De conformidad con la decisión núm. 1 tomada por el Consejo de Delegados en octubre de 1983, la Segunda Conferencia Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja sobre la Paz se celebró en Aland, Finlandia, y en Estocolmo, Suecia, del 2 al 7 de septiembre de 1984, por invitación de las Sociedades de la Cruz Roja Finlandesa y Sueca. Esta Conferencia era una reunión extraordinaria del Consejo de Delegados.

La Primera Conferencia Mundial de la Cruz Roja sobre la Paz tuvo lugar, del 11 al 13 dejunio de 1975, en Belgrado. En ella se trazó un «Programa de Acción de la Cruz Roja como Factor de Paz», que fue formalmente aprobado por el Consejo de Delegados en la XXIII Conferencia Internacional de la Cruz Roja de 1977, en Bucarest.

Cuando nuestros trabajos van a comenzar, el Comité Internacional de la Cruz Roja agradece la posibilidad que se le da de compartir con todo el Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja algunas reflexiones generales sobre el tema de la paz, y más particularmente, sobre la contribución en favor de la paz que del CICR se puede esperar.

¿Qué hay de más natural que ver a nuestro Movimiento apasionarse por lo que se relaciona con la paz? Las tragedias vividas tan de cerca por numerosas Sociedades Nacionales al lado de las víctimas de tantos conflictos en todo el mundo no pueden sino conmover y movilizar las buenas voluntades. Numerosos — muy numerosos — son en esta sala quienes proceden de países donde la guerra es todavía encarnizada. Sabemos que el ardor que ustedes ponen en socorrer a las víctimas de esos conflictos es, al mismo tiempo, la expresión de una voluntad y de una esperanza de paz a la medida de las tragedias que ustedes viven.

Desde sus orígenes y por su existencia misma, nuestro Movimiento procura contribuir a la paz en el mundo.

Durante más de 120 años, ha tratado sinceramente de limitar, mediante su acción y las disposiciones del derecho humanitario, los horrores de la guerra, de la que nació. En realidad, lo que hace, tanto en tiempo de paz como en tiempo de guerra, ejerce una influencia pacificadora —directa o indirecta— sobre las causas mismas de los conflictos y contribuye, así, al proceso dinámico hacia una paz verdadera.

Porque, para nuestro Movimiento, «la paz no es mera ausencia de guerra, sino un proceso dinámico de colaboración entre todos los Estados y todos los pueblos, una colaboración fundada en la libertad, la independencia, la soberanía nacional, la igualdad, el respeto de los derechos humanos, así como en una justa y equitativa distribución de los recursos para satisfacer las necesidades de los pueblos».

El Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, con 120 años de experiencia en la protección y la asistencia a las víctimas de conflictos armados, catástrofes naturales y otros desastres, reafirma que su propia contribución a una paz verdadera está expresada en su lema « Per humanitatem ad pacem ».

Respaldado por sus millones de miembros, el Movimiento está decidido a intensificar cada vez más sus esfuerzos al servicio de sus ideales humanitarios.

El 2 de septiembre de 1984, el señor Jean Pictet recibió la cordial enhorabuena de sus familiares, colegas y amigos, con motivo de la celebración de sus setenta años.

Ingresó en el CICR como secretario jurista en 1937. Más tarde, fue nombrado director, luego director general; en 1967, llegó a ser miembro del Comité Internacional y, el año 1971, uno de sus vicepresidentes. En 1979, tras 42 años de actividad, alcanzó la edad reglamentaria y se jubiló; sin embargo, siguió siendo miembro del CICR.

Mediante su trabajo, sus obras y sus conferencias, el señor Jean Pictet es probablemente la persona que ha desempeñado en nuestra época el más importante cometido en el desarrollo del derecho internacional humanitario, así como del pensamiento y de la doctrina de la Cruz Roja.

El 29 de octubre de 1984, tuvo lugar en el CICR el acto inaugural del nuevo edificio destinado a la Agencia Central de Búsquedas.

Con motivo de esta inauguración, hicieron uso de la palabra ante un centenar de invitados el señor Pierre Aubert, consejero federal, jefe del Departamento Federal suizo de Asuntos Exteriores, el señor Jacques Vernet, vicepresidente del Consejo de Estado de la República y Cantón de Ginebra, el profesor Jean-Weber Huber, director de la Oficina de Construcciones Federales, y el señor Alexandre Hay, presidente del CICR.

El CICR se enteró con profundo pesar del repentino fallecimiento, el 10 noviembre de 1984, del señor Claude Pilloud, su fiel colaborador durante casi cuarenta años.

Licenciado en derecho, abogado, Claude Pilloud hizo sus primeras misiones como delegado, el mes de junio de 1940 en Francia, pocos meses después de comenzar la Segunda Guerra Mundial. En 1943, escoltó un tren hospital que realizaba un intercambio de heridos graves italianos y británicos entre Roma y Lisboa. De enero a junio de 1945, efectuó una delicada negotiación relacionada con las fuerzas armadas alemanas cercadas en Saint-Nazaire y Lorient, en el norte de Francia.

Este hombre de acción, que realizó muy numerosas misiones en Europa y en África, se reveló también como hombre reflexivo y excelente negociador.

La República de Seychelles depositó ante al Gobierno suizo, el 8 de noviembre de 1984, los instrumentos de adhesión a los cuatro Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 y a los dos Protocolos adicionales, aprobados el 8 de junio de 1977. Estos tratados entrarán en vigor para la República de Seychelles, el 8 de mayo de 1985.

Con la adhesión de la República de Seychelles se eleva a 161 el número de los Estados Partes en los Convenios de Ginebra, a 47 el de los Estados Partes en el Protocolo I y a 40 en el Protocolo II.

El 12 de marzo de 1984, la República de Sudáfrica, Estado Parte en los Convenios de Ginebra, depositó ante el Gobierno suizo la siguiente comunicación, fechada el 24 de febrero de 1984:

Accession to the aforementioned Geneva Conventions and Protocols is governed by an identically worded article which stipulates that « From the date of its coming into force, it shall be open to any Power in whose name the present Convention has not been signed, to accede to this Convention ».

Since South West Africa/Namibia cannot, in terms of international law, be regarded as such a Power and since neither it nor the UN Council for Namibia is able to assume the obligations imposed upon such Power by the four Geneva Conventions, the South African Government rejects the so-called instruments of accession of the UN Council for Namibia to the four Geneva Conventions and its two Additional Protocols as having no legal effect.

El señor Jean-Marc Bornet, delegado general del CICR para África, efectuó una misión, del 5 al 11 de septiembre, en Kenya. Mantuvo, en Nairobi, diversas sesiones de trabajo con los jefes de las delegaciones del CICR en Kenya, en Somalia, en Etiopía, en Sudán y en Uganda, a fin de fijar los objetivos de la acción del CICR para 1985 en los países del «Cuerno de África».

El señor Bornet aprovechó su presencia en la región para una breve estancia, del 12 al 15 de septiembre, en Uganda. Se entrevistó, en especial, con el primer ministro, señor Alimadi, el ministro del Interior, señor Kirunda, así como el primer secretario del primer ministro, señor Ayume. Las conversaciones permitieron pasar revista a las actividades del CICR en Uganda.