El Fuerte Sancti Spiritus fue el primer asentamiento español establecido al sur de la Cuenca del Plata, en el inicio de la “colonización” española en América. El lugar de su emplazamiento fue conocido desde fines del siglo diecinueve como Pueblo Gaboto, actual Puerto Gaboto (Cocco et al. Reference Cocco, Letieri, Frittegotto, Pasquali, Azkarate, Sánchez-Pinto, Escribano-Ruiz, Benedet, Calvo and Cocco2016; Soler Reference Soler1984). Fue uno de los primeros lugares, ocupado sólo por 29 meses, donde se establecieron relaciones estables entre los pobladores originarios y los europeos, culminando con su destrucción y abandono (Azkarate et al. Reference Azkarate, Sánchez-Pinto, Escribano-Ruiz and Benedet2019; Cocco et al. Reference Cocco, Letieri, Frittegotto, Pasquali, Azkarate, Sánchez-Pinto, Escribano-Ruiz, Benedet, Calvo and Cocco2016; Sánchez-Pinto y Cocco Reference Sánchez-Pinto and Cocco2021). La colección de referencia conformada con el material arqueológico recuperado es una de las más importantes de Sudamérica para el período colonial temprano (Letieri et al. Reference Letieri, Escribano, Pasquali, Azkarate, Cocco, Pinto, de la Fuente, Buxeda, Garrigos and Iñañez2015).
Los trabajos de investigación interdisciplinarios iniciados en el año 2006 han permitido localizar el lugar exacto al que llegó la expedición en la confluencia de los ríos Carcarañá y Coronda. El asentamiento, compuesto por un fuerte, 20 casas de paja y una zona de embarcadero, sirvió de base de operaciones, aprovechando la presencia de un poblado originario existente desde al menos principios del siglo quince (Azkarate et al. Reference Azkarate, Escribano-Ruiz, Sánchez-Pinto and Benedet2018, Reference Azkarate, Sánchez-Pinto, Escribano-Ruiz and Benedet2019; Cocco et al. Reference Cocco, Letieri, Frittegotto, Pasquali, Azkarate, Sánchez-Pinto, Escribano-Ruiz, Benedet, Calvo and Cocco2016; Frittegotto et al. Reference Guillermo, Letieri, Cocco, Pasquali, Astiz and Valdata2013; Sánchez-Pinto y Cocco Reference Sánchez-Pinto and Cocco2021). Sebastián Caboto, además, eligió el lugar porque era uno de los nodos estratégicos en el tránsito fluvial por el Río Paraná. Junto a dos de los principales cursos fluviales de la zona, permite la comunicación norte-sur, pero también interior, y se emplaza en un sector sobreelevado del paisaje, con una alta visibilidad y ausencia de inundaciones. La presencia de varias etnias pescadoras/cazadoras/recolectoras y horticultoras descritas por los propios integrantes de la expedición de Sebastián Caboto así como por otros viajeros, que referencian a los chaná, querandí, timbú, guaraní y carcarais, hablan de un sector relevante para el aprovisionamiento y el intercambio (El Jaber Reference El Jaber2014; Medina Reference Medina1908; Ramírez Reference Ramírez2007 [1528]; Taylor Reference Taylor1932).
Los europeos introdujeron los primeros cambios en el paisaje local al repartirse la tierra para el cultivo de cereales, fundamentalmente trigo, pero también cebada, que complementaron con el cultivo de maíz local (Caboto Reference Sebastián1544; Capparelli et al. Reference Capparelli, Lema, Giovannetti and Raffino2005; Colobig et al. Reference Colobig, Zucol, Brea, Franco, Passeggi, Cocco and Pinto2017; Medina Reference Medina1908).
En el presente trabajo se reconstruyen, a partir de los microrrestos biosilíceos, los diferentes momentos de ocupación del yacimiento. Una primera aproximación arqueobotánica (Colobig et al. Reference Colobig, Zucol, Brea, Franco, Passeggi, Cocco and Pinto2017) permitió identificar la presencia de material botánico tanto procedente del entorno local como exógeno. Mediante estas evidencias directas, se discute la información acerca de las relaciones establecidas, específicamente sobre la apropiación y el manejo de los recursos vegetales, la significación cultural que tuvo la introducción de cultivos europeos y la posibilidad de almacenamiento, durante la colonización temprana en la Cuenca del Plata.
El asentamiento de Sancti Spiritus: Sus etapas constructivas y el ambiente
Los elementos que caracterizan el asentamiento de Sancti Spiritus son la ubicación, la conectividad, la estabilidad, la visibilidad del entorno, el control del territorio y la accesibilidad a los recursos (Sánchez-Pinto y Cocco Reference Sánchez-Pinto and Cocco2019). Su posición sobre la barranca pampeana —ubicada a 3,5 m sobre la parte baja del tras-albardón de la margen norte del Río Carcarañá (Figura 1)— responde a una zona estable del paisaje que no ha sufrido grandes transformaciones en los últimos 500 años, más allá del leve corrimiento de la barranca, que preserva el sitio en épocas de grandes crecientes (Ramonell Reference Ramonell2007).
Su secuencia histórica (Azkarate et al. Reference Azkarate, Sánchez-Pinto, Escribano-Ruiz and Benedet2019) se encuentra compuesta por:
(a) un asentamiento originario (AO), en el que se conservan las huellas de los postes de las casas, algunos de los pisos de uso, una serie de pozos de dimensiones y forma variable utilizados como basureros, un silo y unos agujeros circulares con sección cóncava que, presumiblemente, fueron empleados para la sujeción de vasijas de grandes dimensiones. Todas las estructuras conservadas se realizaron al ras del suelo.
