Objetivos y problemas de investigación
En este trabajo se interpreta el cambio tecnológico ocurrido durante aproximadamente 3750-1550 años cal aP (Hoguin y Kohan Reference Kohan2018:7; Hoguin et al. Reference Hoguin, Solá and Yacobaccio2021:20; Yacobaccio et al. Reference Yacobaccio, Hoguin, Solá, Oxman, Rouan-Sirolli and Kohan2018:30) en un sector de la puna argentina: la cuenca del Río Barrancas, provincia de Jujuy (Figura 1). Este período se caracteriza por el inicio, el desarrollo y la consolidación de las prácticas agropastoriles de especies domesticadas vegetales y animales en la puna de los Andes centro sur. Esto ocurriría en el marco de estrategias de subsistencia de sociedades principalmente cazadoras-recolectoras y luego agropastoriles (Yacobaccio et al. Reference Yacobaccio, Madero, Malmierca and del Carmen Reigadas1997-1998). Asimismo, se identificaron varias innovaciones en el ámbito de la tecnología, por ejemplo, la cerámica, el desarrollo de las aldeas construidas, la introducción del arco y de la flecha, las palas y azadas, la metalurgia, entre otras (García Reference García2015; Hocsman y Babot Reference Hocsman and del Pilar Babot2018; Olivera Reference Olivera, de Haro, Rocchietti, Runcio, de Lara and Fernández2012).
La problemática de los cambios relacionados con las estrategias de subsistencia en torno a la domesticación y la intensificación de recursos es compleja, y no posee siempre una visibilidad arqueológica. No es el objetivo acá problematizar la complejidad social, la sedentarización de las poblaciones y el desarrollo de las primeras aldeas (Aschero y Yacobaccio Reference Aschero and Yacobaccio1998-1999), sino determinar los cambios técnicos ocurridos en paralelo a estos procesos. Los trabajos de las últimas décadas en el Noroeste argentino han indagado sobre las continuidades de los procesos entre estos dos períodos, hasta inclusive proponer la región como un lugar independiente para la domesticación de camélidos (Yacobaccio Reference Yacobaccio, Mengoni, Olivera and Yacobaccio2001). En este sentido, los trabajos enfocados en la tecnología lítica han observado también dichas continuidades atribuidas a procesos locales (Hocsman Reference Hocsman2010; Hocsman y Babot Reference Hocsman and del Pilar Babot2018). También hemos adherido a esta propuesta en los últimos trabajos (Hoguin y Kohan Reference Kohan2018; Yacobaccio et al. Reference Yacobaccio, Hoguin, Solá, Oxman, Rouan-Sirolli and Kohan2018). Sin embargo, en uno de ellos, hemos planteado la presencia de cambios significativos en la tecnología (Hoguin y Kohan Reference Kohan2018). Sin desconsiderar las continuidades presentes en el registro arqueológico, pensamos hoy que el impacto de dichos cambios se ha minimizado.
Se plantea aquí que los cambios en tecnología observados en Barrancas se relacionaron principalmente con el enmangamiento de los instrumentos. Estos no estarían tan vinculados con las estrategias de subsistencia y los cambios climáticos, sino con una profunda reorganización social y económica a nivel macrorregional.
Aspectos teóricos sobre el cambio y la evolución en tecnología
En este trabajo, adherimos a las propuestas de Boëda (Reference Boëda2013) sobre la evolución y el cambio en tecnología. Este autor, entre otros, plantea que existe un sentido, un orden de sucesión lógico (o tecno-lógico, sensu Boëda Reference Boëda2013) en la evolución de las técnicas. La herramienta analítica utilizada desde esta perspectiva es la cadena operativa, definida como las etapas de producción y transformación desde el aprovisionamiento de las materias primas, hasta el abandono de los instrumentos (Inizan et al. Reference Inizan, Reduron, Roche and Tixier1995). Un conjunto de esquemas operativos (una clase de cadena operativa, un patrón regular), articulados a través de un tiempo largo, puede formar un linaje técnico (Boëda Reference Boëda2013). Más específicamente, un linaje se caracteriza por aumentar su grado de integración, o sea la interdependencia de sus distintos elementos y etapas de producción. Ese fenómeno se produce durante un tiempo largo. Obviamente, pueden ocurrir rupturas, cambios no lógicos y discontinuidades durante un lapso relativamente corto. Estos cambios están asociados generalmente a profundas reestructuraciones sociales, económicas y culturales (Boëda Reference Boëda2013, entre otros). Sin embargo, en ciertos casos, como por ejemplo en la puna argentina entre el Holoceno temprano y medio, se observaron cambios tecno-lógicos (es decir, siguiendo una continuidad) en un lapso de tiempo relativamente corto, asociados a una alta diversidad y a varias innovaciones (Hoguin Reference Hoguin2019).
En el caso particular de la tecnología lítica, pueden realizarse algunas observaciones sobre el orden según el cual se producen los cambios. La primera es que en el caso de las estructuras de producción de forma base, aumenta el volumen útil de producción —es decir, la cantidad de formas base obtenidas en relación con el volumen remanente (el núcleo)— a medida que se desarrolla el linaje (Boëda Reference Boëda2013). La segunda es que a medida que este grado de integración crece, las etapas relacionadas a la confección posterior a la producción de formas base disminuyen. De esta manera, la cadena operativa resulta ser una herramienta conceptual poderosa para interpretar el registro arqueológico, porque permite varios niveles de lectura, diacrónica y sincrónica. Asimismo, es útil para detectar los mecanismos evolutivos interculturales específicos a las técnicas, como también los particularismos históricos y las contingencias.
La noción de cadena operativa está irremediablemente unida a la de sistema técnico. Incluye el conjunto y la articulación de materias primas, gestos e instrumentos, poniendo el énfasis en la interacción y la interdependencia de los elementos que lo constituyen (Inizan et al. Reference Inizan, Reduron, Roche and Tixier1995; Lemonnier Reference Lemonnier1986). La cuestión es saber cómo se articulan cadenas operativas, sistemas técnicos y sociedad. Identificar los momentos estratégicos —es decir, las etapas imprescindibles para llevar a cabo un objetivo específico— es valioso para armar un puente entre fenómeno técnico y fenómeno social o cultural. La manera como un grupo o un individuo toma en cuenta o no un conocimiento técnico o una práctica es de particular interés a la hora de estudiar las condiciones en las que emergen relaciones de apropiación y de distinción entre los individuos (Lemonnier Reference Lemonnier1986). A continuación, se exponen los antecedentes relacionados con los aspectos ecológicos del área de investigación y las características arqueológicas de los sitios dentro de la cronología mencionada, para tener un marco de referencia que permita contextualizar el cambio social, económico y, más específicamente, el cambio tecnológico.
