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Fundamentos humanitarios en la sociedad pulaar de Mauritania y Senegal

Published online by Cambridge University Press:  29 January 2010

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Las imágenes secuenciales de divisiones, conflictos y sufrimientos se emplean profusamente hoy en día para calificar el continente africano. Incluso cuando no necesariamente reflejan tópicos afro-pesimistas, obvían, voluntaria o involuntariamente, las tradiciones seculares de respeto del ser humano y de sentimientos elevados de humanidad, afianzadas en todos los parajes del continente.

Type
Research Article
Copyright
Copyright © International Committee of the Red Cross 1998

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References

2 Diop, A.B., Société toucouleur et migration, Universidad de Dakar, IFAN, 1965, p. 15Google Scholar.

2 La idea podría ser traducida así: hay que saber defenderse para poder reivindicar el derecho a ser dueño del lugar en el que uno ha instalado su casa.

3 Barry, Bubacar, Le royaume de Walo. Le Sénégal avant la conqu ête, París, Karthaia, 1985, p. 421Google Scholar.

4 En este sentido, Colliard, C.A., Institutions des relations Internationales, 8a edición, París, Dalloz, 1985, pp. 23 y siguientesGoogle Scholar.

5 Véase, en especial, Dupire, M., Organisation sociale des Peuls, París, Plon, 1970, p. 262Google Scholar y passim.

6 Robinson, David, La guerre sainte D'el-Hadj Omar. Le Soudan occidental au milieu du XIXe siecle, París, Karthala, 1988, p. 320Google Scholar. El autor menciona, por ejemplo, el matrimonio con Mariatu enviada desde Nigeria en señal de reconciliación, p. 140.

7 En este sentido, Barry, B., op.cit. (nota 3), p. 83Google Scholar; véase igualmente el abad Boilat, D., Esquisses sénégalaises, Paríis, Karthala, 1984, pp. 398Google Scholar y siguientes.

8 Para los detalles de este asunto, véase Robinson, D., op.cit. (nota 6), pp. pGoogle Scholar y siguientes.

9 «Voici ce qui est arriveé entre Cheikh Omar et Ahmed fils de Ahmed.» (Esto fue lo que sucedió entre el jeque Omar y Admed, hijo de Admed.)

10 «II est préférable d'utiliser la diplomatic pour régner, plutôt que d'utiliser la force à cet effet.» (Para reinar es mejor recurrir a la diplomacia que a la fuerza.)

11 Robinson, D., op. cit. (nota 6), p. 83Google Scholar.

12 En este sentido, véase Alexandre, P., Les africains. Initiation à une tongue histoire et à de vieilles civilisations, de l'aubé de l'humanité au début de la colonisation, París, Lidis, 1981, p. 267Google Scholar.

13 Con respecto a la enseñanza de las leyes de la guerra a las tropas de Omar Tall, véase Robinson, D., op.cit. (nota 6), p. 117Google Scholar.

14 Diallo, Yolande, «Droit humanitaire et droit traditionnel africain», RICR, n° 686, febrero 1976, pp. 6975Google Scholar.

15 Un autor francés del siglo XIX afirmaba al respecto que los haalpulaaren se sienten orgullosos «d'avoir devancé [les Européens] dans la carrière de la raison, de la justice et de l'humanite» (de haberse adelantado [a los europeos] en la carrera de la razón, la justicia y la humanidad): Keledor, Histoire africaine, citado par Barry, B., op.cit. (nota 3), p. 195Google Scholar.

16 Entrevistas con Oumar Ba, sociólogo mauritano de renombre.

17 De hecho, en algunas circunstancias, este pensamiento es llevado a límites extremos. Tal es el caso del príncipe pulaar del siglo XVIII, llamado Samba Geleajo Jeegi, que había puesto fin a sus días al confiar a su amada el secreto de su relativa invulnerabilidad durante los distintos combates en los que había resultado victorioso, a sabiendas de que su esposa iba a utilizar esta información para matarlo. En sus postreros instantes justificó su gesto declarando que, si no revelaba su secreto, sería tildado de miedoso. De ahí que para él «wataa wad maaya, hattaa kam wadde. Hadatami wadde tan ko wataa wad koyaa», cuya traducción sería: «No dejaré de hacerlo por temor a la muerte, mas sólo si me produce vergüenza». Véase, sobre la fascinante historia de Samba Gellajo Jeegi, Kane, O., «La tragique histoire de Samba Gellajo Jeegi qui régna sans avoir été sacré;», Afrique Histoire, n° 7, 1993, p. 60Google Scholar.

18 Singh, Nagendra, «Armed conflicts and humanitarian laws of ancient India», in Swinarski, C. (éd.), Études et essais sur le droit international humanitaire et sur les principes de la Croix-Rouge, en l'honneur de Jean Pictet, Genéve/La Haye, Comité international de la Croix-Rouge/Martinus Nijhoff, 1984, p. 535Google Scholar.

19 Véase el Boilat, Abad D., op.cit. (nota 7), p. 398Google Scholar.

20 «Une personne poursuivie qui choisit de se mettre è terre est considérée hors de combat.» (Se considera como fuera de combate a la persona que, cuando es perseguida decide echarse cuerpo a tierra.)

21 Entrevistas con Oumar Ba.

22 «S'il faut s'habituer, autant que ce soit avec la paix. Celui qui s'habitue è la paix ne peut aimer la violences.» (Hay que acostumbrarse, en la medida de lo posible, a la paz. Quien se acostumbre a la paz no puede amar la violencia.)

23 Citada por Barry, B., op. cit. (nota 3), pp. 194Google Scholar y siguientes.

24 Citada por Robinson, D., op.cit. (nota 6), pp. 286Google Scholar y siguientes.

25 El Corán, Edición preparada por Julio Cortés, Editora Nacional, Madrid, 1980.