Los conflictos armados que ensangrientan a varias zonas del mundo plantean reiteradamente, uno de los problemas fundamentales de la acción humanitaria en tiempo de guerra: la manera de garantizar el respeto de los signos de protección, tras los cuales pueden cobijarse las víctimas de la violencia y las personas que las socorren.

En 1864, el Convenio de Ginebra creó un signo distintivo uniforme para los servicios sanitarios de los ejércitos, a fin de mejorar la protección debida a los militares heridos y a los miembros de los servicios sanitarios. Casi 130 años más tarde, dos factores menoscaban el valor protector del emblema de los Convenios: el uso abusivo del emblema y su pluralidad.

Las consecuencias de esta situación se manifiestan en la pérdida de vidas humanas y en sufrimientos inútiles, que conciernen, prioritariamente, al Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Uno de los principales retos de esta Institución consiste en obtener un respeto total de los emblemas.

El Reglamento relativo al uso del emblema de la cruz roja y de la media luna roja por las Sociedades Nacionales, aprobado por la XX Conferencia International, celebrada en Viena el año 1965, fue revisado por el Consejo de Delegados de Budapest, en noviembre de 1991. Tras el aplazamiento de la XXVI Conferencia International, el CICR sometió el texto del actual Reglamento a todos los Estados Partes en los Convenios de Ginebra solicitándoles que le comunicaran las eventuates objeciones en un plazo de seis meses. Puesto que no se ha recibido solicitud alguna de modificación, el Reglamento entró en vigor en esa fecha.

Las principals normas relativas al uso del emblema figuran en los Convenios de Ginebra y muchos países las han incluido en la respectiva legislación national, para poder sancionar los abusos, especialmente. En el nuevo Reglamento se puntualizan las diversas modalidades del empleo del signo por las Sociedades Nacionales y sus miembros.

En mayo último, unas horas antes de emprender viaje a Sarajevo, Frédéric Maurice nos entregaba las últimas hojas de un artículo destinado a la Revista. Quería releer más tarde su texto y retocarlo. El destino no lo ha permitido, ya que Frédéric sucumbió, en circunstancias trágicas, cerca de Sarajevo, el 19 de mayo de 1992.

En homenaje a nuestro amigo desaparecido, presentamos este texto tal cual, reflexión personal «en vivo» sobre la problemática actual de la asistencia humanitaria.

Lo hacemos con tanta mayor emoción cuanto que este artículo refleja perfectamente la personalidad de Frédéric, su inteligencia, su generosidad, su entrega personal, la capacidad de análisis, expresada con un estilo incisivo y realzada por una cierta causticidad.

Como colofón del expediente sobre la asistencia humanitaria que la Revista presenta desde su número de mayo-junio de 1992, publicamos a continuación el texto de una conferencia que el presidente del CICR, señor Cornelio Sommaruga, pronunció estos últimos meses en varias ciudades de Europa, especialmente en Friburgo de Brisgovia, Como, Oslo y París, acerca del tema: «Asistencia a las víctimas de conflictos: reto permanente para el Comité Intenacional de la Cruz Roja».

Dirigiéndose a personalidades de la político y de la economía, a universitarios y a miembros de la Cruz Roja, el señor Sommaruga reafirmó con fuerza la importancia de los Principios Fundamentales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja —sobre todo los de imparcialidad, neutralidad e independencia—, en los que se fundamenta la práctica de la actividad humanitaria del CICR. Mostró, con ejemplos tornados de recientes situaciones conflictivas, cómo el respeto de esos principios es el mejor garante de la credibilidad y de la eficacia de las operaciones de asistencia humanitaria, lo que le permite, al mismo tiempo, responder a quienes tienen la tentación de mezclar lo político y lo humanitario.

Tras el aplazamiento de la XXVI Conferencia Internacional, el Consejo de Delegados, que se reunió en Budapest en noviembre de 1991, aprobó la versión revisada del Reglamento de la Medalla Florence Nightingale.

Las modificaciones introducidas en ese Reglamento han servido para puntualizar los criterios de atribución de la Medalla y suprimir la desigualdad entre hombres y mujeres que ejercen esa misma profesión, desigualdad que consistía en la atribución exclusiva de esa recompensa a mujeres.

