Es fácil obviar que en el origen de nuestras sociedades modernas (en el origen de las prácticas contractuales en las que se incrusta nuestra subjetividad) no había “otra” sociedad, sino un cuerpo. El primer tratado clásico sobre el contrato social, el Leviathan de Thomas Hobbes, nos lo recuerda con su inolvidable y ciertamente olvidada portada. La ilustración, a cargo de Abraham Bosse, muestra a un gigantesco soberano oteando desde las regias alturas la faz medieval de la civitas. En una mano blande una espada y en la otra un crosier; el emblema simboliza, naturalmente, la doble autoridad civil y religiosa reunida en la figura del monarca, que expone a las claras el compromiso de Hobbes con la ecclesia anglicana. Nada resulta más reseñable, sin embargo, que el minucioso diseño en mise en abyme de la anatomía del rey. Lo que a primera vista parece un cuerpo escamoso (como el cuerpo de Leviatán, el monstruo marino bíblico con el que se identifica), no es en realidad sino la imagen de un cuerpo lleno de cuerpos. El cuerpo del soberano está compuesto de los cuerpos de sus súbditos, que de espaldas a nosotros, tocados con un sombrero, lo miran en actitud reverencial. Ciertamente, no es necesario decir que la orientación de su mirada representa la cesión de una libertad que no es totalmente suya. Esto se ha discutido ya en innumerables ocasiones: el súbdito solo puede ser totalmente libre en la medida en que otorga la soberanía libremente al estado. Hobbes llama a esta transacción contrato social.
Menos se ha hablado, en cambio, de la manera en que este contrato se representa en la práctica (pictórica, gráfica, narrativa). En la práctica, este equilibrio se construye en el interior de un cuerpo. Recordemos que el título completo del tratado es Leviathan, or the Matter, Forme and Power of a Common Wealth. Dentro de la teoría hilemórfica de Aristóteles, modelo hegemónico de substancia todavía a mediados del XVII, la forma es la que define los contornos de la materia, la que le inyecta su ser. En ese sentido, es lógico que el rey sea la forma de la masa servil, el todo con respecto a las partes y el perímetro con respecto a la comunidad a la que circunda, como lógico es, también, que ocupe una posición perpendicular a ella.
To save this book to your Kindle, first ensure [email protected] is added to your Approved Personal Document E-mail List under your Personal Document Settings on the Manage Your Content and Devices page of your Amazon account. Then enter the ‘name’ part of your Kindle email address below. Find out more about saving to your Kindle.
Note you can select to save to either the @free.kindle.com or @kindle.com variations. ‘@free.kindle.com’ emails are free but can only be saved to your device when it is connected to wi-fi. ‘@kindle.com’ emails can be delivered even when you are not connected to wi-fi, but note that service fees apply.
Find out more about the Kindle Personal Document Service.
To save content items to your account, please confirm that you agree to abide by our usage policies. If this is the first time you use this feature, you will be asked to authorise Cambridge Core to connect with your account. Find out more about saving content to Dropbox.
To save content items to your account, please confirm that you agree to abide by our usage policies. If this is the first time you use this feature, you will be asked to authorise Cambridge Core to connect with your account. Find out more about saving content to Google Drive.