(b) Un asentamiento colonial (AE), que perduró entre mayo 1527 y septiembre de 1529 y se construyó directamente sobre el poblado originario previo sin ningún tipo de acondicionamiento, lo que provocó la destrucción de la gran mayoría de sus estructuras. Esta estrategia de ocupación del territorio ya se había desarrollado de manera profusa en la conquista del continente americano (Beck et al. Reference Beck, Rodning and Moore2016; Chiavazza Reference Chiavazza2010; Cocco Reference Cocco, Politis and Bonomo2018; Curzio et al. Reference Curzio, Soria and Tomasini2004; Deagan Reference Deagan2008; Igareta Reference Igareta2010; Lafuente Machaín Reference Lafuente Machaín1936; López Mazz et al. Reference López Mazz, Buffa, de León and Cancela2014; Morresi Reference Morresi and Morresi1983; Torre Revello Reference Torre Revello1943). Los restos del asentamiento europeo documentados hasta la fecha son: el fuerte construido, de 50 × 10 m, compuesto por un muro de tapia de 1,20 m de ancho, un foso en forma de U que lo rodeaba de 4 m de ancho en la boca y 2,5 m en la base, al menos un cubo semicircular en uno de sus extremos de 3 m de radio, una serie de rellenos pertenecientes al momento de uso del foso (fundamentalmente restos de deshechos) y una serie de nivelaciones al interior del recinto fortificado.
(c) Un tercer momento caracterizado por la destrucción y abandono del asentamiento europeo, con ocupaciones temporales, y su transformación en un lugar de marcado carácter simbólico. De este momento se han registrado depósitos que colmatan el yacimiento, así como restos de actividades esporádicas en el sitio.
(d) Un último momento no muestreado para este trabajo, datado ya en pleno siglo veinte en el que toda el área se usó para la explotación del cultivo de papa, lo que supuso que gran parte de la estratificación del yacimiento se viera alterada (Pasquali et al. Reference Pasquali, Sánchez-Pinto, Meletta and Giobergia2014).
El ambiente circundante presenta condiciones beneficiosas para los asentamientos humanos: allí se intersectan tres provincias biogeográficas en la Región Neotropical, las provincias del Espinal y Pampeana (Dominio Chaqueño) y la Provincia Paranaense (Dominio Amazónico; Cabrera y Willink Reference Cabrera and Willink1980). La Provincia del Espinal —Distrito del Ñandubay— se compone de especies arbóreas del género Prosopis principalmente, como P. algarrobilla (ñandubay) y P. nigra (algarrobo negro). A su vez, se hallan palmares de Syagrus romanzoffiana, Butia yatay (yatay) y Trithrinax campestris (caranday). Por su parte, la Provincia Pampeana corresponde a una región llana o ligeramente ondulada, de clima templado-cálido y con estepa o seudoestepa de gramíneas como vegetación predominante (Cabrera y Willink Reference Cabrera and Willink1980). En la Provincia Paranaense, el tipo de vegetación predominante es la selva, pero también presenta bosques de albardón, de bambúseas y en galería, sabana, pastizal alto y matorral de leguminosas.
Ecológicamente, el área de estudio se encuentra en la ecorregión delta e islas del Paraná, compuesta por un conjunto de macrosistemas de humedales de origen fluvial que se desarrolla de norte a sur, por la llanura chaco-pampeana, y abarca 4.825.000 ha. La presencia permanente de cuerpos de agua en una zona templada proporciona una cierta uniformidad en las especies típicas de zonas subtropicales-húmedas (Burkart et al. Reference Burkart, Bárbaro, Sánchez and Gómez1999). La vegetación se distribuye según un patrón típico formando bosques y arbustales ubicados sobre las orillas de los albardones, en el interior de las islas pajonales y sobre las riberas, canales y lagunas pastizales, comunidades hidrófilas y acuáticas. Los bosques están formados por Salix humboldtiana (sauce criollo), Tessaria integrifolia (aliso del río), Erythrina crista-galli (ceibo), Sapium haematospermum (curupí), Pouteria salicifolia (mataojo), S. romanzoffiana (pindó), Myrsine laetevirens (canelón) y Albizia inundata (timbó blanco); los arbustales se componen de Vachellia caven (espinillo), Baccharis latifolia (chilca), Conyza bonariensis (rama negra) y Cestrum parqui (duraznillo negro); mientras que los pajonales y pastizales están compuestos por Cortaderia selloana (cortadera), Typha latifolia (totora) y numerosas especies de gramíneas y ciperáceas. En las comunidades acuáticas predominan los Eichhornia crassipes (camalotes) y Victoria cruziana (irupé; Burkart et al. Reference Burkart, Bárbaro, Sánchez and Gómez1999).
Descripción de la muestra y metodología
Caracterización de las muestras
El área de estudio tiene 800 m2, de 10.000 m2 que tiene el asentamiento en total (Figura 2). Se excavó en open area y procedimiento estratigráfico (Azkarate et al. Reference Agustín, Cocco, Pinto, Letieri, Ruiz, Frittegotto, Benedet, Leirado, Schávelzon and Tomo2012) donde los elementos que componen el subsuelo son producto de una estratificación arqueológica resultado de la acción humana en conjunción con otras acciones de agentes naturales. El objetivo fundamental es identificar e individualizar la morfología de las acciones a través de la unidad estratigráfica (UE) —que se define como la acción mínima identificable— y a través del establecimiento de sus relaciones estratigráficas de anterioridad/posterioridad. En este sentido una UE puede ser un muro, un agujero de poste o cualquier tipo de estrato (suelo, amortización, cenizas, basurero, etc.). Esta estrategia ha permitido tener una visión amplia del yacimiento e identificar estructuras en su integridad y sedimentos lo más complejos y continuos posibles (Azkarate et al. Reference Agustín, Cocco, Pinto, Letieri, Ruiz, Frittegotto, Benedet, Leirado, Schávelzon and Tomo2012; Pasquali et al. Reference Pasquali, Sánchez-Pinto, Meletta and Giobergia2014).
