiriendo la ausencia de selección de partes en función de la médula y médula insaturada. En cambio, en el segundo y tercer bloque estos índices indican una presencia alta y estadísticamente significativa de elementos con cantidades elevadas y medias de médula y, especialmente, con cantidades elevadas de médula insaturada (Figura 3). Si se tiene en cuenta que el segundo bloque corresponde a un período de relativa humedad en la CSRSC, en comparación con momentos previos (Franco et al. Reference Franco, Borrero, Brook and Mancini2018), el aumento en la representación de dichos elementos podría derivarse de una necesidad nutricional de los grupos humanos producto del incremento demográfico que se habría dado en el área durante este período. Este aumento demográfico podría haber incentivado el transporte de las unidades con menor rinde para ser aprovechadas dentro del sitio y, de esta forma, cubrir las necesidades alimenticias de grupos más grandes (e.g., Binford Reference Binford1978; Charnov Reference Charnov1976; Kelly Reference Kelly1995). Por su parte, durante el tercer bloque las condiciones ambientales se habrían vuelto más hostiles (erupción del volcán Aguilera y aumento de la aridez; Franco et al. Reference Franco, Borrero, Brook and Mancini2018). Esto puede haber resultado en un aumento del stress nutricional para las poblaciones de guanacos y, en consecuencia, para los grupos humanos que basaban su subsistencia en la caza de esa presa. Dicho stress podría haber tenido un fuerte impacto en las poblaciones humanas debido a que tiene lugar luego del mencionado incremento demográfico. La médula —especialmente aquella localizada en las extremidades distales del guanaco— sería esencial para cubrir las necesidades del consumo antrópico bajo las condiciones ambientales y demográficas mencionadas (ver Blumenschine y Madrigal Reference Blumenschine and Madrigal1993; Rindel Reference Rindel2013; Speth Reference Speth1983).

El análisis de las huellas antrópicas registradas entre 4200 y 3600 años aP, dio cuenta, por su parte, de un procesamiento diferencial del guanaco a lo largo de la secuencia. En el primer bloque (4200-4100 años aP), la distribución de huellas de corte sugirió la realización de actividades de desarticulación y descarne en todo el esqueleto del guanaco, así como la obtención de cueros y tendones de las extremidades (Tabla 3). La distribución de las huellas de percusión sugiere un procesamiento dirigido a la obtención de médula proveniente de las diáfisis de elementos con mayor cantidad de dicho recurso (estilopodios y zeugopodios) y, en menor medida, el de los autopodios. Es relevante destacar que para este período los índices de fragmentación ósea sugirieron una fragmentación no extensa y, a su vez, no intensa (Tabla 3). Esto en parte explicaría la documentación de una alta frecuencia de huellas antrópicas sobre especímenes identificados como guanaco (sensu Lyman Reference Lyman2008). En este sentido la evidencia de huellas antrópicas coincide con la información obtenida de los índices de anatomía económica, sugiriendo un aprovechamiento del guanaco dirigido principalmente hacia la obtención de recursos de fácil procesamiento como la carne y elementos con alto contenido de médula, los cuales no precisan estar muy fragmentados para acceder al tuétano de su interior.

