En nuestro caso debe entenderse el mito americano como transfiguración de los seres y fenómenos naturales en cuerpos extra-naturales o fuerzas sobrenaturales. En cambio, el folklore es más bien el fruto de la transculturación hispano-guaraní comenzando por la música, siguiendo con el ñandutí, las danzas, las canciones, refranes, adivinanzas, la platería, el vestido, las diversiones y la dietética.
El mito es de origen guaranítico; el folklore, una creación del hombre paraguayo.
Notoria es la diferencia entre los mitos amerindios y los clásicos. En Grecia, los dioses tienen pasiones humanas, son vengativos y sensuales. Encarnan como Zeus, Diana, y hasta el mismo Hércules fuerzas cósmicas y fenómenos naturales, con una imaginación distinta de la nuestra. Los helenos la poseían más rica que lo autóctona americana y, mucho más cultivada y cuyas representaciones son herencia de Egipto, Babilonia e India.