Se extrajeron 20 muestras pertenecientes a los tres momentos históricos, con sedimentos de hasta seis tipos diferenciados: amortizaciones, nivelación/suelo, basurero ocasional, relleno constructivo, uso/sedimentación del foso y fogón. La selección de las muestras se basó en criterios estratigráficos, cronológicos y tipológicos. Cronológicamente se consideraron aquellos contextos que aportaban dataciones fiables y adscribibles a las etapas constructivas registradas. Tipológicamente se seleccionaron las muestras a partir de su proceso formativo. En Sancti Spiritus el 90% de los contextos analizados se corresponden con los rellenos de los agujeros de poste documentados, siendo menos frecuentes los suelos/nivelaciones, basureros o rellenos constructivos. La denominación de los tipos de rellenos se ha realizado atendiendo a su composición y naturaleza. En lugar de denominarlos rellenos constructivos (Azkarate y Solaun Reference Azkarate, Solaun, Azkarate and Solanum2013, Reference Azkarate, Solaun, Doménech and Gutiérrez2020; Azkarate et al. Reference Azkarate, Sánchez-Pinto, Escribano-Ruiz and Benedet2019; Quirós Castillo Reference Castillo and Antonio2012), fogón, basurero o uso del foso, se ha optado por tipificar todos aquellos rellenos que, siendo rellenos constructivos, aportan una mayor información de manera individual. Los depósitos denominados “amortización”, que colmataron agujeros de poste y un gran silo, son de composición arcillosa. Los depósitos “basurero” son basureros ocasionales, que colmataron pozos de almacenaje y algún agujero de poste, y en uno de los casos (UE 330, muestra 4580) un rebaje hecho exprofeso. Estos depósitos se caracterizan por contener basura doméstica como cerámicas, huesos, espinas de pescado y carbones. Los depósitos suelo/nivelación acondicionan depresiones naturales del terreno o agujeros de poste, y se caracterizan por tener una composición arcillosa color negruzco y presentar carbones en su matriz. El depósito denominado “uso del foso” es un nivel que se originó sobre la base del mismo y está constituido, fundamentalmente, por aportes intencionales de basura doméstica. El rasgo “fogón” se constituyó a partir de los restos de un fogón compuesto por ceniza y carbones que quedaron depositados sobre la superficie. Finalmente, el “relleno constructivo” corresponde al relleno aportado para tapar la zanja de construcción del muro de tapia después de su construcción. Es un relleno de composición arcillosa, color negruzco y abundantes restos de loess.
Asentamiento originario (AO). De las muestras estudiadas, 11 se corresponden con el primer momento de ocupación del asentamiento y provienen de rellenos que colmataban los agujeros dejados por los postes de las viviendas (AA), de los deshechos que se generaron (AAB, PB), de sendos suelos/nivelaciones (SN) y un posible silo (SI). El hecho de que no se depositara un suelo o nivelación sobre estos ha provocado que algunos de ellos presenten contaminación cruzada señalada por los microrrestos biosilíceos procedentes del momento posterior. Concretamente se trata de las muestras 4581, 4583 y 4613, donde la UE 372 (4583) tiene un fechado que permite situarla en el segundo tercio del siglo quince. Además, el resto de los fechados para los agujeros ofrecen dataciones similares, siempre anteriores al siglo dieciséis.
Asentamiento europeo (AE). La presencia europea supone el aumento del tipo de sedimentos a analizar, introduciendo nuevas variables y técnicas constructivas, como en el caso de la fortaleza o el foso, además de permanecer los elementos de la etapa anterior. Se tomaron ocho muestras en total, procedentes de los rellenos de uso del foso (NDU), compuestos en su mayoría por deshechos en forma de materia orgánica; del sedimento de agujeros de poste amortizados en el momento de ocupación europea (AA); de rellenos procedentes de dos basureros (B); de restos de un suelo/nivelación (S); y de los rellenos procedentes de la zanja de construcción de la fortaleza (RC).
Etapa de destrucción y reocupación (PDR). Toda la zona se empleó para el cultivo de papa en el siglo pasado, lo que ha alterado la estratificación de manera considerable, con la consiguiente pérdida de las acciones estratigráficas vinculadas a la destrucción del asentamiento europeo y reocupación posterior del lugar. A pesar de ello, sobre los rellenos de colmatación del foso se registró la presencia de un fogón (F) del cual se extrajeron muestras. Por su posición estratigráfica, sabemos que es posterior a la destrucción del fuerte ya que se sitúa sobre los niveles de abandono del sitio y que, por tanto, su cronología debe ubicarse a partir de la segunda mitad del siglo dieciséis.
Procesamiento de las muestras
Las muestras estudiadas están registradas en el Repositorio de Muestras Sedimentarias del CICYTTP, con la identificación: CIDPalbo 4576, 4581, 4583, 4585, 4595, 4596, 4597, 4606, 4612, 4613, 4621, 4573, 4578, 4579, 4580, 4592, 4593, 4603, 4614, 4626 y se procesaron según el protocolo de Zucol y colaboradores (Reference Zucol, Passeggi, Brea, Patterer, Pepi, de los Milagros Colobig, Corbella and Maidana2010).