En el segundo bloque (4100-3900 años aP) la distribución de huellas de corte sugirió la realización de actividades de desarticulación y descarne en todo el esqueleto del guanaco, la obtención de cueros y tendones de las extremidades y, a diferencia del bloque previo, también indican la obtención de órganos ricos en grasa de la cabeza (lengua y cerebro respectivamente; Tabla 3). La presencia de negativos de impacto sobre un fragmento de maxilar superior refuerza esta idea. La distribución de las huellas de percusión sugiere un procesamiento dirigido a la obtención de médula proveniente de las diáfisis de todos los elementos que componen las extremidades, destacándose la fractura intencional de huesos compactos (cuyas grasas son de difícil acceso para el consumo humano) y un aumento del procesamiento de las falanges orientado a la obtención de médula. El aumento de la frecuencia relativa de dichas huellas sugiere que estas actividades fueron más recurrentes que en el bloque previo. En este período la evidencia de huellas antrópicas coincide con los resultados de los índices de anatomía económica (Figura 3), indicando que los elementos con alto y medio contenido de médula (estilopodios y zeugopodios) y elementos con alto contenido de grasas insaturadas (autopodios) efectivamente fueron procesados. Con respecto a esto, los índices de fragmentación obtenidos (Tabla 3) parecen indicar un procesamiento más extenso, así como más intenso del guanaco. Esto es apoyado por un aumento del NID y del NISP de Artiodactyla (posible guanaco), ya que un aumento de fragmentación suele estar acompañado por una menor posibilidad de identificación a nivel anatómico y taxonómico. Por su parte, la menor identificabilidad de este conjunto podría explicar el menor porcentaje de huellas antrópicas (ver Lyman Reference Lyman2008). En este caso, el mayor procesamiento de elementos con menor cantidad de médula podría estar sugiriendo la necesidad de explotar al máximo los recursos que brinda dicho ungulado (Binford Reference Binford1978; Charnov Reference Charnov1976; Kelly Reference Kelly1995), lo cual respalda la idea de un aumento demográfico de los grupos humanos para este período. A su vez, el alto porcentaje de diáfisis con fracturas en estado fresco con huellas laterales de percusión asociadas, en conjunto con la evidencia de raspado para remover el periostio de las mismas porciones, indica cierto interés en controlar la forma de las fracturas. Esto podría ser un indicador de la preparación de los huesos para la formatización de instrumentos óseos (Scheinsohn Reference Scheinsohn1997), lo que se ve respaldado por el registro de instrumentos óseos (Franco, Brook et al. Reference Franco, Brook, Guráieb, Mancini, Guarido, Mehl and Montenegro2017).

En el tercer bloque (3800-3600 años aP) la distribución de huellas de corte continúa sugiriendo el descarne de todo el esqueleto del guanaco. A diferencia de los bloques previos, la cabeza no presenta evidencia vinculada a la obtención de órganos ricos en grasa, pero sí de cuereo, sugiriendo la obtención completa de pieles. Por otra parte, no se registró evidencia vinculada con la extracción de tendones de las extremidades y la desarticulación sólo tendría lugar sobre las extremidades del guanaco (Tabla 3). La distribución de las huellas de percusión está restringida a los huesos largos y sugiere un procesamiento dirigido a la obtención de médula principalmente de los metapodios y, en menor proporción, de los zeugopodios y estilopodios. La concentración de las huellas de percusión sobre los metapodios y su menor representación sobre el resto del esqueleto de guanaco sugiere que el procesamiento de elementos con alto contenido de médula insaturada fue mayor que el de aquellos con mayor cantidad de tuétano y carne. En este período la evidencia de huellas antrópicas coincide con los resultados de los índices de anatomía económica (Figura 3), indicando que los elementos con alto contenido de médula insaturada (metapodios) efectivamente fueron los más procesados, y los elementos con alto y medio contenido de tuétano (estilopodios y zeugopodios) ocuparían un segundo lugar. Debe destacarse que las falanges, si bien presentan fracturas frescas, no tienen huellas de percusión laterales asociadas, pudiendo llegar a ser un indicador de preferencias culturales vinculadas a la forma de su procesamiento, ya que dicha evidencia sí está presente en los bloques previos y por lo general también en la mayoría de los sitios de Patagonia. Además, en este conjunto, si bien aumenta el NID y el NISP de Artiodactyla, también disminuyen los índices de fragmentación ósea del guanaco (Tabla 3). En este caso, la menor identificabilidad de la muestra, el predominio de especímenes de guanaco con fracturas en estado seco y la disminución de la evidencia de huellas antrópicas pueden estar relacionados al cavado de las estructuras de entierro penecontemporáneas, ya que la remoción de sedimento podría haber producido fracturas posdepositacionales disminuyendo el tamaño de los especímenes y, en consecuencia, el nivel de identificabilidad de la muestra y el de sus alteraciones antrópicas. Esto se ve reflejado también en una curva de meteorización más extensa que la registrada en los bloques previos (Fiel y Marchionni Reference Fiel and Marchionni2021). Cabe recordar que en este bloque la representación de las epífisis de los huesos largos es muy baja en contraste con la de las diáfisis de los mismos elementos, no habiéndose encontrado, hasta el momento, ningún factor tafonómico que lo explique (Fiel y Marchionni Reference Fiel and Marchionni2021). Si bien no descartamos un procesamiento intenso de dichas porciones, se necesita otro tipo de información para contrastar dicha hipótesis (ver Outram Reference Outram2001). La información paleoclimática del área indicó que este período se caracterizaría por una mayor aridez con respecto a momentos previos, lo que en conjunto con la evidencia de un mayor procesamiento de los elementos con médula insaturada sugiere la existencia de un posible stress nutricional durante este bloque, tanto para las poblaciones de guanaco como para los grupos humanos (Morín Reference Morín2007; Rindel Reference Rindel2013). Nuevamente, se registró cierto interés en controlar la fractura de los restos óseos posiblemente para obtener formas bases para la realización de instrumentos, lo cual estaría respaldado por la presencia de retocadores.