Por medio de una comunicación del 31 de enero de 1992, el CICR sometió ese Reglamento a la aprobación de los Estados Partes en los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, que podían presentar eventuales objeciones en un plazo de seis meses.

Puesto que no se presentó objeción alguna en dicho plazo, y de conformidad con el procedimiento anunciado, se considera que este Reglamento ha sido aprobado y que entró en vigor el 3 de agosto de 1992.

La segunda quincena de mayo de 1992, el presidente del CICR, señor Comelio Sommaruga, estuvo en La Haya, donde se celebró la IV Conferencia Zonal de Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de Europa (18–22 de mayo), cuyo tema era «La nueva Europa necesita una nueva Cruz Roja» (véanse actas, pp. 414–416). Se entrevistó, en esa oportunidad, con los ministros neerlandeses de Relaciones Exteriores y de Cooperación para el Desarrollo, con quienes habló de varias acciones operacionales del CICR, de actualidad y de cuestiones financieras. El presidente agradeció al Gobierno real de los Países Bajos el futuro apoyo económico. En el Ministerio de Relaciones Exteriores hubo una reunión de trabajo con varios colaboradores encargados de las zonas geográficas y de la cooperación multilateral; se debatió acerca de las perspectivas de volver a convocar la XXVI Conferencia Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. El presidente tambián tuvo la oportunidad —en un almuerzo ofrecido por el embajador de Suiza en los Países Bajos— de conversar con el presidente de la Segunda Cámara del Parlamento neerlandés y con el secretario general del Ministerio de Relaciones Exteriores acerca de las necesidades hurnanitarias en el mundo y el estado del respeto del derecho internacional humanitario.

Debido a las proporciones del flujo de refugiados de ex Yugoslavia, sin precedentes en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados convocó, el 29 de julio de 1992, en Ginebra una conferencia con el fin de movilizar a la comunidad internacional en favor de las más de 2.300.000 personas que han huido de los combates desde el comienzo de la crisis yugoslava en 1991.

Participaron en la reunión, presidida por el consejero federal suizo señor Arnold Koller, los representantes de 86 Estados, 11 organismos intergubernamentales y 2 ONG, que escucharon sucesivamente las intervenciones del señor Jan Eliasson, subsecretario general de las Naciones Unidas encargado de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, de la señora Sadako Ogata, alta comisionada de las Naciones Unidas para los refugiados y del señor Cornelio Sommaruga, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja.

El presidente del CICR, tras denunciar lo que denominó «un proyecto basado en la exclusión del otro», declaró: “Pienso en los terribles estragos de la «purificación étnica», que hacen uso del terror indiscriminado contra la población, la intimidación y el acoso de las minorías, el internamiento masivo de civiles, la toma de rehenes, la tortura, las deportaciones y las ejecuciones sumarias.

La IV Conferencia Zonal de Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de Europa tuvo lugar, del 18 al 22 de mayo de 1992, en La Haya. Organizada por la Cruz Roja Neerlandesa, que celebra este año el 125º aniversario de su fundación, la Conferencia, que no se había celebrado desde 1981 (en Budapest), acogió a unos 200 representantes de 48 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Entre estos participantes, los delegados de 12 Sociedades Nacionales de la ex URSS asistieron a su primera reunión internacional como miembros de Sociedades Nacionales independientes, así como los representantes de las 3 Sociedades bálticas y de la Cruz Roja en formación de Malta. El CICR siguió los trabajos de la Conferencia como observador.

El tema de esta Conferencia era: «La nueva Europa necesita una nueva Cruz Roja». Los participantes estaban invitados a examinar las consecuencias, en la estructura y en las actividades de las Sociedades Nacionales europeas, de los profundos cambios registrados en muchos países de Europa a los niveles político, económico y social.

Del 15 de mayo al 15 de agosto, tuvo lugar en Génova una importante exposición international especializada, titulada «Cristóbal Colón: el navío y el mar», en la que se abordaron cuatro temas principales:

historia: desarrollo de las embarcaciones y de la navegación;

actualidad: la navegación y el mar, según los aspectos ecológico, social, económico y cultural;

tecnología: perspectivas en la construcción de embarcaciones y de instrumentos de navegación y en las técnicas de navegación;

derecho del mar.

