El objetivo del presente artículo es poner de manifiesto algunas fuentes hasta ahora no señaladas del libro 1 del Chronicon Mundi de Lucas de Tuy. Esta obra es la primera de las grandes obras historiográficas hispanolatinas del s. XIII. La comienza a redactar su autor a partir de 1230 y la concluye hacia 1237. Sólo nueve años más tarde, y tomándola ya de fuente para muchos de sus capítulos, el arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de Rada concluye su De rebus Hispanie, la segunda de las grandes historias escritas en el siglo XIII. Lucas de Tuy, nacido en León posiblemente y a finales del s. XII, fue diácono del monasterio San Isidoro de Léon y posteriormente canónigo. Viajó a lo largo de su vida por muchos lugares, París, Roma, Grecia e incluso Constantinopla y los Santos Lugares. En 1239 fue nombrado obispo de Tuy, junto al río Miño, en la frontera con Portugal, de donde el gentilicio de Tudense. De su mano salieron el mencionado Chronicon Mundi y otras dos obras más: el De altera vita, conocido también como Adversus albigensium errores libri III, pero que en realidad más que ir contra posibles albigenses leoneses, en realidad versa sobre un conjunto de filósofos de León autoproclamados “filosofos naturales,” cuyos nombres nos resultan desconocidos y seguidores del averroísmo más avanzado, y ello mucho antes del apogeo del averroísmo en Europa; y el De miraculis sancti Isidori, obra sobre los milagros del santo obispo de Sevilla, en razón de la cual se le han atribuido la Historia translationis sancti Isidori y una Vita sancti Isidori. Pero su obra fundamental, al menos por lo que a la historiografía se refiere, es el Chronicon Mundi.