Finalmente, a diferencia de momentos previos, en el cuarto bloque (ca. 350 aP) ningún taxón presenta evidencias de huellas antrópicas. La fragmentación del guanaco en este conjunto es la más baja registrada en el sitio (Tabla 3). El predominio de metapodios y falanges, acompañado de la ausencia de casi todo el esqueleto del guanaco, podría interpretarse como señal de que durante este período el sitio RB1 podría estar siendo utilizado como lugar de avistamiento de presas. En este sentido, la presencia de autopodios podría deberse a su potencial consumo como snacks durante el avistamiento de presas (Binford Reference Binford1978, Reference Binford1981). Por su parte, debe considerarse que la evidencia de procesamiento podría estar siendo enmascarada por los procesos postdepositacionales registrados en este bloque (Fiel y Marchionni Reference Fiel and Marchionni2021). El cambio en su funcionalidad tiene sentido si consideramos que para este momento ya habrían tenido lugar los derrumbes del sitio; en consecuencia, es probable que los grupos humanos no continuaran usando RB1 como lugar de habitación debido al riesgo que ello acarrearía. No obstante, nuevamente remarcamos que estos resultados pueden estar siendo afectados por el tamaño de la muestra.

Integración con los resultados del área

A efectos de obtener más información sobre la forma de utilización del guanaco en la CSRSC se integraron los resultados obtenidos en RB1 con aquellos provenientes de ChM2.

La información paleoambiental indica que en la estepa donde está localizado RB1, al este de la CSRSC, las condiciones ambientales habrían sido áridas hasta circa 4200 años aP. A partir de ese momento se registra un leve aumento de la humedad, acompañado de un aumento en la evidencia de ocupación humana de RB1 (Franco et al. Reference Franco, Borrero, Brook and Mancini2018). La evidencia zooarqueológica fechada entre 4200 y 4100 años aP (primer bloque) indica que una amplia variedad de recursos del guanaco habría sido aprovechada, aunque no de manera intensa, sugiriendo el desarrollo de estrategias orientadas al aprovechamiento de aquellas partes con recursos de más fácil obtención y procesamiento. Esta evidencia concuerda con lo esperado para momentos de condiciones climáticas relativamente favorables y con una demografía relativamente baja de los grupos humanos, en la que maximizar el acceso a los recursos no sería necesario. Esto había sido registrado previamente hacia el oeste del área, en ChM2 entre circa 6300 y 5500 años aP (Otaola Reference Otaola, Salemme, Santiago, Álvarez, Piana, Vázquez and Mansur2009).