La puna de los Andes centro sur durante el Holoceno tardío: ¿Una ruptura metabólica?
Se propone el concepto de metabolismo, y más particularmente, de “brecha metabólica”, como marco operativo para explicar los cambios socio-ecológicos, incluyendo los tecnológicos, en la puna de los Andes centro sur durante el Holoceno tardío. Se define el metabolismo como el intercambio material y energético entre el humano y la naturaleza, producido a través del trabajo (Marx Reference Marx1959 [1894]; Napoletano et al. Reference Napoletano, Foster, Clark, Urquijo, McCall and Paneque-Gálvez2019). La teoría de la “brecha metabólica” ha sido más utilizada en el contexto de la segunda revolución agrícola durante el período industrial para referirse a la “fractura irreparable” del metabolismo, por el hecho de que las semillas y el guano se importaran desde lejanos países. De esta manera, la agricultura se volvió insostenible por sí misma, no encontrando las condiciones naturales de su propia producción (Foster Reference Foster1999; Marx Reference Marx1959 [1894]; Napoletano et al. Reference Napoletano, Foster, Clark, Urquijo, McCall and Paneque-Gálvez2019). Se trataría así de una violación de las condiciones de la sostenibilidad impuesta por la naturaleza. Además, la brecha metabólica tiene implicaciones sociales, tales como la división entre ciudad y campo.
Los cambios descritos a continuación no son comparables en magnitud a la brecha metabólica mencionada por esos autores en cuanto a la sostenibilidad y a las consecuencias ambientales, particularmente en términos de la degradación del medio y de la salud de los trabajadores. Sin embargo, varios aspectos de esa definición resultan operativos para analizar parsimoniosamente los antecedentes de las sociedades prehispánicas. Las últimas sociedades cazadoras-recolectoras del Holoceno medio de la puna de los Andes centro sur se caracterizaron por una baja movilidad residencial en torno a los parches de recursos más productivos en condiciones de mayor aridez; por estrategias de caza colectivas usando distintos sistemas de armas y parapetos (Aschero y Martínez Reference Aschero and Martínez2001; Moreno Reference Moreno2016; Restifo Reference Restifo2013; Yacobaccio y Morales Reference Yacobaccio and Morales2005). En este contexto, se inició el proceso de domesticación de camélidos, previo a las estrategias pastoriles del Holoceno tardío (Cartajena et al. Reference Cartajena, Núñez and Grosjean2007; López y Orsi Reference López and Orsi2017; Yacobaccio et al. Reference Yacobaccio, Madero, Malmierca and del Carmen Reigadas1997-1998). Asimismo, se identificaron taxones domesticados de cultivos, producto de agricultura de pequeña escala probablemente iniciada en los valles, aunque no se descarta el impacto de los procesos locales (Babot Reference Babot2011). Los sitios arqueológicos de este período se caracterizan por grandes extensiones y altas tasas de descarte (López Reference López2008; López y Restifo Reference López and Restifo2012; Moreno Reference Moreno2016). En la vertiente chilena se puede mencionar el sitio Tulán 52, con recintos construidos hacia los 4900 años aP aproximadamente (de Souza et al. Reference de Souza, Cartajena, Núñez and Carrasco2010; Núñez y Perlès Reference Núñez and Perlès2018). Asimismo, la distribución de fechados radiocarbónicos mostraría un aumento de la población al nivel regional (Muscio y López Reference Muscio and López2016).
Sin necesariamente tratarse de una perspectiva malthusiana, la necesidad de incrementar la producción en un contexto de crecimiento poblacional resulta una obviedad. Las presiones selectivas naturales y la saturación del nicho ecológico son tales que una población numerosa puede volverse difícilmente sustentable en este contexto. En sociedades cazadoras-recolectoras de los Andes centro sur, el reaseguro de recursos para la supervivencia del grupo se realizó mediante estrategias de intensificación, domesticación de plantas y animales, y almacenamiento, entre otros (López y Restifo Reference López and Restifo2012; Olivera Reference Olivera, de Haro, Rocchietti, Runcio, de Lara and Fernández2012; Yacobaccio Reference Yacobaccio2013).
Se han propuesto distintos escenarios, basados en ese tipo de estrategias, para explicar la evolución desde sociedades cazadoras-recolectoras hacia agropastoriles en la puna de los Andes Centro Sur, entre el Holoceno medio y el tardío (López y Restifo Reference López and Restifo2012; Yacobaccio Reference Yacobaccio2013). Se destacó, así, la presencia de continuidades entre el Holoceno medio y el tardío. Específicamente, se detectaron capas de guano, mayor cantidad de individuos juveniles entre los perfiles etarios de camélidos, y la presencia de corrales como indicadores de cautiverio y de domesticación (Aschero y Yacobaccio Reference Yacobaccio, Madero, Malmierca and del Carmen Reigadas1997-1998; López Reference López2008). Tampoco se abandonaron las estrategias de caza en un contexto dominantemente pastoril (Escola Reference Escola2002; López Reference López2008; Olivera Reference Olivera, de Haro, Rocchietti, Runcio, de Lara and Fernández2012; Yacobaccio et al. Reference Yacobaccio, Madero, Malmierca and del Carmen Reigadas1997-1998). Esta continuidad parece reflejarse en la tecnología lítica que se observó entre los pedúnculos esbozados de los cabezales del Holoceno medio y los pedúnculos destacados del Holoceno tardío (Hocsman Reference Hocsman2010; Hoguin y Kohan Reference Kohan2018).
