Este artículo analiza la propuesta teórica del posjudaísmo articulada por el proyecto YOK en respuesta a la crisis del judaísmo institucionalizado en Buenos Aires, Argentina. Contrario a cualquier forma de pensar lo judío en términos tradicionales y normativos, el proyecto posjudío se planteó como una deconstrucción capaz de derribar los muros del judaísmo tradicional y, con el mismo movimiento, dar voz a aquellos judíos que no encuentran acomodo en las infraestructuras institucionales de la comunidad. Nuestra hipótesis es que su arquitectura conceptual, cuyo objetivo es conseguir la total liberación de las formas identitarias judías, termina legitimando una nueva servidumbre, esta es: la adaptación de lo identitario a la fluidez del mercado. Para demostrarlo, me detendré en reflexionar sobre cómo el posjudaísmo repiensa, desde el andamiaje de las filosofías posmodernas, la comunidad tradicional con el fin de proponer un judaísmo en las antípodas de este, un judaísmo basado en un trabajo de autocreación incesante que apele a lo plural, a lo abierto y a lo emancipado de toda norma y de todo dogma. Esto me permitirá demostrar cómo la autocreación es fruto de las dinámicas posmodernas de transformación de la subjetividad cimentadas sobre la emoción y la individualidad creadora.