La información proveniente de espacios más occidentales basada en la distribución de sitios y en las características de los artefactos y la materia prima lítica utilizada (Franco et al. Reference Franco, Borrero, Brook and Mancini2018), indicó que entre 4300 y 3800 años aP habría comenzado la ocupación efectiva de la CSRSC. Para este momento en RB1 (4100-3900 años aP) se registra un aumento en la diversidad de especies procesadas, que incluyen aves pequeñas y medianas, Tacheyres brachypterus y Lycalopex griseus (Fiel y Marchionni Reference Fiel and Marchionni2021), aunque el guanaco continúa siendo la presa principal. A su vez, se documenta una mayor representación y procesamiento de aquellos elementos con alto contenido de médula y de médula insaturada, sugiriendo la existencia de algún tipo de presión sobre los grupos humanos que los llevaría a procesar aquellas partes costosas en términos de obtención de recursos. Inclusive, la presencia de instrumentos óseos hacia el final de este período indica una mayor diversidad en cuanto a las formas de aprovechamiento del guanaco. Esta variación en el procesamiento de dicho ungulado también fue documentada en ChM2 (entre ca. 3800 y 2500 años aP) momento para el cual se registró una estrategia imparcial de selección de unidades anatómicas y una mayor tasa de depositación de especímenes óseos (Otaola Reference Otaola, Salemme, Santiago, Álvarez, Piana, Vázquez and Mansur2009; Otaola y Franco Reference Otaola and Franco2008). Sobre la base de estos antecedentes, es probable que el aumento del procesamiento del guanaco registrado en RB1 sea también un reflejo del aumento del número de personas que conformaban los grupos cazadores-recolectores que frecuentaban el área (ver Binford Reference Binford1978; Charnov Reference Charnov1976; Kelly Reference Kelly1995).

Posteriormente se depositaron en RB1 cenizas procedentes de la erupción del volcán Aguilera (datadas ca. 4030-3860 años aP) y el registro de condiciones de mayor aridez (a partir de 3750 años aP). A partir de este momento, RB1 comienza a ser utilizado como sitio de entierro. Si bien para este período la evidencia arqueofaunística continúa mostrando similitudes tales como el mantenimiento de estrategias orientadas al aprovechamiento del esqueleto apendicular del guanaco, la obtención de médula insaturada y el secado de carne, también existen variaciones vinculadas con una menor evidencia del procesamiento del guanaco en general. Específicamente nos referimos a una disminución del procesamiento de los huesos largos con mayor contenido de tuétano. El mantenimiento de una estrategia de obtención de médula insaturada —pero no de una estrategia de obtención de médula proveniente de aquellos elementos con alto contenido de tuétano— podría estar reflejando un stress nutricional en las presas. Esto se debería a que la médula insaturada contenida en los elementos distales es la última en ser utilizada por el metabolismo del guanaco y, en consecuencia, la última disponible —bajo condiciones de stress nutricional— para cubrir las necesidades nutricionales de los grupos humanos (Morín Reference Morín2007). La baja evidencia de huellas de percusión para la obtención de médula de las falanges —abundante en los bloques previos— sugiere que las variaciones en el procesamiento de fauna en este tercer bloque podrían deberse tanto a preferencias culturales en cuanto a la forma de procesamiento de los restos óseos para su consumo, como a los procesos tafonómicos resultantes del cavado de las estructuras.

Luego RB1 deja de ser utilizado por un período prolongado, ignorándose si esto se debe a la existencia de condiciones extremadamente áridas en este sector del espacio o a los derrumbes del alero. Paralelamente, al oeste donde las condiciones eran más húmedas (Franco et al. Reference Franco, Borrero, Brook and Mancini2018), ChM2 continuó siendo utilizado como lugar de procesamiento de presas, habiéndose identificado una estrategia imparcial de selección de unidades anatómicas hacia circa 2500 años aP (Otaola y Franco Reference Otaola and Franco2008).

Es recién a partir de la Pequeña Edad de Hielo que RB1 vuelve a presentar evidencias de ocupación humana. Dentro de este período relativamente más húmedo en la estepa —en contraste con momentos previos— hacia circa 350 años aP se documenta un episodio de aumento de la aridez. Es para este momento que el perfil anatómico del guanaco da cuenta de una representación diferente de dicho animal con respecto a bloques previos; no obstante, no se encontró evidencia clara de su procesamiento, existiendo la posibilidad de que haya sido utilizado como sitio de avistamiento de presas. Cabe señalar que las evidencias culturales y genéticas apuntan a la presencia de nuevos grupos humanos en el área (Franco, Galimany et al. Reference Franco, Galimany, Moraga and Borrero2017). Si bien no podemos realizar una interpretación confiable sobre el procesamiento del guanaco durante este último bloque debido al pequeño tamaño de la muestra; los cambios documentados en el registro arqueofaunístico de RB1 podrían llegar a ser tomados como un indicador más de la entrada de nuevos grupos humanos que estarían usando de manera diferente estos espacios con respecto a los periodos previos.