Las estrategias agropastoriles se iniciaron probablemente hacia los 3500-3000 años aP, y se afianzaron hacia los 2500-2000 años aP (Cartajena et al. Reference Cartajena, Núñez and Grosjean2007; Olivera Reference Olivera, de Haro, Rocchietti, Runcio, de Lara and Fernández2012; Yacobaccio y Korstanje Reference Yacobaccio and Korstanje2007). Asimismo, se destaca una mayor interacción entre estrategias agrícolas y pastoriles hacia esa última fecha, con el uso de abono de camélidos para los cultivos (Coil et al. Reference Coil, Korstanje, Archer and Hastorf2003), y de maíz como forraje para los camélidos (Grant y Olivera Reference Grant and Olivera2016). Las primeras ocupaciones pastoriles usaron en especial las cuevas y los aleros (Aschero Reference Aschero1979; López Reference López2008; Yacobaccio et al. Reference Yacobaccio, Catá, Morales, Solá, Alonso, Rosenbuch, Vázquez, López and Muscio2011), mientras que a partir de aproximadamente 2500-2000 años aP, se desarrollaron considerablemente los asentamientos de ocupación permanente (Muscio Reference Muscio2011; Olivera Reference Olivera, de Haro, Rocchietti, Runcio, de Lara and Fernández2012). Es relevante señalar una nueva caída de la señal antrópica regional entre aproximadamente 2500 y 1700 años cal aP, pero seguida luego por un crecimiento considerable (Muscio y López Reference Muscio and López2016:95). También se desarrollaron técnicas agrícolas, como la construcción de acequias, canchas de cultivo, palas y azadas (Quesada Reference Quesada, Korstanje and Quesada2015). Desde los inicios del Holoceno tardío, se han identificado varias innovaciones, tales como la cerámica y el uso del arco y flecha (Escola Reference Escola2002; García Reference García2015; Hocsman y Babot Reference Hocsman and del Pilar Babot2018; Olivera Reference Olivera, de Haro, Rocchietti, Runcio, de Lara and Fernández2012). Estos procesos reflejan una interacción estable entre valles mesotermales y tierras altas.
El tráfico caravanero tuvo sin duda un papel central en estas interacciones desde los principios del Holoceno tardío. Aunque irregular, fue constante desde los principios del Holoceno tardío (Yacobaccio Reference Yacobaccio2012). Entre los bienes que circulaban se pueden destacar las obsidianas. En particular, en cuanto a esferas de circulación, los estudios geoquímicos evidenciaron fuentes de este recurso que se privilegiaban sobre otras (López Reference López2020; Yacobaccio et al. Reference Yacobaccio, Escola, Pereyra, Lazzari and Glascock2004). Además, el tráfico caravanero habría permitido el intercambio de bienes extrapuneños procedentes de las yungas y de la costa pacífica (López y Orsi Reference López and Orsi2017; Núñez et al. Reference Núñez, Cartajena, Carrasco, López, de Souza, Rivera and Santander2017), y facilitado también las innovaciones tecnológicas (Hoguin y Kohan Reference Kohan2018).
Varias características mencionadas, como la domesticación y el caso de algunos cabezales, evidencian continuidades entre el Holoceno medio y el tardío. Sin embargo, se observan cambios notables en los sistemas técnicos y en los tipos de asentamiento. Más específicamente, el uso de la cerámica pudo tener un impacto importante en los hábitos culinarios, en las estrategias de subsistencia y en la economía, como es el caso de su uso para el almacenaje alimenticio (Hocsman y Babot Reference Hocsman and del Pilar Babot2018). Posiblemente, la producción de dicha tecnología implicó cambios en la organización social y económica. Asimismo, el nuevo sistema de armas (arco y flecha) debió cambiar la relación de las poblaciones con la caza, con el aprovisionamiento de materias primas, y con la producción de sus distintos elementos: el sistema de propulsión (arco), astiles y otros implementos (e.g., adhesivos, plumas). Frecuentemente, las obsidianas utilizadas para los cabezales eran obtenidas por intercambio (Escola et al. Reference Escola, Elías and Cohen2016; López Reference López2020). De esta manera, se observa durante el Holoceno tardío la incorporación de nuevas cadenas operativas y una reestructuración de los sistemas técnicos. Estas características reflejan, más probablemente, una reorganización de las fuerzas de producción y de su articulación con los sistemas técnicos y los ambientes involucrados. Este fenómeno tecnológico, económico y ecológico parece haberse producido a una escala macrorregional, rearticulando las relaciones sociales y productivas de los diferentes pisos ecológicos.
La domesticación de plantas y de animales en la puna es un claro ejemplo de modificaciones en los intercambios materiales y energéticos entre el humano y la naturaleza —es decir, en el metabolismo. Estos cambios son importantes por ser rara vez reversibles. Se generaron, a su vez, por decisiones que apuntaban a una mayor obtención de recursos, eludiendo las presiones selectivas. Los procesos metabólicos sociales comienzan con la apropiación, por parte de los seres humanos, de materiales y energía de la naturaleza que pueden ser transformados, circular para ser consumidos, y eventualmente tener un impacto ambiental (Napoletano et al. Reference Napoletano, Foster, Clark, Urquijo, McCall and Paneque-Gálvez2019; Toledo Reference Toledo2013).
De esta manera, la brecha metabólica exacerba la alienación humana de la naturaleza, imponiendo mediadores adicionales de segundo orden, como la propiedad privada y el intercambio, entre otros. Eso puede manifestarse en un desplazamiento de los recursos de una región geográfica a otra, y/o en la implementación de tecnologías para asegurar la producción e intensificación de recursos más allá de su disponibilidad natural (Napoletano et al. Reference Napoletano, Foster, Clark, Urquijo, McCall and Paneque-Gálvez2019). En la puna de los Andes centro sur, el tráfico caravanero tuvo sin duda un papel importante en procesos similares.
Se destaca la diferencia con una brecha metabólica en el contexto de sociedades industrializadas, ya que la escala y la magnitud del impacto ambiental y socioeconómico resultan obviamente menores. Sin embargo, se relevan las similitudes de los cambios mencionados en sociedades prehispánicas, en cuanto a la desconexión metabólica entre humanos y naturaleza. A su vez, las características de los sitios del Holoceno tardío en la puna de los Andes centro sur, y las innovaciones observadas, son el resultado de cambios sociales, económicos y ecológicos. El abastecimiento de materias primas y las tecnologías se ven generalmente afectados por estos procesos. Si bien se esperan continuidades, también son probables cambios importantes, incluyendo el abandono de determinadas tecnologías.