Para determinar los fitolitos se comparó el material obtenido con clasificaciones morfológicas realizadas por Bertoldi de Pomar (Reference Bertoldi de Pomar1971), Twiss y otros (Reference Twiss, Suess and Smith1969), Twiss (Reference Twiss, Rapp and Mulholland1992), Kondo y otros (Reference Kondo, Childs and Atkinson1994), Patterer (Reference Patterer2014) y Patterer y colaboradores (Reference Patterer, Passeggi and Zucol2011) donde se describen los acrónimos utilizados en este trabajo y los descriptores propuestos por Neumann y colaboradores (Reference Neumann, Strömberg, Ball, Albert, Vrydaghs and Cummings2019).
Los morfotipos diagnósticos para maideas se identificaron según Piperno (Reference Piperno2006), tipo cross shaped var 1. Por su parte, las tritíceas fueron comparadas con el morfotipo long short cell (Ball et al. Reference Ball, Brotherson and Gardner1993, Reference Ball, Ehlers and Standing2009, Reference Ball, Chandler-Ezell, Dickau, Duncan, Hart, Iriarte and Lentfer2016), articulated elongate undulate epidermal phytoliths (Ball et al. Reference Ball, Vrydaghs, Mercer, Pearce, Snyder and Lisztes-Szabo2017) y thick low wave on long cell walls (Rosen Reference Rosen, Rapp and Mulholland1992). Según Ball y colaboradores (Reference Ball, Brotherson and Gardner1993), se define como elongate sinuate y como trapezoid margins alate and lobed de más de 50 micrones de largo (Kaplan et al. Reference Lawrence, Smith, Sneddon, Rapp and Mulholland1992; Twiss et al. Reference Twiss, Suess and Smith1969). Las oryzoideas se identificaron principalmente mediante los criterios propuestos por Yost y Bilinnikov (Reference Yost and Bilinnikov2011), definidos como elongate tuberculate, y por Hilbert y otros (Reference Lautaro, Neves, Pugliese, Whitney, Shock, Veasey, Zimpel and Iriarte2017), quienes lo describen como double peaked glume. En cuanto a las espículas de espongiarios dulceacuícolas, se consideró el morfotipo más abundante para el recuento, el cual posee grandes dimensiones, lisos y de extremos aguzados, con un canalículo que lo recorre en sentido longitudinal. Se estableció su abundancia en relación con la mayor/menor disponibilidad hídrica en el ambiente (Barbosa Dos Santos et al. Reference Barbosa Dos Santos, De Tarso, Castro, Parolin, Docio and Costa2016). Las diatomeas se consideraron según el criterio de presencia/ausencia, y su abundancia se interpretó como aumento/disminución de la humedad en el ambiente de depositación (López Fuerte y Siqueiros Beltrones Reference Fuerte, Omar and Beltrones2011; y Tabla 1).
1 Asentamiento Originario; 2Asentamiento Colonial; 3Etapa de destrucción y reocupación
Las asociaciones entre las afinidades botánicas de los microrrestos y las condiciones ambientales en las que predominan se realizaron de acuerdo con Molina y Rúgolo de Agrasar (Reference Molina and de Agrasar2006). La cuantificación se hizo sobre el recuento de aproximadamente 300 fitolitos como muestra para caracterizar la asociación fitolítica.
Se analizaron los rasgos según fueran del período originario (AO), europeo (AE) o de destrucción y reocupación (PDR), y se calcularon los porcentajes de microrrestos hallados en cada uno de los conjuntos de muestras, de acuerdo con el período al que corresponden para caracterizar cada tipo (Tabla 2).
Para relacionar comparativamente los grupos de muestras desde el punto de vista micropaleobotánico, se implementaron análisis estadísticos, con el fin de comparar las asociaciones fitolíticas presentes en cada período. Además, se realizó un análisis multivariado con el programa PAST (Paleontological Statistics; Hammer et al. Reference Hammer, Harper and Ryan2007), utilizado para establecer mediante Análisis de Componentes Principales la similitud de las asociaciones fitolíticas de las muestras en los diferentes sectores de la planta, y establecer relaciones entre los distintos conjuntos de muestras. Las variables consideradas para estos análisis fueron el tipo de depósito y su cronología.
Resultados
Microrrestos presentes en los depósitos analizados
Se establecieron 14 morfotipos principales de fitolitos en las muestras estudiadas. Estos morfotipos incluyen todas las formas definidas y ampliamente utilizadas como (según el ICPN 2.0): prismáticos (elongate), flabelos (buliform flabelate), poliédricos (blocky), aguzados (acute bulbosus), conos truncados (trapeziform), sillas de montar (saddle), bilobados(bilobate), globulares (spheroid), fusiformes (fusiform), circulares (rondel), festoneados (crenate), cruces (cross), prismáticos festoneados (elongate sinuate) y prismáticos tuberculados (elongate tuberculate). De estos 14 morfotipos definidos se trataron especialmente (aunque se hallaron en bajos porcentajes) las formas diagnósticas para vegetales que pueden ser utilizados para actividades humanas: globulares (spheroid, Arecaceae), cruces (cross, Maideae), prismáticos festoneados (elongate sinuate, Tritriceae) y prismáticos tuberculados (elongate tuberculate, Oryzoideae).
También se consideraron en recuentos los fitolitos articulados en tejidos y los elementos silíceos no fitolíticos como las espículas de espongiario, las diatomeas y los estomatocistes de crisostomatácea (Tabla 1).
A continuación, se describen las muestras por períodos y se indican los diferentes tipos de rasgos: basureros (AAB, PB, B, según la estructura que rellena), rellenos de amortización (AA), silo (SI), relleno constructivo (RC), nivelación/suelo (NS), nivel de uso (NDU) y fogón (F). Cada rasgo está conformado por una o más muestras y se calcularon los porcentajes de microrrestos, con el fin de lograr un patrón comparativo de cada uno de los períodos (Tabla 2).