La Comisión Paritaria encargada de la distribución de las rentas del Fondo de la Emperatriz Shôken se reunió en Ginebra el 8 de abril de 1992. El Excmo. Sr. Hidetoshi Ukawa, embajador y representante permanente de Japón en Ginebra, asistió a la reunión como observador y en representación de la Cruz Roja Japonesa.

La Comisión aprobó el informe financiero sobre la situatción del Fondo en 31 de diciembre de 1991, tomó nota del saldo disponible, a saber: 402.987 francos suizos, y decidió aumentar esa cantidad en 18.000 francos correspondientes a un subsidio de 1990 no utilizado (69ª distribución).

El Comité Intenacional de la Cruz Roja ha acordado reconocer a la Cruz Roja de las I skis Seychelles. Este reconocimiento surte efecto a partir del 3 de junio de 1992.

En su reunión del 1 de julio de 1992, el Comité Internacional de la Cruz Roja confirmó el reconocimiento de la Cruz Roja Rusa.

Fundada en 1867, la Cruz Roja Rusa fue, de 1924 a 1991, uno de los componentes de la Alianza de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de la URSS. Tras los acontecimientos de diciembre de 1991, se disolvió la Alianza y cada Sociedad tiene existencia propia.

Con el reconocimiento de la Cruz Roja de las Islas Seychelles y la confirmación del reconocimiento de la Cruz Roja de la Federación de Rusia se eleva a 151 el número de Sociedades Nacionales miembros del Movimiento Intemacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

El 24 de junio de 1992, el Gobierno de la Federación de Rusia y el Comité Internacional de la Cruz Roja firmaron, en Moscú, un acuerdo de sede.

Tras este acuerdo, el CICR abrirá una delegación en Moscú, desde la cual podrá desplegar sus actividades tradicionales, particularmente, en el ámbito de la difusión del derecho intemacional humanitario.

El CICR ya presta servicios en la ex Unión Soviética, sobre todo en el Céucaso, con delegaciones en Bakú (Azerbaiyán), Ereván (Armenia) y Tbilisi (Georgia). Dados los recientes acontecimientos, el CICR también presta servicios en Vladikavkaz (Osetia) y en Chisinau (Moldavia). Por otra parte, la Institución acaba de efectuar misiones en las Repúblicas de Asia central.

El objetivo del acuerdo de sede es fijar el marco general de las relaciones del CICR con las autoridades de un país, a fin de poder desempeñar su cometido. Con éste asciende a 43 el número de países que han firmado un acuerdo de sede con el CICR.

La República de Seychelles, mediante su declaración del 22 de mayo de 1992, reconoce la competencia de la Comisión Internacional de Encuesta.

De conformidad con el artículo 90, párrafo 2, apartado a), del Protocolo adicional I a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, la República de Seychelles declara que reconoce ipso facto y sin acuerdo especial, con relación a cualquier otra Alta Parte Contratante que acepte la misma obligación, la competencia de la Comisión Internacional de Encuesta para proceder a una investigación acerca de las denuncias formuladas por otra Parte.

La República Portuguesa ratificó, el 27 de mayo de 1992, los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativos a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales (Protocolo I) y no internacionales (Protocolo II), aprobados en Ginebra el 8 de junio de 1997.

De conformidad con sus disposiciones, los Protocolos entrarán en vigor, para la República Portuguesa, el 27 de noviembre de 1992.

La Comisión Permanente, reunida en sesión ordinaria el 25 de junio de 1992,

1. reafirma su cometido por lo que respecta a la preparación de la XXVI Conferencia International de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja,

2. considera que, debido a la necesaria preparación, no podrá convocarse la próxima Conferencia International antes de 1995.

3. decide crear un Grupo de Trabajo dirigido por el Príncipe Botho Sayn-Wittgenstein-Hohenstein e integrado, además, por un representante del CICR y un representante de la Federación, a fin de:

— estudiar detenidamente todas las cuestiones relacionadas con la Conferencia Internacional (forma, orden del día, nombre, preparación, financiación, frecuencia, órganos preparatories, duración, etc.),