En un estudio con una estrategia de tratamiento secuencial de tres fases que implicó a 119 pacientes ambulatorios deprimidos, un total de 31 pacientes (26,7%) interrumpieron prematuramente el tratamiento debido a los efectos secundarios (21/31), el agravamiento de los síntomas (3/31), el incumplimiento terapéutico (4/31) y acontecimientos no relacionados con el tratamiento (3/31). En la línea de base, no se encontraron diferencias en los datos sociodemográficos y psiquiátricos entre los pacientes que abandonaron el tratamiento y los que no lo hicieron. Como predictores del abandono se utilizaron ocho dominios de datos referentes a la historia psiquiátrica, la historia premórbida, los síntomas, la personalidad y el ajuste social. Utilizando un análisis matemático de regresión lineal, sólo se relacionaron con el abandono tres variables. Los pacientes con una historia de uso de alcohol o mal funcionamiento social según el eje V del Manual Diagnóstico y Estadístico DSM III-R tenían una probabilidad más alta de abandonar, mientras que los pacientes con perturbación del sueño según la Lista de Síntomas (SCL)-90 tenían una probabilidad más pequeña de hacerlo.