Microrrestos presentes en las muestras provenientes del asentamiento originario (PO). La muestra está conformada por la suma de los microrrestos hallados en los rasgos que componen el período originario (11 muestras, microrrestos silíceos contenidos en total, n = 3.064; Figura 3). En este período predominaron las formas prismáticas (31,16%) y luego, en un porcentaje menor, los conos truncados (14,05%). En orden de abundancia relativa se hallaron los elementos poliédricos (11,52%), los bilobados panicoides (7,99%) y las sillas de montar (7,44%). Luego, los aguzados (5,35%), los flabelados (4,06%), los circulares (4,89%), los botes festoneados (1,33%), las cruces (1,37%), los globulares (1,07%) y, en muy escasa proporción, los prismáticos festoneados (0,13%) y los prismáticos tuberculados (0,19%). Los elementos fusiformes aparecen en forma muy escasa en un porcentaje que es del 0,09%. También se observaron fitolitos articulados (4,30%), espículas de espongiario (3,32%) y diatomeas (0,47%). Los estomatocistes de crisostomatácea (0,32%) se presentaron en muy bajo porcentaje.
Microrrestos provenientes de muestras de depósitos del período asentamiento europeo (AE). En el caso de las muestras provenientes del período europeo, se hallaron elementos silíceos de variadas morfologías y afinidades (ocho muestras, n = 2.115). Predominan los fitolitos prismáticos (33,94%). Se observan además poliédricos (12,48%), conos truncados (8,98%), bilobados panicoides (8,55%), sillas de montar (6,66%), flabelados (5,01%), aguzados (3,97%), circulares (2,97%), cruces (1,04%), prismáticos tuberculados (2,28%), festoneados (0,89%), globulares (0,70%), prismáticos festoneados (0,18%) y fusiformes (0.09%). También se hallaron fitolitos articulados (9,59%), y además se observaron elementos silíceos no fitolíticos como espículas de espongiario (3,00%), y en menor abundancia diatomeas (0,85%) y estomatocistes de crisostomatácea (0,28%).
Muestras provenientes de depósitos del período de destrucción y reocupación (PDR). Al igual que en los otros períodos analizados, se consideraron las abundancias en porcentajes, de acuerdo con el total registrado en cada uno de los períodos con el fin que se puedan comparar las abundancias relativas de microrrestos entre los tres períodos. El período posterior (una muestra, n = 427) registra un alto porcentaje de elementos prismáticos constituyendo el 31,38%. Luego los bilobados panicoides (12,64%), los conos truncados (6,55%), los aguzados (5,38%) y continúan en menor abundancia los elementos poliédricos (3,98%) y las sillas de montar (2,81%); complementando esta asociación, los flabelos (0,70%), los elementos circulares y festoneados (ambos con el 0,70%), las cruces (1,40%), los prismáticos festoneados (0,23%) y los prismáticos tuberculados (0,23%). Entre otros elementos se hallaron fitolitos articulados en tejidos (31,38%), espículas de espongiario (1,63%) y las diatomeas (0,23%).
El período posterior a la ocupación se diferencia claramente de los otros dos períodos en los porcentajes (en ocho de los morfotipos relevados). Presenta flabelos, poliédricos, conos truncados, sillas de montar, circulares y espículas de espongiario, en menor porcentaje que los dos períodos anteriores, mientras que los bilobados y los fitolitos articulados se presentaron en porcentajes mayores. En cambio, las muestras de los AO y AE se superponen en 11 de los morfotipos —es decir, comparten similares porcentajes en flabelos, sillas de montar, bilobados, globulares, fusiformes, festoneados, cruces, prismáticos festoneados, diatomeas, espículas y estomatocistes. Por su parte, las muestras de AO se separan del resto, diferenciándose en los morfotipos aguzados, conos truncados, sillas de montar y circulares. Los elementos globulares espinosos afines a Arecaceae también se presentan en mayor porcentaje en el período originario, elemento que ha sido registrado en ocupaciones prehispánicas en la región (Bonomo et al. Reference Bonomo, de los Milagros Colobig, Passeggi, Zucol and Brea2011) y cuyo uso ha sido referenciado etnográficamente, tanto del consumo de frutos como uso de la hoja para la construcción de techos y canastos, por ejemplo (Moraes Reference Moraes2014).
Los porcentajes relativos en el AE son más altos en general, y en algunos elementos diagnósticos de vegetales de consumo humano en particular —esto es, en prismáticos festoneados y prismáticos tuberculados. En tanto que los elementos en cruces, circulares y globulares aparecen como caracterizando el AO.
Considerando estos porcentajes se podría proponer que durante el período originario predominó el maíz como cultivo utilizado en el asentamiento, a la vez que las palmeras pudieron utilizarse para diversos fines.
En cambio, en el período europeo estos porcentajes bajaron y se incrementaron los afines al arroz silvestre (prismáticos tuberculados) y a tritíceas (prismáticos festoneados), elemento introducido para su cultivo por los europeos (Figura 4).