Materiales y métodos
La muestra lítica analizada se compone de los sitios Laguna Media 7, Morro Blanco y Antigal Motaite, ubicados en la Reserva Natural y Cultural Municipal de Abdón Castro Tolay o Barrancas (departamento de Cochinoca, provincia de Jujuy; Figura 1). Los fechados obtenidos en los sondeos y las excavaciones de estos tres sitios (véase Hoguin y Kohan Reference Kohan2018:7; Hoguin et al. Reference Hoguin, Solá and Yacobaccio2021:20; Yacobaccio et al. Reference Yacobaccio, Hoguin, Solá, Oxman, Rouan-Sirolli and Kohan2018:30) se calibraron a dos sigmas con SHCal20 (Hogg et al. Reference Hogg, Heaton, Hua, Palmer, Turney, Southon and Bayliss2020) y mediante el programa OxCal 4.4 (Bronk Ramsey Reference Bronk Ramsey1995). Esto permitió evidenciar una secuencia cronológica entre aproximadamente 3750 y 1550 años cal aP (Figura 2), cuya evolución y cambio técnico se analizan en este trabajo. En cada sitio se tomaron en cuenta los materiales hallados en las excavaciones como también los relevados en superficie. De esta manera, se considera que el material analizado reflejó las cadenas operativas para tres rangos cronológicos, relacionados con los fechados disponibles en cada sitio. Por ejemplo, el material de Laguna Media 7 sirvió para reconstituir los esquemas operativos entre aproximadamente 3750 y 3550 años cal aP, los de Morro Blanco para el período entre aproximadamente 3350 y 2150 años cal aP, y finalmente, los de Antigal Motaite, entre aproximadamente 1700-1550 años cal aP (Hoguin y Kohan Reference Kohan2018:7; Hoguin et al. Reference Hoguin, Solá and Yacobaccio2021:20; Yacobaccio et al. Reference Yacobaccio, Hoguin, Solá, Oxman, Rouan-Sirolli and Kohan2018:30).
El análisis de cadenas operativas se dividió en cuatro partes principales, reflejando distintos aspectos de la tecnología y su evolución: las materias primas, el desbaste, el façonnage (concepción de talla, donde el producto buscado es el bloque tallado y no el producto que se desprende como en el caso del desbaste) y las unidades tecno-funcionales prensiles (en adelante, UTFp). Se considera que la diversidad es una medida que permite interpretar datos factuales, en particular el registro arqueológico (Dunnell Reference Dunnell, Leonard and Jones1989). En tecnología, una alta diversidad puede estar asociada a un período rico de innovaciones, así como a esquemas operativos flexibles y con distintos objetivos y trayectorias; mientras que una baja diversidad suele estar asociada a un esquema operativo dominante, más complejo aunque versátil, y de mayor peso cultural. De esta manera, estudiar la diversidad artefactual a través del tiempo puede ser ilustrativo acerca de la naturaleza de los cambios.
Por lo tanto, se realizaron tablas de contingencia entre clases de artefactos y sitios arqueológicos ordenados por bloque cronológico, donde se presentaron las frecuencias y los porcentajes. Se indicó también la tendencia cronológica estadística para cada clase artefactual (crecimiento, decrecimiento, etc.), y se efectuó un test de correlación lineal (r de Pearson) entre la riqueza (número de clases artefactuales) y el tamaño de la muestra por sitio (locus). Se utilizó un nivel de significancia de 0,05 (α). La hipótesis nula de este test plantea que no hay relación entre la riqueza y el tamaño de la muestra (p > 0,05). Finalmente, se presentaron tres índices de diversidad: diversidad (Shannon-Weaver), homogeneidad y dominancia (Dunnell Reference Dunnell, Leonard and Jones1989; Hammer y Harper Reference Hammer and Harper2006). Todos estos testeos se realizaron con el programa PAST 4.03 (Hammer y Harper Reference Hammer and Harper2006). El único caso en el cual no se procedió con esa metodología fue en el análisis del façonnage. En efecto, al poseer solamente tres clases artefactuales, un análisis de diversidad perdía cierto interés, por lo cual se presentaron los porcentajes en un diagrama de barras. Cabe aclarar que el tamaño de muestra es distinto según el tipo de análisis que se detalla a continuación, dado que no se tomaron en cuenta los indiferenciados que podían potencialmente introducir ruido estadístico (e.g., sólo se tomaron en cuenta para el caso del análisis de UTFp los instrumentos donde la parte prensil era identificable).
Para las materias primas, toda la muestra disponible de los tres sitios (n = 2.728) se tomó en cuenta y se identificaron siete clases de rocas: cuarcitas, andesitas, obsidianas, ópalos, cuarzos, una variedad de cuarcita de grano fino (Cuarcita v2), y otras rocas (sílices, calcedonias, etc.).
El desbaste se define como la operación técnica realizada sobre un bloque de materia prima (núcleo) con el fin de producir formas base, posteriormente modificadas (o no), para realizar instrumentos (Boëda Reference Boëda2013; Inizan et al. Reference Inizan, Reduron, Roche and Tixier1995). Por estas razones, los análisis mencionados se realizaron dos veces: para las formas base identificadas (n = 277) y para los núcleos (n = 37). Las clases artefactuales se definieron a partir del análisis de las extracciones (orden y dirección), de las plataformas de los núcleos, y de las formas base. De esta manera, los núcleos y las formas base se clasificaron en relación con su método y su estructura.Footnote 1 Tenemos el tipo C (núcleos poco tallados con una o dos series de dos/tres lascados independientes entre ellas, y formas base corticales o de pocas extracciones con plataformas lisas o corticales); el SASP (núcleos que alternan sistemáticamente las mismas superficies de extracciones, plataformas y formas base con varias extracciones, y plataforma diedra); el tipo D/otro (núcleos con una o varias plataformas preparadas, y formas base con preparación de la base y/o de las plataformas); el Laminar (núcleos con extracciones paralelas y formas base de módulo Largo/Ancho mayor a 2); y el Discoidal/centrípeto (núcleos con una o dos superficies alternándose, en forma de diamante o de disco, con extracciones dirigidas hacia el mismo centro; formas base con extracciones de dirección convergente; y plataformas diedras o facetadas). Además, se tomó en cuenta un caso particular, la affordance (o tipo B) —es decir, cuando el soporte es una laja o un nódulo (Boëda Reference Boëda2013; Pérez et al. Reference Pérez, Uceda, Boëda, Silva, Carrión, Romero, Ramos and Babot2020).
El façonnage consiste en la etapa de modificación de la matriz (forma base o nódulo natural) sobre la cual se confeccionan el instrumento y sus diferentes unidades tecno-funcionales (UTF; Boëda Reference Boëda2013). En este sentido, no se considera el retoque marginal como parte de esta etapa, ya que solamente modifica el filo y no una parte o la totalidad de la estructura volumétrica de la matriz. Entonces, no se incluyen en este análisis los instrumentos sobre formas base marginalmente retocadas. La muestra de estos instrumentos (n = 175) se clasificó en tres categorías: parcialmente extendido, invasivo y cubriente, según la terminología de Inizan y colaboradores (Reference Inizan, Reduron, Roche and Tixier1995).
