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Published online by Cambridge University Press: 12 May 2020
Comúnmente, se hace referencia a una coexistencia de la dependencia química y otros síndromes psiquiátricos como “diagnóstico dual”. Hacen esta categorización por lo general los trabajadores sociales en varios países europeos que tienen asignada la responsabilidad primaria de la asistencia de la dependencia de drogas y alcohol. Examinamos aquí la validez de esta categorización por medio de la evaluación sistemática estructurada del paciente después de un mínimo de 3 semanas de abstinencia de drogas y alcohol. Menos de un tercio de los pacientes a quienes los servicios sociales etiquetaron originalmente como aquejados de “diagnóstico dual” obtuvieron realmente un diagnóstico del Eje I del DSM-III-R, y menos de la mitad de los pacientes tenía un diagnóstico psiquiátrico diferente al de dependencia. Los síndromes analizados comúnmente en el contexto de la automedicación, por ejemplo, los síndromes de depresión unipolar y de ansiedad, no tenían una representación mayor comparado con una muestra de la población, mientras que las psicosis crónicas y los síndromes bipolares eran más comunes de manera muy significativa. Concluimos que el concepto de diagnóstico dual, a menos que se substancie mediante procedimientos diagnósticos estrictos por personal adiestrado psiquiátricamente, puede ser de utilidad cuestionable en la atención a los pacientes que acuden con síntomas psiquiátricos y dependencia de sustancias. Se necesita una evaluación individual sistemática en un estado libre de alcohol y drogas de duración suficiente para obtener una base para un plan de tratamiento individual adecuado.