Análisis multivariado de la composición de las muestras
Mediante el análisis de componentes principales de las abundancias de fitolitos de todas las muestras, se observó la presencia de tres grupos de asociaciones claramente vinculadas (Figura 5), como así también tres asociaciones (muestras 4578, 4579 y 4593) que se diferenciaron de estos tres agrupamientos. La interpretación se realizó a base de dos variables principales: cronología y tipo de rasgo. Uno de los agrupamientos en el componente 2 (muestras 4573, 4580, 4581, 4583, 4596 y 4621, Grupo A) contiene dos muestras de origen europeo y cuatro del período originario. Este conjunto se compone de rasgos cuyo tipo de sedimento es correspondiente a basureros (B, PB, AB). La característica principal de este tipo de sedimento es que contiene alto porcentaje de elementos aguzados de origen graminoide, en general. En cuanto a los elementos diagnósticos de plantas de uso humano, este rasgo contiene un recuento considerable de cruces producidas por hojas de cereales, Zea mays, que se depositaron posiblemente por ser la parte desechada de la planta. Otro elemento presente en este grupo es el elemento globular espinoso afín a Arecaceae.
Por su parte, en el área inferior al componente 1 (muestras 4576, 4585, 4592 4595, 4597, 4606, 4613, 4614, Grupo B) se encuentra el otro conjunto, compuesto por seis muestras con cronología previa a la conquista y dos que provienen de sedimentos del período de contacto. Las muestras del período originario se caracterizan por ser de los rellenos de agujeros de poste de las viviendas y descartes; en este caso predominan los pozos de almacenaje (PB). Las muestras de este conjunto que provienen de sedimento post-contacto se componen de agujeros de poste que fueron rellenados en el momento de ocupación europea. Los microrrestos que componen este grupo son los elementos danthonioides (conos truncados), chloridoides (sillas de montar), panicoides (bilobados) y, entre los de uso humano, formas oryzoides y también arecoides. A su vez, aparecen elementos afines a maideas, pero en menor proporción que en el agrupamiento descrito anteriormente.
Los rasgos de uso (NDU; 4626 y 4603) y suelo (4612) Grupo C se encuentran próximos espacialmente en el gráfico de ejes de coordenadas. Contienen alto porcentaje de espículas de espongiario. Entre los vegetales de posible uso humano son escasos en relación con los otros grupos mencionados.
Una de las muestras que aparece dispersa es la que proviene del sedimento posterior al abandono del sitio (4593, F), que se caracteriza por presentar un porcentaje alto de elementos bilobados panicoides y de fitolitos articulados en tejido. De las plantas de posible uso humano esta muestra presenta principalmente maideas. El relleno constructivo (muestra 4579, RC) se encuentra como rasgo aislado por su alto porcentaje de morfotipos prismáticos, elementos afines a graminoides. Es importante la presencia de espículas de espongiario.
La muestra 4578 posee una abundancia destacada de elementos articulados con un porcentaje elevado de cruces; considerando el porcentaje de los otros grupos, es el segundo en importancia, luego del Grupo A.
En lo que respecta a los tipos de sedimentos, se agrupan por un lado los del tipo basurero (Grupo A) y por otro las amortizaciones (Grupo B), quedando separados el nivel de uso del foso y nivelación (Grupo C) y el relleno constructivo. En los microfósiles se da esta separación por la presencia en el Grupo A (predominan los sedimentos procedentes del asentamiento originario) de elementos buliformes y aguzados de gramíneas, y elementos globulares y en cruz entre los de posible uso humano.
En el Grupo B predominan conos truncados, sillas de montar, bilobados panicoides y las espículas de espongiario. En este grupo también son mayoritarias las muestras del período originario (AO).
En el caso del grupo C, éstas provienen de nivelaciones, rellenos y suelos, y son principalmente sedimentos de la ocupación europea. En este grupo predominan las células prismáticas y poliédricas de gramíneas. Presenta además diatomeas, espículas de espongiario y muy escasos elementos provenientes de vegetales de uso humano.
Discusión
En varios aspectos la conquista supuso una ruptura con las prácticas existentes; en otros hubo continuidad de las formas locales e incorporación de los elementos introducidos, conformando un “nuevo orden de relaciones sincréticas” (Capparelli et al. Reference Capparelli, Giovannetti, Lema, Marconetto, Babot and Oliszewski2007). Se puede hablar de cierta “conciliación” para lograr un equilibrio, aunque éste fue siempre tenso e inestable (Halperin Donghi Reference Halperin Donghi2013).
El asentamiento de Sancti Spiritus es, tal vez, uno de los mejores exponentes que puede explicar este proceso. Aunque tuvo una corta duración en el tiempo, implicó la introducción de elementos europeos, pero también se basó en la interacción entre éstos y los pueblos originarios, teniendo, sin duda, esta interacción una significación cultural para ambos grupos.
La reconstrucción etnohistórica plantea el consumo de maíz, calabaza y leguminosas en los grupos chaná timbú (Ramírez Reference Ramírez2007 [1528]), y en este asentamiento se han hallado restos botánicos de maíz (de acuerdo con las formas descritas por Ball et al. Reference Ball, Chandler-Ezell, Dickau, Duncan, Hart, Iriarte and Lentfer2016; Bertoldi de Pomar Reference Bertoldi de Pomar1971; del Puerto et al. Reference Del Puerto, Rodríguez, Inda, Bracco, Castiñeira and Adams2006; Pearsall Reference Pearsall2000; Piperno Reference Piperno1988, Reference Piperno2006). Además, sabemos que eran los grupos que vivían en el entorno de la fortaleza los que les proveían a los conquistadores peces, grasa y “abatí” (declaración sumaria en el Puerto de San Salvador en 12/12/1529 de Alonso de Santa Cruz, Maestre Pedro, Francisco García, Juan de Junco, Jorge Gómez, Alonso de San Pedro, Álvaro Núñez, Antonio de Montoya, Gregorio Caro, Gómez Malaver y Gaspar de Cazaña, en Medina Reference Medina1908). Cabe suponer que los propios expedicionarios cultivaron en sus rozas maíz, si bien no se explicita dicha acción. Sí sabemos que la manera que tenían de comerlo era tostándolo, tal y como señala el maestre Pedro, cirujano de la expedición (Medina Reference Medina1908).