Las UTF se definen como los criterios funcionales de un instrumento que permiten su uso correcto. Se caracterizan por sus aspectos morfológicos y tecnológicos, y pueden ser obtenidos sólo por desbaste, por desbaste y retoque, por desbaste y façonnage, o sólo por façonnage. Las UTF se pueden clasificar en tres tipos: transformativas, transmisoras de energía y prensiles (Boëda Reference Boëda2013). En el marco de este trabajo, solamente las prensiles (UTFp) se tomaron en cuenta, definidas según los criterios mencionados: adelgazamiento (façonnage de una parte proximal, para ser enmangado), pedúnculo (façonnage de una parte proximal, para ser enmangado), dorso (desbaste [obtenido al momento del desbaste, para prensión manual]), dorso (façonnage [obtenido por façonnage, para prensión manual]), muescas (obtenido por retoque, para ser enmangado), filo sinuoso (obtenido por façonnage, para prensión manual). Además de los análisis de diversidad, se realizó un gráfico de barras para comparar el modo de prensión manual con el enmangue a través de los distintos sitios.
Resultados
Materias primas
Tal como lo destacaron trabajos anteriores (Hoguin y Kohan Reference Kohan2018; Hoguin et al. Reference Hoguin, Solá and Yacobaccio2021; Yacobaccio et al. Reference Yacobaccio, Hoguin, Solá, Oxman, Rouan-Sirolli and Kohan2018), la cuarcita tiene una notable importancia en todos los sitios (Tabla 1). Sin embargo, al contrario de la obsidiana, se observa a través del tiempo un marcado decrecimiento de esta roca. De esta manera, la diversidad en el uso de materias primas durante pleno Holoceno tardío es notablemente superior (Figura 3), debido a que el uso de la cuarcita en Laguna Media 7 es dominante, y similar a lo que se pudo observar en los sitios de Susques durante el Holoceno medio (Oxman y Hoguin Reference Oxman and Hoguin2018). La mayor diversidad del Holoceno tardío se debería, principalmente, a un uso mayor de la obsidiana y menor de la cuarcita. Estas observaciones deben tomarse con ciertos recaudos, dado el relativamente alto porcentaje (70%) del test de correlación lineal entre las clases y los especímenes, a pesar de que no se pueda rechazar la hipótesis nula de no correlación entre el tamaño de la muestra (n total) y la riqueza (r = 0,5; p > 0,05).
Métodos de manufactura
A partir de los núcleos, la importancia del desbaste laminar en Laguna Media 7 se puede apreciar hacia fines del Holoceno medio e inicios del tardío, tal como se espera para esta cronología en la Puna de Jujuy. En este sitio, es importante destacar también el rol, aunque secundario, del desbaste centrípeto y discoidal (Tabla 2). Sin embargo, se vuelve más importante hacia los inicios del Holoceno tardío, en Morro Blanco, donde es dominante entre los núcleos. Asimismo, el papel de los núcleos de tipo SASP es relativamente importante, y de manera más general, la diversidad en los núcleos crece a través del tiempo (Figura 4). Nuevamente, un test de correlación lineal entre la riqueza y la cantidad de especímenes presenta una correlación, aunque relativamente alta (60%), no significativa (r = 0,59; p > 0,05). Eso sugiere la posibilidad de sesgos, aunque no se puede rechazar la hipótesis nula entre la cantidad de clases y el tamaño de la muestra.
A partir de las formas base se observan tendencias distintas. El desbaste laminar es ampliamente dominante en Laguna Media 7, tal como se esperaría para este sitio, mientras que está casi ausente en los otros dos (Tabla 2). En el sitio mencionado, la presencia de formas base SASP llama la atención, aunque los núcleos asociados no están presentes. Estas tienden a decrecer a través del tiempo, y se puede destacar la ausencia de formas bases laminares en Antigal Motaite, mientras que los núcleos asociados a este método están presentes. Finalmente, se observa el crecimiento marcado del desbaste de tipo C, dominante en Antigal Motaite. Una vez más, existe una posibilidad de sesgos por una correlación bastante alta (63%), aunque el test lineal de correlación entre el tamaño de la muestra y la riqueza no sea significativo (r = 0,57; p > 0,05). Tomando así ciertos recaudos, se puede notar la diversidad particularmente alta y homogénea de Morro Blanco. Para Antigal Motaite, la diversidad es muy baja y la dominancia alta relacionada con la importante proporción de formas base del tipo C (Figura 5).
En cuanto a la formatización posterior a la obtención de formas base, la disminución de las extracciones parcialmente extendidas es notable, mientras que aumentan las extracciones invasivas y cubrientes (Figura 6). Ese fenómeno se relaciona con la mayor producción de pequeñas puntas triangulares bifaciales durante el Holoceno tardío, ya que la de instrumentos lanceolados, y de hojas en general, se relacionaría más con extracciones parcialmente extendidas y retoques marginales.
Modos de prensión
De manera general, se puede observar un patrón relevante: el enastilamiento/enmangamiento de los instrumentos baja a través del tiempo, al contrario de la prensión manual que tiende a aumentar (Figura 7). Las proporciones están muy equilibradas en Laguna Media 7, el sitio más temprano (finales del Holoceno medio/principios del Holoceno tardío); mientras que en Antigal Motaite (el sitio más tardío de la secuencia), la tendencia hacia la prensión manual como modo principal se acentúa considerablemente en el conjunto.
Más específicamente, se puede notar una alta diversidad en Laguna Media 7 y Morro Blanco (Figura 8), con una mayor proporción de adelgazamiento relacionado al enmangamiento en el caso del primero (Tabla 3). Esta modalidad de prensión decrece considerablemente a través del tiempo. Al contrario, los dorsos obtenidos en lascas desde el desbaste (para prensión manual) crecen de manera notoria (Tabla 3), hasta volverse la UTFp dominante en Antigal Motaite. Los filos sinuosos y los dorsos obtenidos por façonnage disminuyen a través del tiempo. De esta manera, se evidencia una tendencia según la cual las UTFp, conformadas por una segunda etapa en la formatización (façonnage, o formatización después de la obtención de la forma base), decrecen considerablemente hasta ser minoritarias en los instrumentos durante el Holoceno tardío (Tabla 3). Solamente los pedúnculos aumentan a través del tiempo, hasta tener cierta importancia. Cabe destacar que estos están relacionados sólo con las puntas de proyectil, y consecuentemente con los sistemas de armas (i.e., arco y flecha). También es importante destacar que el enastilamiento está irremediablemente vinculado con UTF confeccionadas posteriormente a la obtención de la forma base. La diversidad de las UTFp baja considerablemente en Antigal Motaite, donde se revierten la homogeneidad y la dominancia (Figura 8). Esta observación se debe tomar con ciertos recaudos, ya que la correlación entre la riqueza y el tamaño de la muestra es alta (76%). Sin embargo, tal como ocurrió con los otros análisis, no se pudo rechazar la hipótesis nula de no correlación entre el número de clases y el tamaño de la muestra (r = 0,45; p > 0,05).