Conclusiones

La integración de los resultados arqueofaunísticos de RB1 y ChM2 sugiere que ambos sitios habrían funcionado, hacia fines del Holoceno medio e inicios del Holoceno tardío, como lugares de procesamiento y consumo final de guanacos. En ambos casos, durante la ocupación efectiva del área (4300-3800 años aP) se registró una tendencia creciente orientada a la obtención de médula de los huesos largos. Hacia 3800-3600 años aP se registran diferencias entre estos dos sitios: el registro faunístico sugiere que las actividades desarrolladas en RB1 estarían relacionadas a los cambios ambientales registrados en la estepa y en cierta manera vinculadas a los eventos de entierro penecontemporáneos, mientras que en ChM2 la evidencia continúa indicando actividades vinculadas al procesamiento para el consumo humano de fauna (Otaola y Franco Reference Otaola and Franco2008). El hecho de que en ambos espacios utilizaran el método de talla Levallois recurrente centrípeto sugiere que estaban siendo utilizados por los mismos grupos humanos, quienes probablemente habrían usado dichos sectores de la CSRSC de manera complementaria. Esto se debería, en parte, a que las condiciones ambientales habrían sido diferentes en ambos espacios, utilizando a uno de los sitios como lugar de entierro. Esta forma de uso complementario persiste posteriormente durante un momento de condiciones extremadamente áridas en la estepa, registrándose la presencia de un nuevo entierro en RB1 fechado en circa 2100 años aP. Por el contrario, en ChM2, donde las condiciones son más húmedas, continúo siendo utilizado para el procesamiento de presas. Las evidencias más tardías de la presencia humana en RB1, provenientes de un pequeño fogón fechadas en circa 350 años aP, datan de un momento para el cual este sitio habría cambiado de forma y habría perdido gran parte de su reparo debido a los derrumbes provocados por las crecidas del Río Bote. Para este momento nuevos grupos humanos habrían comenzado a frecuentar la CSRSC, siendo los resultados aquí alcanzados consistentes con la hipótesis de un cambio en la forma de utilización del área.

Los datos obtenidos destacan la importancia de integrar la información del registro arqueofaunístico con el paleoambiental, como también de tener en cuenta los cambios en la configuración del paisaje a través del tiempo.

Agradecimientos

A la Dra. Laura Marchionni y a los evaluadores, cuyos comentarios contribuyeron a mejorar el manuscrito. Finalmente, a Patrimonio Cultural de Santa Cruz, a Berni Roil y Gerardo Povazsan.

Declaración de financiaciamiento

Hemos recibido apoyo financiero para las excavaciones y fechados de parte de el proyecto UBACyT 20020170100663BA, National Geographic Society (Grant 8397-08), CONICET-NSF 2014 (Resolución 3080), University of Georgia Research Foundation y University of Arizona.

Declaración de disponibilidad de datos

El material analizado se encuentra en el IMHICIHU-CONICET y datos adicionales podrán ser solicitados a las autoras.

Conflicto de intereses

Los autores declaran que no hay ningún conflicto de intereses.

References

Referencias citadas

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Figure 0

Figura 1. Ubicación de los sitios mencionados en el texto. (Color en la versión electrónica)

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Tabla 1. Determinación taxonómica por bloque temporal.

Figure 2

Figura 2. Representación del %MAU por bloque temporal.

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Tabla 2. Porcentaje de huellas antrópicas sobre elementos de guanaco.

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Tabla 3. Síntesis de los resultados alcanzados.

Figure 5

Figura 3. Cuadro comparativo de los diferentes índices de utilidad económica y densidad mineral ósea calculados en base al %MAU del guanaco. (Color en la versión electrónica)