Además de cultivos locales, este yacimiento es el primer sitio donde se registran cereales europeos cultivados a partir de semillas traídas desde Europa (Caboto Reference Sebastián1544; Capparelli et al. Reference Capparelli, Lema, Giovannetti and Raffino2005; Colobig et al. Reference Colobig, Zucol, Brea, Franco, Passeggi, Cocco and Pinto2017; Medina Reference Medina1908), lo cual se constata en el registro arqueobotánico con el hallazgo de microfósiles biosilíceos afines a tritíceas, y en las crónicas donde también se hace mención: “Preguntado si se da en la dicha tierra trigo é cebada, dijo que sí, porque este declarante lo probó é se dá dos veces en el año” (interrogatorio a Sebastián Caboto, en Medina Reference Medina1908).
La documentación emanada de la propia expedición señala como uno de los factores fundamentales de la pérdida del asentamiento de Sancti Spiritus el que los encargados de realizar las guardias las desatendían porque iban “a sus rozas antes del día e que dejaban la guarda” (Declaración de Alonso de Santa Cruz, Gaspar de Cazaña, Juan de Junco, Antonio de Montolla y Alvar Núñez a la información sumaria realizada en San Salvador el 12/10/1529, en Medina Reference Medina1908). Aunque los datos son un tanto confusos, en la información realizada el 28/07/1530 por los oficiales de la Casa de Contratación de Sevilla a la vuelta de la expedición, Juan de Junco, Casimiro de Nuremberg y Sebastián Caboto señalan que la tierra “está muy bien aparejada”, que es “muy sana y fructífera” y que da “cualquier cosa que se siembra en ella” y que ellos sembraron “cierto trigo y cebada”, que ellos mismos lo experimentaron y “que acudió muy bien” y que se da “dos veces al año” (Medina Reference Medina1908).
Otro elemento vegetal identificado característico y propio del asentamiento indígena es el contenido de oryzoideas, lo cual podría estar indicando una intervención de origen antrópico como consecuencia del traslado y acopio de estos elementos desde otras zonas de la región (Colobig et al. Reference Colobig, Zucol, Brea, Franco, Passeggi, Cocco and Pinto2017). Esto permite suponer que tanto en tiempos prehispánicos como hispánicos se utilizó este recurso del entorno próximo para fines que aún es difícil determinar. Podría estar relacionado al acondicionamiento del espacio (como lo propone Castiñeira et al. [Reference Castiñeira, Blasi, Politis, Bonomo, del Puerto, Huarte, Carbonari, Mari and García-Rodríguez2013], para un sitio del delta del Río Paraná) el consumo del grano como alimento (Eremites De Oliveira [Reference de Oliveira1995], que lo propone para comunidades de Brasil) o a la construcción de techos de las viviendas (Hurtado Reference Hurtado and Moraes2014).
En cuanto al análisis según las cronologías, se observó que las formas afines a palmeras presentan mayor abundancia en el período previo a la conquista, al igual que las maideas, que se usaron tal vez más intensivamente en el asentamiento originario. Por su parte, las muestras que presentan formas afines a triticeas se corresponden con los sedimentos considerados post-contacto, excepto tres muestras de rellenos (muestras 4583, 4613 y 4581) que, como hemos señalado, se tratan muy probablemente de muestras con material suprayacente.
Uno de los elementos que caracteriza al asentamiento de Sancti Spiritus (Azkarate et al. Reference Azkarate, Escribano-Ruiz, Sánchez-Pinto and Benedet2018; Cocco et al. Reference Cocco, Letieri, Frittegotto, Pasquali, Azkarate, Sánchez-Pinto, Escribano-Ruiz, Benedet, Calvo and Cocco2016; Pasquali et al. Reference Pasquali, Sánchez-Pinto, Meletta and Giobergia2014) es la ocupación continua del espacio entre el AO y el AE, al no existir depositaciones intermedias. Los sedimentos pertenecientes al momento originario pueden presentar evidencias del período posterior, producto de la circulación o el uso del espacio. Los elementos afines a Triticeae presentan sin embargo un porcentaje relativo superior en la cronología post-conquista, y el registro antracológico también evidencia material extralocal en este depósito (Colobig et al. Reference Colobig, Zucol, Brea, Franco, Passeggi, Cocco and Pinto2017).
Por otra parte, se observaron elementos panicoides en los tres períodos, con un mayor porcentaje relativo en el período posterior, tal vez porque la muestra procede de un fogón documentado entre los rellenos de abandono del foso, donde se pudieron descartar estos elementos o se depositaron para acrecentar el fuego. Asimismo, la gran presencia de elementos fitolíticos articulados en tejido podría indicar que este sedimento no ha sido removido con posterioridad a su depositación. Esta situación evidencia que, a pesar de los intentos posteriores, el lugar que ocupó el asentamiento de Sancti Spiritus no se volvió a reocupar de forma continuada hasta bien entrado el siglo diecinueve (Sánchez-Pinto y Cocco Reference Sánchez-Pinto and Cocco2021).
Los elementos panicoides tienen una presencia importante en los períodos analizados. De hecho, en otros contextos estudiados, se pudo observar que estos elementos aumentan en espacios con presencia humana (Colobig Reference Colobig2012; Colobig et al. Reference Colobig, Sánchez and Zucol2015; Sánchez et al. Reference Sánchez, de los Milagros Colobig, Zucol, Politis, Bonomo and Castiñeira2013). Por lo tanto, es posible afirmar que ciertos elementos graminoides afines a la subfamilia Panicoideae estuvieron presentes en los sedimentos procedentes de momentos de mayor ocupación de estos sitios (Colobig et al. Reference Colobig, Zucol, Silva, Politis and Bonomo2018).