Acerca de las clases artefactuales relacionadas con el sistema de armas, se pueden identificar tres clases: lanceoladas sobre hoja llamadas Saladillo (n = 7), lanceoladas bifaciales pequeñas (n = 7) y puntas triangulares pequeñas con aletas y pedúnculo (n = 19). Las primeras se encuentran exclusivamente en Laguna Media 7 y corresponden, como se ha dicho anteriormente, a instrumentos con distintos propósitos funcionales y no solamente a puntas de proyectil. Las puntas de proyectil triangulares con aletas y pedúnculo están presentes solamente en los sitios del Holoceno tardío (Morro Blanco y Antigal Motaite), mientras que las puntas bifaciales lanceoladas pequeñas están presentes en Laguna Media 7 y Morro Blanco. Así, estas últimas parecen tener una cronología intermedia entre el Holoceno medio y el tardío.
Síntesis: Esquemas operativos y trayectorias
A partir de los datos obtenidos para estos tres sitios en la cuenca de Barrancas, pero también considerando aquellos disponibles regionalmente, se pueden esbozar distintas trayectorias de producción. Una particularmente destacable en Laguna Media 7 es el desbaste laminar (Figura suplementaria 1). Este permite una importante producción de hojas y láminas de tamaños distintos. No se descarta que varias láminas pudieran ser utilizadas directamente en forma manual, con o sin formatización de la UTFp. Pero una parte de estos artefactos fue enmangada, como lo indicaría el rebaje del bulbo de algunos de estos instrumentos (véase Hoguin y Kohan Reference Kohan2018).
Otra trayectoria, más heterogénea en su producción, parece apuntar a la elaboración de instrumentos que se agarran directamente con la mano para su uso. Las formas base provienen de un desbaste SASP y/o discoidal, y suelen presentar un dorso desbordante o abrupto que puede ser utilizado como UTFp. Para confeccionar las UTF prensiles y/o transformativas, estos artefactos pueden presentar un grado de confección variado según los casos (Figura suplementaria 2).
El desbaste del tipo C puede responder a objetivos no definidos con anticipación. Es un tipo de desbaste cuyas formas base pueden ser muy variadas, y cuyos caracteres dependen en gran parte de cómo se presenta naturalmente la materia prima. Si bien la producción de formas base suele ser baja o muy baja, responde a situaciones distintas y puede cumplir diferentes propósitos (Figura suplementaria 2). Su dominancia en Antigal Motaite es llamativa, particularmente si se contempla el conjunto con el porcentaje muy alto de dorsos obtenidos por desbaste. Este tipo de desbaste pudo, en este caso, haber sido orientado a la producción de lascas con dorso.
Finalmente, se desarrolla una economía de materias primas (sensu Perlès Reference Perlès1991) que se expresa plenamente al final de la secuencia con la obsidiana. Es decir, que esta roca está siendo utilizada principalmente para la producción de puntas de proyectil con aletas y pedúnculo (Figura suplementaria 2). Todos los caracteres tecno-funcionales se obtienen a partir del façonnage por presión, con lascados bifaciales y que recubren la totalidad de la cara en la mayoría de los casos. Tal como se ha mencionado en publicaciones anteriores, en este caso, las formas base no poseen características específicas antes de su confección, dado que el eje técnico puede ser muy variable (Hoguin et al. Reference Hoguin, Solá and Yacobaccio2021; Yacobaccio et al. Reference Yacobaccio, Hoguin, Solá, Oxman, Rouan-Sirolli and Kohan2018).
Discusión
En una primera instancia, no podemos descartar la posibilidad de sesgos de distinta índole: tamaño de la muestra, movilidad y funcionalidad de los sitios, duración y frecuencia de las ocupaciones, entre otros factores. En los casos donde la riqueza y la diversidad son bajos, estos indicadores podrían incrementarse. Sin embargo, considerando que, con los casos presentados no se pudo rechazar la hipótesis nula, podemos plantear tendencias robustas, que servirán para futuras investigaciones.
En particular, mencionamos que el enmangamiento sigue una tendencia significativa, con un uso mayor y más generalizado del enastilamiento hacia finales del Holoceno medio, que disminuye a expensas del crecimiento de la prensión manual en el Holoceno tardío con el afianzamiento de las estrategias agropastoriles. Esta disminución está acompañada por una escisión en el sistema técnico, separándose del resto de las cadenas operativas relacionadas al sistema de armas. En efecto, el enastilamiento parece estar exclusivamente vinculado a las puntas de proyectil, confeccionadas por presión y en su mayoría en obsidiana (Hoguin et al. Reference Hoguin, Solá and Yacobaccio2021). En este caso, es probable que esta roca haya sido aprovisionada de manera regular y sistemática mediante el tráfico caravanero (Yacobaccio Reference Yacobaccio2012).
La desaparición de la tecnología laminar durante las primeras ocupaciones agropastoriles es un fenómeno de alcance regional (López y Restifo Reference López and Restifo2012), y podría resultar de una reorganización social importante. En efecto, la perduración durante varios milenios de esta tecnología no sería consistente con su desaparición en un contexto de estrategias pastoriles, ya que está asociada a un proceso de intensificación en el consumo de camélidos y de su domesticación (López y Restifo Reference López and Restifo2012). Una producción de hojas podría ser idónea para el procesamiento de camélidos, por lo menos no perjudicial en términos ecológicos y económicos. Su drástica disminución podría parecer subóptima si pensamos estrictamente en términos de producción, ya que permite elaborar una cantidad considerable de instrumentos y de filos por bloques de materia prima (Restifo Reference Restifo2015). Por esa razón, es llamativo observar su desaparición casi abrupta a principios del Holoceno tardío, para el cual se descartarían razones estrictamente ecológicas.
