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Published online by Cambridge University Press: 28 April 2010
Los registros de un total de doce catastros han servido de base documental para el estudio de los núcleos urbanos del Corregimiento de Tarragona en la primera mitad del siglo XVIII. Cronológicamente, corresponden al período en general de alza económica, entre 1724 y 1757.
El catastro, como es sabido, contenía una parte personal, impuesto que recaía sobre el rendimiento de las personas físicas; otra ganancial, sobre beneficios, y otra real. Este gravaba las tierras, rentas, casas y otras dependencias; tenía un carácter universal y preferente sobre cualquier otra imposición fiscal.
Los inmuebles —casas, fábricas, molinos, etc.—, según el Decreto de Patiño (1716), abonaban el 10 por 100 de las rentas, calculadas según los rendimientos de los alquileres efectivos o consumidos; los primeros eran las casas alquiladas, en un sentido neto, y los segundos, las habitadas por sus propietarios.
1 Se conservan en los Archivos: Archidiocesano, Histórico Provincial y Municipal de Tarragona; «Prim Rull», de Reus, y Municipales de Montblanc, Riudoms, Torredembarra, Valls y Vilaverd.
2 Mercader, Joan, L'Establiment del Reial Cadastre a Catalunya i la seva fonamentactó econòmica i social, Miscel lània Fontseré, Barcelona, 1961, pp. 295–301.Google Scholar
3 Nadal, Jordi/Giralt, Emilí, Barcelona en 1717–1718, un modelo de sociedad preindustrial (Homenaje a Ramón Carande), Madrid, 1963, pp. 3–31.Google Scholar
4 De las 1.236 casas de Reus, no constaba el pago fiscal de 155; al desconocerse las calidades de estos inmuebles, los tantos por ciento se han hecho a partir del total de 1.081 casas de las que sí se sabe este dato. Solé, C., Reus a mediados del siglo XVIII, según el Real Catastro (tesis de licenciatura en período de elaboración), Departamento de Historia Moderna en Tarragona.Google Scholar
5 Xanxo J., X., Reus en el último tercio del siglo XVIII, según el Real Catastro (tesis de licenciatura en período de elaboración), Departamento de Historia Moderna en Tarra gona.Google Scholar
6 En 1750 había siete casas por encima de los 100 sueldos de impuesto; en 1774, este número se duplicó, aunque proporcionalmente significó pasar del 0,64 al 0,94 por 100 del total inmobiliario.
7 Siempre que se habla de riqueza industrial nos referimos a las «Industrias» contenidas en la parte Real del Catastro.
8 Olivé Ollé, F., La villa de Valls a través de la firma A. Baldrich i Janer, comerciante en aguardientes, 1770–1778, Institut d'Estudis Vallencs, Valls, 1981.Google Scholar
9 Porta B., J. M., La villa de Montblanc: agricultura, urbanismo i societat segons el cadastre de 1731 (tesis de licenciatura presentada en septiembre de 1981), Departamento de Historia Moderna en Tarragona.Google Scholar
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11 Recasens, J. M. i Comas, , El Corregimiento de Tarragona en el último cuarto del siglo XVIII, Sociedad Arqueológica Tarraconense, Tarragona, 1963.Google Scholar
12 Moreno Plaza, A., La ciudad de Tarragona en el primer tercio del siglo XVIII a través del catastro (1731) (tesis de licenciatura en período de elaboración), Departamento de Historia Moderna en Tarragona.Google Scholar
13 En Altafulla suponía el 80 por 100 de sus inmuebles; en Porrera, el 82 por 100; en Riudecols-Irlas, el 75 por 100, y en Duesaigües, el 64 por 100.
14 En Torredembarra, más del 70 por 100 de las casas estaban por encima de los citados 6 sueldos; en Vilallonga, el 60 por 100; en Vilaverd, el 56 por 100, y en Riudoms, el 54 por 100.
15 Equipo Departamento Historia Moderna en Tarragona, seminario «La reforma fiscal en el Decreto de Nueva Planta, el Real Catastro», publicado en Estudis Altafullencs, número 5, Centre d'Estudis d'Altafulla, 1981, pp. 27–57, con el título «Altafulla a través de su catastro de 1757».
16 Navarro Miralles, L., «Un “Llibre del Repartiment” del Real Catastro, Vilallonga, Corregimiento de Tarragona, 1726», Quaderns d'Història Tarraconense, II, Institut d'Estudis Tarraconenses Ramón Berenguer IV, Diputación Provincial de Tarragona, pp. 99–128.Google Scholar
17 Santamaría, J. M., La Villa de Riudoms en el primer cuarto del siglo XVIII (tesis de licenciatura en período de elaboración), Departamento de Historia Moderna en Tarragona.Google Scholar
18 A esta conclusión llega, con respecto a la capital, J. M. RECASENS («La propiedad urbana…»).
19 En el ejemplo de Altafulla, el pago catastral era de 25.010 sueldos, y el tanto por ciento inmobiliario era del 4,22 por 100. Vilallonga pagaba 25.510 sueldos, y por sus casas, el 3,24 por 100. En la Conca de Barberà, Montblanc, que pagaba en total a la Hacienda real 55.683 sueldos, abonando por su riqueza inmueble el 5 por 100, y Vilaverd, con un total de 18.235 sueldos, entregaba al fisco el 4,3 por 100 por sus casas.
20 Los años cuarenta señalaron en el Baix Camp un segundo impulso agrícola, que va a durar hasta la década de los cincuenta, sólo turbado por la sequía de 1747 al 1752. Hacia 1750–60, la expansión agrícola del Baix Camp tiende a perder fuerza, al igual en población, cosa que no ocurrió en Reus, que, gracias al artesanado, conservará su crecimiento humano y, en consecuencia, el urbano. Moreno Almarcegui, A., Navarro Miralles, L. y equipo, «La recuperación demográfica en la primera mitad del siglo XVIII, en el Baix Camp, 1677–1767», I Colloquí del Camp de Tarragona, Conca de Barberà i Priorat, Institut Ramón Berenguer IV, 1979, pp. 65–71.Google Scholar
21 Reus tenía el 19 por 100 de las fábricas de aguardiente del total del Corregimiento encuestado y Valls el 20 por 100, mientras que Tarragona y Montblanc poseían el 7,35 por 100 cada una.