Published online by Cambridge University Press: 20 January 2017
Sicklepod and pitted morningglory are two of the most important weed species in row-crop production in the southeastern United States. The upcoming introduction of soybean and cotton varieties resistant to 2,4-D and dicamba will increase the reliance on these auxinic herbicides. However, it is not clear how these herbicides will affect sicklepod and pitted morningglory control. Field experiments were conducted in 2013 and 2014 in Jay, FL to determine whether 2,4-D (560 and 1,120 g ae ha−1), dicamba (420 and 840 g ae ha−1), and glyphosate (1,060 g ae ha−1) alone or in combination applied when weed shoots were 11 (early POST [EPOST]) and 22 (late POST [LPOST]) cm long effectively control and prevent seed production of sicklepod and pitted morningglory. LPOST provided more effective control of sicklepod than EPOST. This was attributed to emergence of sicklepod seedlings after the EPOST application. When glyphosate was tank mixed with 2,4-D or dicamba, sicklepod control was higher (78 to 89% and 87 to 98% in 2013 and 2014, respectively) than for single-herbicide treatments (45 to 77% and 38 to 80% in 2013 and 2014, respectively) 6 wk after treatment (WAT). Pitted morningglory control was not affected by application timing, and 2,4-D provided 91 to 100% 6 WAT, which was equivalent to treatments with tank mixtures containing glyphosate. Dicamba applied at 420 g ha−1 had the lowest pitted morningglory control (44 to 70% and 82 to 86% in 2013 and 2014, respectively). Sicklepod and pitted morningglory plants that survived and recovered from herbicide treatments produced the same number of viable seeds as nontreated plants in most treatments. The results of the present study indicated that the use of 2,4-D and dicamba alone will not provide adequate extended control of sicklepod, and the use of tank mixtures that combine auxinic herbicides with glyphosate or other POST herbicides will be necessary to manage sicklepod adequately in 2,4-D- or dicamba-resistant soybean and cotton. Because sicklepod plants that survived a single herbicide application are capable of producing abundant viable seeds, integrated approaches that include PRE herbicides and sequential POST control options may be necessary to ensure weed seed bank reductions.
Senna obtusifolia e Ipomoea lacunosa son dos de las especies de malezas más importantes en la producción de cultivos en hileras en el sureste de los Estados Unidos. Próximamente, la introducción de variedades de soja y algodón resistentes a 2,4-D y dicamba aumentará la dependencia en estos herbicidas auxínicos. Sin embargo, no está claro cómo estos herbicidas afectarán el control de S. obtusifolia e I. lacunosa. En 2013 y 2014, se realizaron experimentos de campo en Jay, FL para determinar si 2,4-D (560 y 1,120 g ae ha−1), dicamba (420 y 840 g ae ha−1), y glyphosate (1,060 g ae ha−1) solos o en combinación, aplicados cuando la parte aérea de las malezas alcanzó 11 (POST temprana [EPOST]) y 22 (POST tardía [LPOST]) cm de largo, controlan efectivamente S. obtusifolia e I. lacunosa y previenen la producción de semilla. LPOST brindó un control más efectivo de S. obtusifolia que EPOST. Esto fue atribuido a la emergencia de plántulas de S. obtusifolia después de la aplicación EPOST. Cuando glyphosate fue mezclado en tanque con 2,4-D o dicamba, el control de S. obtusifolia fue superior (78 a 89% y 87 a 98% en 2013 y 2014, respectivamente) que tratamientos con un solo herbicida (45 a 77% y 38 a 80% en 2013 y 2014, respectivamente) 6 semanas después del tratamiento (WAT). El control de I. lacunosa no fue afectado por el momento de aplicación, y 2,4-D brindó 91 a 100% de control 6 WAT, lo cual fue equivalente a los tratamientos con mezclas en tanque que contenían glyphosate. Dicamba aplicado a 420 g ha−1 tuvo el menor control de I. lacunosa (44 a 70% y 82 a 86% en 2013 y 2014, respectivamente). Las plantas de S. obtusifolia e I. lacunosa que sobrevivieron y se recuperaron de los tratamientos de herbicidas produjeron el mismo número de semillas viables que las plantas sin tratamiento en la mayoría de los tratamientos. Los resultados del presente estudio indicaron que el uso de sólo 2,4-D y dicamba no brindará un control adecuado extenso de S. obtusifolia, y el uso de mezclas en tanque que combinen herbicidas auxínicos con glyphosate u otros herbicidas POST será necesario para manejar adecuadamente S. obtusifolia en soja y algodón resistentes a 2,4-D o dicamba. Debido a que las plantas de S. obtusifolia que sobrevivieron a aplicaciones sencillas de herbicidas son capaces de producir una abundante cantidad de semillas viables, estrategias integradas que incluyan herbicidas PRE y seguidos de opciones de control POST podrían ser necesarias para asegurar reducciones en el banco de semillas de malezas.
Associate Editor for this paper: Prashant Jha, Montana State University.