La mayor diversidad asociada al uso de las materias primas se correlaciona con un uso mayor de las obsidianas y uno menor de materias primas locales (cuarcita) o de ubicación cercana (andesita, ca. 20 km), aunque estas últimas siguieron siendo utilizadas de manera significativa. En el caso de Morro Blanco, el uso de cuarzo también es notable, particularmente para las puntas de proyectil (Yacobaccio et al. Reference Yacobaccio, Hoguin, Solá, Oxman, Rouan-Sirolli and Kohan2018). Es interesante destacar que el uso de materias primas locales en las aldeas tempranas, asociado con instrumentos de prensión manual en un contexto de producción doméstica, parece ser un fenómeno reproducido en distintas áreas de los Andes centro sur (Sentinelli Reference Sentinelli2020), e inclusive en contextos de centros urbanos con arquitectura monumental (Pérez et al. Reference Pérez, Uceda, Boëda, Silva, Carrión, Romero, Ramos and Babot2020). Tal como se observa más particularmente en Antigal Motaite, estos instrumentos están asociados a estructuras adicionales (tipos B, C y D), con una confección variable en términos de secuencias e invasión de lascados. La affordance está presente a lo largo de toda la secuencia —es decir, un criterio de selección de características disponibles naturalmente, o luego de unas someras operaciones técnicas (Pérez et al. Reference Pérez, Uceda, Boëda, Silva, Carrión, Romero, Ramos and Babot2020). El afianzamiento del cultivo pudo tener un impacto sobre el desarrollo de estas cadenas operativas, ya que se identificaron microrrestos vegetales de cultivos en los artefactos producidos por estas secuencias (Pérez et al. Reference Pérez, Uceda, Boëda, Silva, Carrión, Romero, Ramos and Babot2020). No se descartan otras funciones para estos instrumentos de confección relativamente somera y flexible, como el grabado de arte rupestre (Kohan Reference Kohan2018; Yacobaccio et al. Reference Yacobaccio, Hoguin, Solá, Oxman, Rouan-Sirolli and Kohan2018).
En todos los análisis realizados, Morro Blanco (ca. 3350-2150 años cal aP) presenta siempre valores altos de diversidad. Es el caso de las formas base y de los núcleos, obtenidos por distintos niveles de integración (C, D y E) y métodos: discoidales, SASP y tipo C. Este hecho tiene que ser tomado con recaudos, porque el sitio presenta el rango cronológico más extenso. Estos métodos están presentes en Laguna Media 7 (ca. 3750-3550 años cal aP), pero en proporciones menores, dada la dominancia del desbaste laminar. Asimismo, siguen vigentes en Antigal Motaite (ca. 1700-1550 años cal aP), esta vez con una dominancia de formas base obtenidas por una estructura del tipo C. Eso contrasta con la diversidad alta de núcleos para este locus. Además de los problemas de ruidos estadísticos por el tamaño de la muestra mencionados más arriba, otra explicación podría ser la equifinalidad de distintos núcleos en la producción. En efecto, diferentes lascas producidas con distintos métodos y estructuras (ya sea tipo D o E, SASP, laminar o discoidal), particularmente durante las etapas de formatización y reformatización, no siempre se distinguen de las lascas de tipo C. Es interesante observar que no aparecen durante el rango cronológico estudiado nuevas etapas evolutivas en las estructuras (e.g., el tipo F; véase Boëda Reference Boëda2013), ni nuevos métodos. Se observan solamente variaciones en sus proporciones, salvo en el caso del desbaste laminar que evidencia una desaparición. En este caso no habría innovaciones, sino una reestructuración de los conocimientos para encontrar las soluciones idóneas.
El grado de façonnage sigue las tendencias marcadas del desbaste con una mayor representación de las extracciones invasivas y cubrientes en Antigal Motaite, seguramente relacionadas con la producción mayor de lascas del tipo C. Al contrario, este es más somero (parcialmente extendido) en Laguna Media 7, hecho más vinculado en este caso a la presencia de hojas. Estas presentan más sistemáticamente los criterios buscados por los talladores, y requieren consecuentemente menos formatización posterior a su obtención. Eso sería contrario a lo esperado por un desarrollo tecno-lógico, lo que se relacionaría a una ruptura del desarrollo técnico en este caso. Por otro lado, las hojas parecen más vinculadas a la UTFp por adelgazamiento para el enmangado, marcando así una mayor diversidad en Laguna Media 7, decreciendo en el tiempo al contrario de las UTFp relacionadas a la prensión manual.
De esta manera, podemos esbozar dos asociaciones bien diferenciadas por sus sistemas técnicos entre el Holoceno medio y el tardío. Es menester destacar que estos cambios significativos (principalmente la desaparición de la tecnología laminar y la aparición del sistema arco y flecha) se reflejan en los sitios Laguna Media 7 y Morro Blanco, y ocurrieron entonces entre 3612 y 3452 años cal aP. El enastilamiento de una proporción significativa de instrumentos de inversión técnica relativamente grande sobre rocas locales parece ser una característica común a varias áreas de la puna en el Holoceno medio. Es el caso de los cabezales bifaciales lanceolados desde la Puna de Junín hasta Antofagasta de la Sierra, los tipos Huiculunche 2 y San Martín (o Perchel) en distintas áreas de la vertiente chilena y argentina, Quebrada Seca C, D y F en las provincias de Salta y Catamarca, o de las Saladillo en la puna salteña y jujeña (Aschero y Martínez Reference Aschero and Martínez2001; de Souza Reference de Souza2004; Fernández Reference Fernández1971; Hoguin Reference Hoguin2019; Lavallée Reference Lavallée1995; López y Restifo Reference López and Restifo2012; Martínez et al. Reference Martínez, Mauri, Mercuri, Caria and Oliszewski2013; Núñez et al. Reference Núñez, Grosjean and Cartajena2005). Su uso se destacó tanto para distintos sistemas de armas (Martínez et al. Reference Martínez, Mauri, Mercuri, Caria and Oliszewski2013; Moreno Reference Moreno2016; Restifo Reference Restifo2013) como para actividades de procesamiento relacionadas con una intensificación en la explotación de camélidos (López y Restifo Reference López and Restifo2012). La prensión manual de varios instrumentos líticos está también presente durante este período (Hoguin Reference Hoguin2019), pero es notable que el enmangamiento no se restringe solamente a los sistemas de armas, sino que abarca otros componentes del sistema técnico.