Particularmente, el relleno de amortización 4585 colmata un gran agujero con forma en planta circular y sección piriforme, con un diámetro en la boca ligeramente inferior al de la base (1,10 × 1,20 m). Por su forma y dimensiones todo indicaría que se trata de un gran agujero de almacenaje o silo. No conocemos, sin embargo, ningún caso similar en el Noreste argentino, teniendo que recurrir a otras latitudes para poder ver este tipo de estructuras (Killian Galván Reference Killian Galván2015; Müller Reference Müller2007; Schmitz y Rogge Reference Schmitz and Rogge2013; Tarragó y González Reference Tarragó and González2003). La presencia de este silo, con una capacidad estimada de 800 litros, junto a los agujeros cóncavos para colocación de recipientes, está manifestando cierta capacidad de almacenaje que, por sus dimensiones, no parece exceder las necesidades propias de los habitantes. Los excedentes generados por esa producción a pequeña escala (Sánchez et al. Reference Sánchez, de los Milagros Colobig, Zucol, Politis, Bonomo and Castiñeira2013) se manipulaban de forma intensiva mediante la molienda y el almacenaje, desde al menos dos siglos antes del arribo de los conquistadores europeos (Bonomo et al. Reference Bonomo, de los Milagros Colobig, Passeggi, Zucol and Brea2011). Sin embargo, como hemos señalado, hasta la fecha en el Noreste argentino no se habían registrado estructuras, o los contenedores, en los que se guardaba esa pequeña producción.
En algunos contextos la concentración de material fitolítico podría identificarse como el contenido proveniente de algún contenedor cerámico (Sánchez et al. Reference Sánchez, de los Milagros Colobig, Zucol, Politis, Bonomo and Castiñeira2013), pero los análisis efectuados a cerámicas del delta del Paraná (Colobig y Ottalagano Reference Colobig and Ottalagano2016) demuestran que fueron empleadas para cocinar los alimentos, y no está probado que sirvieran como contenedores. No obstante, gracias al relato de Luis Ramírez, sabemos que los timbúes guardaban el “millo”, maíz, en el interior de sus casas. Ramírez relata cómo, después de una serie de desencuentros, Sebastián Gaboto mandó una pequeña incursión a la aldea de los timbues y “matamos muchos dellos y otros se prendieron y les tomamos todo el millo que en la casa tenían é cargamos el bergantín y quemámosles las casas” (Ramírez Reference Ramírez2007 [1528]). Sería coherente pensar que el gran pozo registrado pudiera ser una estructura de almacenaje que se situaba en el interior o las inmediaciones de una de las viviendas. De las muestras que provienen del período originario observamos un porcentaje relativo mayor respecto de los otros momentos, por lo que claramente este elemento predominó en las prácticas originarias.
Tal y como las crónicas y la documentación de la época señalan (El Jaber Reference El Jaber2014; Medina Reference Medina1908; Ramírez Reference Ramírez2007 [1528]; Taylor Reference Taylor1932), los momentos iniciales son complejos, y todo apunta a que los europeos, además de apropiarse del asentamiento, aprovecharon el manejo del cultivo de los habitantes previos e introdujeron sus prácticas y cultivos. Una prueba de ello es que los propios expedicionarios señalan que cultivaban trigo y cebada pero que los pobladores locales les proporcionaban el maíz.
Conclusiones
Los microrrestos biosilíceos vegetales resultaron buenos indicadores para los asentamientos post-conquista, proporcionando los primeros datos de la distribución espacial de los microrrestos originados localmente o introducidos. Las abundancias y la variabilidad en los rasgos testeados indicarían usos diferenciales del espacio —por ejemplo, asociados con plantas almacenadas o descartadas, sometidas a combustión o acondicionamiento del recinto.
La convivencia en el propio asentamiento entre europeos y originarios queda expresada en la cultura material, al observarse de forma clara la convivencia de cerámicas originarias y europeas o en la configuración del propio asentamiento, ya que los recién llegados si bien introducen nuevas técnicas constructivas, recurren a las propias de los pobladores originarios. Esta continuidad se observa, igualmente, en el uso de los recursos vegetales como maideas, oryzoideas y arecoideas, aprovechados localmente y complementados por los introducidos, como tritíceas. La significación cultural que tuvo la introducción de nuevos cultivos y la posibilidad de generar almacenamiento del excedente, sin duda generaron grandes cambios en las poblaciones originarias.
Agradecimientos
A nuestros compañeros, pasados y presentes, del proyecto “Localización del primer asentamiento español en el Río de la Plata”. Al Ministerio de Cultura (España) a través de las ayudas para proyectos arqueológicos en el exterior; al Ministerio de Cultura de la Provincia de Santa Fe y la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. A los estudiantes de la carrera de Antropología de la UNR que han participado en el proyecto. A la comuna y comunidad e instituciones educativas de Puerto Gaboto.
Declaración de financiamiento
La redacción final de este trabajo por parte de Iban Sánchez Pinto ha sido posible gracias a la beca 2018 para la Especialización de Personal Investigador del Vicerrectorado de Investigación de la UPV/EHU.
Declaración de disponibilidad de datos
Las muestras sedimentarias analizadas en este trabajo se encuentran depositadas en el Repositorio de Paleobotánica, bajo la sigla CIDPALBO, del Centro de Investigación Científica y de Transferencia Tecnológica a la Producción (CONICET-Prov. E. R.-UADER). Su numeración se detalla en metodología.
Conflicto de intereses
Los autores declaran que no hay ningún conflicto de intereses.