Los estudios y análisis políticos contemporáneos relativos al Islam están, a menudo, impregnados de juicios y valores éticos propios del medio cultural de los investigadores.

Se destacan, al respecto, dos tendencias principales. La primera, que puede calificarse de « occidentalocéntrica », corresponde a la obra de orientalistas o de islamólogos formados en occidente e influenciados por la cultura occidental. En sus análisis del Islam, lo parangonan con las normas morales o políticas occidentales. La segunda, que podría llamarse « apologyética » se refleja, por lo general, en los escritos de pensadores musulmanes que, como reacción contra los ataques de que es objeto el Islam por parte de la primera escuela, intentan glorificarlo y, en particular, encontrar en el mismo las nociones y las novedades culturales del mundo moderno, es decir, de hecho, de occidente. Para éstos, el Islam sería, por ejemplo, el inventor y el promoter del gobierno democratico, del socialismo, de la separación de los poderes, de los derechos humanos y del derecho humanitario.

La Cruz Roja es independiente. Auxiliares de los poderes públicos en sus actividades humanitarias y sometidas a las leyes que rigen los países respectivos, las Sociedades nacionales deben, sin embargo, conservar una autonomía que les permita actuar siempre de acuerdo con los principios de la Cruz Roja.

El enunciado de la Proclamación consta de tres elementos: el principio general de independencia, la auxiliaridad de la Cruz Roja y su autonomía respecto de los poderes públicos. Trataremos esos tres elementos sucesivamente.

El señor Constantin Tsatsos, presidente de Grecia, visitó, el 19 de marzo de 1980, la sede del CICR. Fue recibido por el presidente del CICR, señor Alexandre Hay, a quien acompañaban miembros del Comité y de la Dirección así como dirigentes de la Liga de Sociedades de la Cruz Roja.

Tras haber visitado una exposición relativa a la Agencia Central de Informaciones, el presidente Constantin Tsatsos departió acerca de cuestiones de actualidad con los representantes del CICR.

El presidente del CICR, señor Alexandre Hay, efectuó, del 27 de enero al 6 de febrero pasados, una misión en varios Estados árabes de Oriente Medio, acompañado por los señores Sergio Nessi, jefe de la División de Financiación del CICR, y Jean-Marc Bornet, delegado regional; estuvo sucesivamente en Kuwait, Bahrein, Qatar, Omán y los Emiratos Árabes Unidos. Es la primera visita oficial de un presidente del CICR a esa zona de los países árabes. El presidente del CICR fue recibido, en todas partes, con la mayor cordialidad por los jefes de los Estados, los miembros de los Gobiernos y los dirigentes de las Sociedades nacionales de la Media Luna Roja.

El presidente del CICR reseñó las principales actividades del CICR en el mundo y, particularmente, en los países musulmanes; se refirió a los difíciles problemas que se le plantean, en especial de índole financiera, debido a las necesidades cada vez mayores por razón de sus múltiples compromisos en las situaciones de conflicto.

Para suceder al seóor Pierre Basset, director de la Agencia Central de Informaciones desde 1977, que se jubiló, el CICR nombró al señor Ulrich Wasser, que asumió esa función el 1 de marzo pasado.

El señor Pierre Basset entró al servicio del CICR el año 1963 y, durante diecisiete años, desempeñó sucesivamente diversas importantes actividades: jefe de finanzas y de administración, delegado general para Oriente Medio, subdirector agregado a la presidencia, jefe de la Secretaría del Consejo Ejecutivo, y, por último, desde 1977, director de la Agencia Central de Informaciones. Los tres últimos años introdujo la informútica en la Agencia y se encargó de dirigir la construcción del nuevo edificio de ese servicio, tarea de la que se encargará tambien los meses próximos. El CICR ha expresado al señor Basset su sincera gratitud por los grandes servicios prestados.

Con motivo de su L aniversario, el Salón International del Automóvil de Ginebra donó al CICR una ambulancia de todo terreno especialmente equipada para las misiones difíciles.

El presidente del Salón del Automóvil, señor Francois Peyrot, hizo entrega del vehículo, el 20 de febrero, al presidente del CICR.

La ambulancia fué enviada inmediatamente al Pakistán, donde el CICR, la Liga y la Media Luna Roja Pakistaní despliegan actividades asistenciales de urgencia en favor de los refugiados afganos, en regiones montañosas de difícil acceso.

El CICR agradece muchísimo este generoso donativo y esta prueba de interés por sus actividades humanitarias.

El CICR recibió, el año pasado, a más de 6.000 visitantes. Los más formaban parte de grupos anunciados por adelantado y para cada uno de los cuales se había preparado un programa de visita de aproximadamente dos horas, con una charla y una proyección de película o de multivisión acerca de las actividades del CICR y de la Agencia Central de Informaciones.

Entres esos visitantes, se registró una mayoría de suizos y de franceses, pero también hubo grupos llegados de Alemania, del Reino Unido, de los Estados Unidos y del Japón. De los 174 grupos que visitaron la sede del CICR, algunos habían sido organizados por Sociedades nacionales de la Cruz Roja (34), por escuelas de enfermería (44) o por otras escuelas profesionales (13), por establecimientos escolares (43) o universitarios (12) y por otras instituciones (28). También llegaron muchos visitantes individualmente.

El CICR envió, el 15 de febrero, a unos treinta Gobiernos y Sociedades nacionales de la Cruz Roja, un llamamiento a fin de colectar veinte millones de francos suizos, con objeto de encontrar la financiación necesaria para la totalidad de sus actividades humanirarias en el continente africano durante el primer semestre de 1980.

El año 1979, el CICR, la Liga y el Instituto Henry-Dunant, en colaboración con varias Sociedades nacionales de la Cruz Roja, y, en ciertos casos, con la participación activa de otras instituciones, organizaron cierto número de seminarios, de reuniones regionales y de cursillos de formación, todos ellos para tratar, principalmente, el tema de la difusión del derecho international humanitario y de los principios de la Cruz Roja.

Al igual que el año pasado, la Revista internacional reseña aqui esos trabajos de 1979. Se añade un informe abreviado acerca de ciertas reuniones organizadas por instituciones que no son de la Cruz Roja, pero que se interesan también por el derecho internacional y por su difusión.

La Conferencia Administrativa Mundial de Radiocomunicaciones (CAMR 79), en la que un observador del CICR representó a la Cruz Roja, concluyó sus trabajos, el 6 de diciembre de 1979, con la firma del Acta Final, a la que se adjunta un nuevo Reglamento de Radiocomunicaciones (Ginebra 1979). Los miembros de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) deben comunicar al secretario general de la UIT la respectiva aprobación de ese nuevo Reglamento. El secretario general notificará, sin demora, esas aprobaciones a los miembros.

Con una buena voluntad, que es grato al CICR destacar, los delegados de las administraciones nacionales de telecomunicaciones asi como los funcionarios de la UIT estudiaron, en diversas Comisiones de la CAMR 79, la cuestión de las radiocomunicaciones de emergencia de la Cruz Roja, de conformidad con la resolución IX de la XXIII Conferencia Internacional de la Cruz Roja, celebrada el año 1977, en Bucarest.