Durante el Holoceno tardío, el enastilamiento se limita solamente al sistema de armas. Además, se relaciona con una cadena operativa casi exclusivamente de obsidiana. Observamos así la implementación de una economía de materias primas. Generalmente, este fenómeno está relacionado con poblaciones más bien sedentarias (Perlès Reference Perlès1991). Sin embargo, los cazadores-recolectores-domesticadores del Holoceno medio eran muy probablemente semi-sedentarios, o por lo menos con baja movilidad residencial (Aschero y Yacobaccio Reference Aschero and Yacobaccio1998-1999; Hocsman y Babot Reference Hocsman and del Pilar Babot2018; López y Restifo Reference López and Restifo2012; Yacobaccio Reference Yacobaccio2012). Durante el Holoceno tardío, las estrategias pastoriles podrían haber conducido a ocupaciones más permanentes, con una movilidad logística alta, en parte relacionada con la práctica de la trashumancia. En este sentido, Olivera (Reference Olivera, de Haro, Rocchietti, Runcio, de Lara and Fernández2012) planteó un modelo de sedentarismo dinámico que propone ocupaciones relativamente permanentes con parte de la población con mayor movilidad logística, para asegurar/mantener la obtención de recursos que requieren traslados en diferentes pisos ecológicos. En torno a los 2000 años aP, la agricultura en la puna se habría consolidado, y las ocupaciones se habrían vuelto más permanentes en torno a las aldeas (Grant y Olivera Reference Grant and Olivera2016). Estos datos concuerdan con una organización de actividades técnicas y productivas en torno a las unidades domésticas, y con un sistema técnico articulando distintos esquemas operativos líticos destinados a la producción de instrumentos de uso manual (Hoguin et al. Reference Hoguin, Solá and Yacobaccio2021; Sentinelli Reference Sentinelli2020). Esta producción se realizó con materias primas principalmente locales o procedentes de cuencas cercanas, y constituye el equipo instrumental de estas unidades domésticas, conformando un sistema técnico totalmente distintivo del sistema asociado a las actividades depredadoras.
Conclusiones
Los cambios observados resultan de procesos acontecidos a escala de los Andes centro sur, o inclusive de mayor alcance. Luego del desarrollo del linaje laminar, este se interrumpe abruptamente durante los inicios del Holoceno tardío. En ese momento, se dispara una diversidad significativa en el uso de rocas y en los métodos de obtención de las formas base. Al contrario, la diversidad para las UTFp baja, y a pesar de los distintos métodos de desbaste, se prioriza más específicamente un sólo tipo de formas base. Esos cambios se relacionarían más a una recombinación de los conocimientos para enfrentar y responder a las nuevas necesidades requeridas por el desarrollo cada vez más afianzado de una base de subsistencia agropastoril. Las puntas asociadas al sistema de arco y flecha podrían ser innovaciones en el marco de continuidades. En efecto, la técnica de la presión es conocida durante todo el Holoceno, así como el enastilamiento de cabezales por pedúnculo esbozado con hombros destacados. Estas características están de hecho presentes en algunas puntas de proyectil en los contextos agropastoriles tempranos (Escola Reference Escola2002; Hocsman Reference Hocsman2010; Hoguin y Kohan Reference Kohan2018).
Sin embargo, pensamos que el peso de estas continuidades ha sido sobrevalorado. En efecto, la importancia que toman las operaciones de façonnage, en paralelo a la producción de lascas menos predeterminadas (del tipo C), refleja una interrupción en el desarrollo de los linajes técnicos. La reorganización significativa de los distintos componentes técnicos y de sus interrelaciones, así como las innovaciones propias del Holoceno tardío —aunque posiblemente originadas durante el Holoceno medio— (tales como la cerámica, el arco y flecha, la arquitectura, etc.), reflejan más probablemente una profunda reestructuración social, económica y ecológica. Esta reorganización habría sido de amplia escala geográfica, en respuesta a un cambio en el metabolismo social producido en la relación entre las distintas poblaciones y los distintos pisos ecológicos. Los grupos se habrían establecido de forma permanente en torno a las aldeas, y habrían eludido parcialmente las presiones selectivas mediante el afianzamiento de estrategias interdependientes plenamente agropastoriles y el tráfico caravanero. Una nueva organización social y económica podría ser explicativa en estos términos. Eso habría permitido una estabilización tanto en la circulación de bienes y recursos alóctonos, como el mantenimiento de lazos sociales y culturales. Las fuerzas productivas, las actividades técnicas y su control habrían sido profundamente afectadas, dando lugar a los cambios y a la diversidad observados. En este sentido, una economía de materias primas y las trayectorias específicas de las cadenas operativas podrían reflejar una apropiación por ciertos individuos o grupos. Sin tratarse de relaciones de tipo coercitivo, los distintos cambios se podrían relacionar con una nueva organización política —en ruptura con las sociedades cazadoras-recolectoras del Holoceno medio— que afectó no solamente a las tecnologías, sino también a las otras esferas de las sociedades del Holoceno tardío, hipótesis que se tendrá que testear a futuro con más estudios.
Agradecimientos
Este trabajo se realizó en el marco de los proyectos “Arqueología ambiental, arte rupestre y gestión del patrimonio cultural en Barrancas (Abdón Castro Tolay, Puna de Jujuy)” (UBACyT - CONICET - VICAM), dirigido por Hugo D. Yacobaccio, y por la Mission archéologique française en Argentine (Ministère de l'Europe et des Affaires Etrangères), dirigida por quién suscribe. Se agradece particularmente a Hugo D. Yacobaccio por sus comentarios, a Patricio Kohan por su ayuda en el análisis de los materiales, y a los miembros del equipo del proyecto arqueológico de Barrancas, así como a los integrantes del equipo Arscan/ANTeT, dirigido por Eric Boëda (CNRS UMR7041 – Université de Paris X, Nanterre). A la municipalidad y habitantes de Barrancas, y a las comunidades originarias de Barrancas y de Sianzo. Finalmente, se agradece a los evaluadores por sus comentarios y aportes valiosos.
Declaración de disponibilidad de datos
Los materiales utilizados para la realización de esta investigación se encuentran en el Instituto de Arqueología (IDA), Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, y en el Centro de Interpretación Arqueológica Barrancas (Provincia de Jujuy, Ministerio de Turismo de la Nación). Para más información, comuníquese con el autor.
Conflicto de intereses
Las autoras declaran que no hay ningún conflicto de intereses.
Material suplementario
Para acceder al material suplementario que acompaña este artículo, visitar https://doi.org/10.1017/laq.2022.76
Figura suplementaria 1. Trayectoria de las cadenas operativas laminares a finales del Holoceno medio.
Figura suplementaria 2. Trayectorias de las cadenas operativas a principios del Holoceno tardío.